Era tan extraño que Taehyung no estuviera quitándose un auricular para decirle algo como <termino esto y estoy contigo, bebé>, justo como solía hacerlo debido a ese increíblemente desarrollado radar que lograba detectar cada vez que Jungkook entraba a Cypher por más sigiloso o silencioso que el pelinegro fuera, que Jungkook no supo qué hacer durante unos segundos, y se quedó parado detrás de él como un loco sin hacer nada. Y antes de que pudiera pensar en algo Taehyung se dio la vuelta repentinamente, y soltó un respingo al verlo, sobresaltándose más de la cuenta. Jungkook también se asustó por la reacción tan brusca del mayor, aunque no tuvo más tiempo para recomponerse porque de un segundo a otro tenía los brazos de Taehyung rodeando su cuello en un abrazo asfixiante. Taehyung lo abrazaba con fuerza, como si temiera que Jungkook se apartara en cualquier momento, y nada más lejos de la realidad; el pelinegro apenas reaccionó rodeó la cintura del mayor torpemente con los dos brazos, y lo estrechó con la misma fuerza. Se quedaron así durante un tiempo indefinido hasta que Taehyung se separó sólo lo necesario para poder mirarlo sin tener que soltarlo, y Jungkook se sorprendió por lo mal que lucía el chico, aunque suponía que él se veía igual de cansado y débil que el ojeroso y triste rubio que tenía en frente. Sus ojos se ven tan tristes, pensó Jungkook, y notarlo empeoró un 200% su ánimo.

-Estás aquí -afirmó Taehyung levemente sorprendido, como si necesitara decirlo en voz alta para terminar de creerlo-. Pensé que no vendrías.

-Debes ser muy tonto, entonces, hyung -dijo él, ganándose un resoplido del mayor-. Me acabo de levantar, de verdad.

-Está bien, yo sólo... -el rubio dudó, y Jungkook se sorprendió porque Taehyung nunca dudaba al hablar-. Quería verte, gracias por venir.

-Yo también quería verte -admitió, suspirando-. Sobre lo de anoche, yo-

-No, olvídalo -interrumpió Taehyung, negando con la cabeza-. Lo pensé mejor y entiendo que no quieras seguir con esto.

-Per-

-Con que hayas venido hoy me alcanza -prosiguió el mayor, subiendo una mano hasta la mejilla de Jungkook-. ¿Quieres ir a comer algo?

-Como quieras tú, hyung -respondió, decidiendo que no le diría ya mismo lo que tenía que decir, y guardó silencio.

Taehyung se dirigió hasta la caja y recuperó el abrigo negro, quedando todo ataviado de ese color al momento de salir por la puerta principal de la tienda dispuesto a ir a comer a otra parte con el pelinegro. Iban los dos sumidos en un silencio doloroso, sobretodo porque tuvieron que dar toda una vuelta innecesaria para no pasar frente a la pastelería y así evitar encontrarse con Jiyeon. Al cabo de unos minutos se encontraban en camino al primer restaurante que pudieran encontrar, y al estar lejos de las tiendas Taehyung buscó la mano de Jungkook, entrelazando los dedos de ambos, cosa que Jungkook simplemente no pudo rechazar porque seguía con ese gusto amargo en la boca, ese sabor a despedida que se palpaba en el aire desde que habían cruzado sus miradas asustadas minutos atrás. Después de caminar varias calles sin muchas ganas, acabaron comprando kimbap y pasteles de arroz en un puesto callejero, y como Jungkook en realidad ni siquiera tenía hambre luego de tanto drama, no se preocupó mucho por el almuerzo exiguo porque en ese momento nada más quería sentarse en cualquier parte y conversar con el mayor tranquilamente.

Cuando finalmente llegaron al parque más cercano se encaminaron hacia una banca y allí se sentaron, acomodando la poca comida entre los dos como si el asiento fuese también una mesa improvisada. Ambos comenzaron a comer manteniendo el silencio, silencio que Jungkook aprovechó para organizar bien sus ideas en su mente antes de atreverse a abrir la boca y decir algo. Quería decir las cosas con claridad, ir directo al punto y no profundizar demasiado en el tema porque sabía que hablar de eso con Taehyung terminaría en llanto, y ya había llorado demasiado en las últimas horas.

Don't Tell Noona | vkWhere stories live. Discover now