Capítulo 16: Blackmail

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Llegó más tarde aquella noche después de deshacerse del disfraz que le había tomado horas confeccionar, y al hacerlo, esperaba poder continuar con aquella conversación con Sonic, sin embargo, él yacía dormido o al menos pretendía estarlo.

Amy se echó a dormir, pensando en todo lo que había sucedido en tan poco tiempo, por fin lo había descubierto, a ella realmente le gustaba Sonic, desde el primer día en que sus miradas se habían cruzado había sentido una conexión con él y estaba segura que él sentía lo mismo, sin embargo, después de todo lo que había pasado no estaba segura si había podido demostrarle al erizo que sus sentimientos eran reales y que eran más que una bella idea presentada a ella años atrás.

Dirigió su mirada al erizo que ahora le daba la espalda mientras yacía plácidamente dormido y con un último suspiro le dio la bienvenida a la noche y así se dejó envolver en los brazos de Morfeo para conciliar el sueño y esperar por su respuesta al siguiente día.

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Sonic se levantó temprano ese día, cual era su costumbre, aún aclarando su mente de todo el caos de la noche anterior. En el silencio que el amanecer les proveía, la vio descansar plácidamente; nuevamente se había transformado en aquel soldado que había conocido como Amus, no podía decir que conocía a una Amy diferente, pues haberse conocido por unos breves minutos años atrás no era suficiente para tener otra imagen diferente de ella; y a pesar de eso, sentía que se conocían más allá de lo que ambos habían demostrado en esas cortas semanas.

–"Me gustas Sonic the Hedgehog... creo que desde la primera vez que cruzamos palabra"– recordó sus palabras de la noche anterior.

Aún recordaba la primera vez que la había visto con aquella mirada llena de inseguridad haciendo filas; la primera vez que sus ojos habían cruzado miradas y algo en él se había movido por ese breve instante, a lo cual no le había tomado importancia en ese momento. Tal vez... tan sólo tal vez, él se había enamorado de ella desde la primera vez que sus ojos habían coincidido enfrente de aquel autobús.

–Eso es ridículo– se dijo a sí mismo para caminar en dirección a la puerta. Sonic colocó su mano en el pomo de la puerta, quedándose inmóvil frente a la misma, observó a la eriza de reojo, quien aún se encontraba dormida –... ¿Lo es?– musitó volteándola a ver. sintiendo de nuevo su corazón latir apresuradamente y una extraña y vaga sensación en la boca de su estómago. –Maldita sea– murmuró divertido, esbozando una sonrisa irónica –Me he enamorado de un recluta...

Sonic le dedicó una amplía sonrisa, sin lugar a duda habría mucho de qué hablar una vez ella despertara, pero por el momento se ocuparía de sus quehaceres como capitán, ya tendrían tiempo para hablar. Salió de su recámara listo para iniciar las actividades del día, cuando escuchó los pasos de alguien por el pasillo a la distancia, y así, reconocer a la silueta en la oscuridad. Era Scourge.

No entendía qué hacía en el recinto de él, se supondría que debería de alistarse él también para levantar a su cuadrilla. Sonic se detuvo a la mitad del oscuro pasillo, el cual yacía a penas iluminado por las lámparas colgantes del techo, escuchando el sonido de cada paso que él daba, cual sentencia de muerte. Algo no pintaba bien, todos sus sentidos yacían alerta, como si estuviera a punto de entrar al campo de batalla, aunque no sabía el por qué.

Scourge se detuvo a un par de metros de él, y la sonrisa retorcida pintada en sus labios se pudo distinguir en la profunda oscuridad.

–Buenos días Sonic– saludó tan cordial haciéndole entender que él no estaba imaginado cosas. Algo estaba mal.

–Scourge– respondió Sonic cortante, observándolo con desconfianza. El erizo verde empezó a caminar nuevamente para llegar hasta donde yacía él, aún con en esa sonrisa en su rostro, quedando así frente a frente.

TwistWhere stories live. Discover now