Capítulo 6: Cercanía

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Amy se colocó frente a él, tragando pesado ante lo que se vendría. Sabía que las posibilidades que ella le propiciara un golpe era casi imposible, no se diga poder ganar la pelea; pero estaba completamente segura que si se negaba él no estaría dispuesto a seguir ayudándola. Ella se colocó en posición de ataque, tal cual él le había enseñado, para luego escucharlo decir: –Empecemos– en un murmuro apenas audible y acto a continuación lanzarse contra ella; como pudo Amy logró evadir el primer ataque, sin embargo, no el segundo, el cual vino tan rápido como el primero golpeándola directamente en sus antebrazos, los cuales se mantenían en posición de defensa, provocando que cayera pesadamente al suelo, sintiendo como los mismos empezaban a entumecerse por el impacto.

–Al menos está vez no perdiste el conocimiento– lo escuchó decir mientras le lanzaba una mirada despectiva ante su falta de coordinación. Amy frunció el ceño para levantarse decidida y volver a ponerse en posición de pelea. El erizo azul arqueó una ceja en señal de incredulidad viéndola con cierto asombro y así preguntar: –¿En serio piensas seguir?

–¡No pienso rendirme!– exclamó decidida.

–Hmph...– bufó para mover colocarse en posición de pelea nuevamente –Como desees.

El erizo azul se lanzó nuevamente hacia ella, pero esta vez pudo evadir el primer puñetazo que iba dirigido nuevamente a su rostro. Amy sonrió admirada de sí misma para lanzar un puñetazo hacia donde él cuando, en un abrir y cerrar de ojos, desapareció frente a ella para sentir como era golpeada en su costado derecho haciéndola sintiendo un repentino dolor en sus costillas cayendo nuevamente al suelo, y esta vez sujetarse su costado con fuerza, retorciéndose del dolor sobre el suelo, sintiendo como lágrimas inundaban sus ojos.

–Jamás ganarás– espetó el erizo azul con una obvia altanería –Lo más seguro es que termines de regreso en la enfermería si sigues luchando contra mí.

–L-Lo sé...– masculló en un intento de ocultar su dolor. Amy se colocó de pie tambaleante, sin poder soltar su costando mientras lágrimas traicioneras se asomaban por sus ojos. –Pero también sé que no puedo renunciar... sin importa que tanto me cueste...

El erizo azul la vio con una clara expresión de asombro por su perseverancia, y así, como su cuerpo y su umbral del dolor se lo permitió, Amy se colocó en posición de pelea para dirigirle una mirada intensa. A diferencia de otros días, hoy el erizo azul no parecía como él mismo y no podía decir a ciencia cierta qué podría ser, pues aunque en general no mostraba ninguna emoción o al menos siempre se le miraba tan sereno y estable, esta vez podía percibir caos y dispersión; algo no estaba bien, y ella estaba pagando los platos rotos por sus emociones fuera de control.

–¿Por qué de repente es tan importante esto para ti?– preguntó Sonic curioso.

–¿Por qué de repente estás tan molesto?– devolvió ella. El erizo azul abrió sus ojos de par en par ante su pregunta, permaneciendo en silencio. –Sé que no me ayudarás a menos que logres sacar lo que tengas en tu cabeza– habló ella empática –Y bueno... si esta es la forma de conseguir que me ayudes, yo...

–¡No te pases de listo!– rabió el erizo azul para tomarla con agresividad de su playera blanca dejándola en puntillas, topándose con unos ojos sulfurosos –¡No se te olvide tu rango!

–¡¿Yo?!– exclamó ella iracunda –¡¿Qué hay de ti?!– reprochó, olvidándose por completo que cada palabra que ella dijera podría costarle muy caro –¡Desquitándote con un simple recluta que sabes perfectamente que no tiene una oportunidad ante ti, se supone que tu rango te debería de prohibir tales acciones!– regañó.

Sonic frunció el ceño molesto para lanzarlo con fuerza al suelo, escuchándolo gemir de dolor al caer. Resopló molesto para así dar media vuelta y caminar fuera del recinto, no necesitaba que un patético novato le dijera cómo hacer su trabajo, tenía suficiente con Scourge y sus "sugerencias".

TwistWhere stories live. Discover now