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Después del robo de frustrado, la cárcel provisional, todos los golpes de los policías, el regaño del padre de Joel y, sobre todo, después de haberme echado de enemigos  a los mismos pillos transgresores que meses atrás insistí en hacerlos mis amigos,llegué a mi casa en un estado de excitación enorme. Sin embargo, apenas entré, mi energía de autoestima se desactivó, cual si me hubiesen retirado las pilas.

Papá me llevó al centro de la jarana:
—Les presento a mi primogénito y heredero principal-,comentó levantando el dedo índice y apuntando hacia mi nariz cual si pretendiera detenerse en ella.

No pude evitar un mohín de repugnancia.
Hoy sé que además del aspecto material,los hijos heredan hábitos,ideas,religión,niveles de autoestima,predisposición a vicios y muchas otras conductas fundamentales. Ciertamente, como herederos, Alma y yo no éramos los jóvenes más favorecidos.

—Este muchacho- continuó papá con la entonación irregular de un borracho- juega fútbol y tiene las piernas más musculosas que han visto.
El que estaba sentado en frente cambió de silla y se puso a mi lado,abrazándome por la espalda. Comenzó a hablarme muy cerca con su aliento mefítico y sus labios bofos,llenos de saliva.

—Me da gusto conocerte.Tu padre siempre habla de ti-el beodo hipó en mi cara-. ¡Camaradas,inviten un trago al jovencito!
Papá empinó la botella de Whisky en un vaso,pero después de haber vertido un brevísimo chorro, el líquido se terminó.

—¿Dónde hay otro pomo?-gritó azotando el envase sobre la mesa de centro.
—¿Vamos a seguir bailando?- cuestionó el danzarín que aún estaba al frente esperando que le pusieran atención para reiniciar su grotesca pantomima.

—¿Por qué te tardas tanto?- bufó papá exigiendo licor.

¿A quién le hablaba?. Volteé alrededor. Con ese ruido era impensable que mi madre estuviese dormida,pero tampoco era coherente suponer que estuviera despierta atendiendo la reunión. Me equivoqué en el segundo cálculo. Cuando mamá se hizo presente,sentí un golpe directo al corazón. Parecía una loca. Se aproximó despacio,con los ojos muy abiertos y una extraña rigidez. Ella recogió los vasos y articuló temerosa que ya no había más bebida.

—¡Pues inventa algo! ¡Trae cerveza o Brandy, lo que encuentres!
—Te digo que no hay nada.
Mi padre la detuvo del delantal y la jaló con violencia hacia él.
—Si no consigues algo te juro que nos vamos a otro lugar, donde nos traten mejor.

Era lógico contestarle que se largara (si podía) pero al tomar esa actitud, ella estaría propiciando un problema mayor.
Seguramente apenas se marcharan, los cuatro alcoholizados serían detenidos por la policía, se extraviarán,o sufrirían un accidente grave.
Mi madre salió del recinto y al cabo de unos minutos volvió con una redoma de ron a la mitad.Papá se la arrebató sin decir nada; me sirvió un poco de alcohol de caña sobre el de grano que había vertido y me lo extendió.

—¡Hazte hombre!-bebí un sorbo sintiendo grandes náuseas.
—¡Empínatelo!
Obedecí. Papá ejercía un fuerte dominio psicológico sobre mí. Me aniquilaba. Me intimidaba.Nunca se podía prever su siguiente actitud. Contravenir sus órdenes podía provocar que se echara a llorar amenazando con suicidarse o que comenzara a golpearme despiadadamente.
El bailarín quiso hacer una cabriola, perdió el equilibrio y cayó quedándose de bruces en el suelo.

—!Que dance el muchacho!-sugirió uno de los sujetos al ver desplomarse al cómico. Los otros tres aplaudieron y comenzaron a silbar. Mi padre me obligó a levantarme y ordenó:
—¡Enséñales tus piernas de futbolista, y haznos una demostración de los ejercicios de entrenamiento!
Me quedé yerto,de pie,sin atreverme a dar un paso.

—Vamos. No tengas vergüenza. Muéstrales a estos gordos borrachos lo que es tener músculos fuertes.
Permanecí quieto,atrapado en la zona emocional,preso de un profundo apocamiento.
Papá me apresó por la cintura y me bajó los pantalones de un tirón. Al hacerlo, el dinero que llevaba en los bolsillos se salió y cayó junto a sus pies.

—¿Qué es esto?- no contesté.
—¿Lo robaste?
Me agaché para recoger los billetes y un reflejo insensato me hizo hablar sin medir las consecuencias:

—Sí. Hace tiempo que no juego fútbol, pero robo por las noches.
De repente y sin que hubiera ningún aviso que me permitiera protegerme, levantó la pierna derecha y me dio una fuerte patada en la cara. Caí al suelo con los ojos cerrados mirando en la negrura de mis párpados el brillo de cientos de luces amarillas.
Mientras él recogía el dinero, mascullaba que nadie me había enseñado esas mañas, que él aveces bebía pero nunca robaba, que en su casa podían ser cualquier cosa pero nadie le diría ladrones.(Palabras huecas, ya que después de haber sido despojado de los billetes,efectivamente hurtados,no volví a saber de ellos jamás).
Cuando abrí los ojos,vi en el pasillo, la sombra de Alma que me observaba. Estaba llorando,contemplando la ignominiosa escena. Ese fue el único estímulo capaz de devolverme un poco de energía. Dejando a mi padre ocupado en la recolección de los billetes,eché a gatear llevando los pantalones en los tobillos. Apenas salí del área peligrosa,me puse de pie,tomé a mi hermanita de la mano y la llevé a su recámara tropezándome a cada paso con la prenda a medio quitar. Pusimos el seguro de la puerta, me subí los pantalones y nos abrazamos con mucha fuerza. Le acaricié la cabeza, quise pedirle perdón, decirle que no debía permitir que hicieran con ella lo que habían hecho conmigo,pero no pude hablar. Solo la estreché y lloré. Ella se separó preocupada para analizar mi labio partido y amoratado. Abrió la puerta dispuesta a salir para prepararme un fomento, pero se topó con mi madre que se acercaba,dispuesta a desquitarse también de su propia tribulación.

—¿Por qué llegaste tarde?- me preguntó.
—Estuvimos en una fiesta
—¿Y el dinero?
—Es de un amigo. Me lo dio a guardar.
—¡Eres un ingrato! ¡Ves que tengo que sufrir con tu padre y tú, en vez de cooperar, te largas a la calles como un golfo! Qué bueno que por la mala te das cuenta de cómo están las cosas en esta casa. Eres insensato.¿Acaso nada te importa? ¿No te das cuenta de que soy mujer y estoy enferma? ¿No puedes tratar de llegar temprano para ayudar? Tú pobre hermana es la única que me apoya-hizo una pausa para limpiarse la frente y agregó-:Si sucede una tragedia, tú vas a ser el responsable.
Sus palabras me dolieron más que el golpe de mi padre. No razoné que mamá en efecto había enloquecido un poco ante la presión indómita de tener que soportar a un esposo alcohólico.
Solo agaché la cara sintiendo el veneno de una gran amargura en el alma.

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⏰ Недавно обновлено: Aug 18, 2019 ⏰

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