16. Satélite

1.3K 152 17
                                    

Se había pasado más de medio día durmiendo. No quería permanecer despierta. Cuando lo estaba, no paraba de pensar en el horrible lío en el que estaba metida.
La iban a mandar a Puerto.

Eso significaba que se quedaría sin sitio donde dormir. Sin pago. Sin comida. Quién sabe si Silver y los demás volverían a pasar alguna vez por allí. Esto desbarataba todos sus planes de futuro, los cuales por cierto eran completamente nulos más allá de seguir bajo el mando del cyborg.

Tampoco vería más a nadie de la tripulación. Ni a Zits, ni a Big, ni a Jim...
Y encima estaba el dolor. La última vez que había intentado incorporarse casi se desmaya.
Delbert había entrado en la habitación en algún momento y le había inyectado algo que al parecer le había dado la señora del hostal. Tatia también creía que había conversado con ella, pero tenía todo muy borroso.

Bien entrada la noche, finalmente consiguió ponerse en pie y salir a tomar el aire.
El Satélite era un lugar bastante árido, pero por la noche adquiría un aire misterioso que lo hacía hasta bonito.

- No deberías estar aquí- no se giró. Dejó que Jim se aproximará hasta donde ella se encontraba.
Ambos se quedaron admirando el paisaje, en silencio.

- Gracias por lo del barco- murmuró Tatia- Me salvaste la vida.

Jim asintió apretando los labios. Se notaba que no estaba acostumbrado a que le dieran las gracias.

- Lo mismo te digo - se rascó la nuca- la verdad es que lo que hiciste con la pistola fue bastante impresionante- dijo soltando una risita nerviosa.

Tatia sonrió y Jim se quedó mirándola. Ella se tocó el pelo de forma inconsciente.

- Si, yo también me siento rara sin el sombrero- rió.

Otra vez silencio.

- Te sigue doliendo- Jim hizo un gesto hacia el cabestrillo.

- Prácticamente nada - era mentira, pero decirle lo contrario tampoco iba a hacer que mejorase. Por lo menos la inflamación de la ceja casi había desaparecido.

Volvieron a sumirse en el silencio. Desde allí las constelaciones parecían brillar mucho más.

Tatia notó como Jim juntaba el dorso de su mano con la suya y, tras un instante, la volvía a retirar. No pudo evitar sonreír ante la acción. Era como un intento malogrado de muestra de aprecio. Como un niño pequeño.

- Se te va a echar de menos en Puerto- le dijo Tatia. Jim se removió incómodo en el sitio.

- Supongo que a tí también en el barco.

- Oh, ¿vas a llorar por mí?

- Yo no, pero estoy seguro que Zits sí.

Ambos se echaron a reír, interrumpiendo la calma del lugar.
Cuando finalmente consiguieron sofocar las carcajadas, volvieron a sumirse en el silencio del lugar.
Tatia no se quería despedir, pero sentía como el cuerpo le pesaba cada vez más y más.

- Creo que me voy a la cama- dijo Tatia. Jim asintió con la cabeza, mirándose los pies.

- Hasta mañana.

- Hasta mañana...

/////////////////////////////////////////////////////////////////

- Oh querida, al fin te encuentro.

Tatia se volvió hacia Delbert, que acababa de entrar en su habitación. Ella estaba terminando de empacar sus escasas pertenencias. Seguía sin encontrar su sombrero y no sabía muy bien que hacer con su pelo.

El Planeta del TesoroWo Geschichten leben. Entdecke jetzt