Capitulo 17

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Hace unos cinco minutos que Oliver y Rebecca han llegado, al principio ha sido un poco incómodo ya que la situación no era la más apropiada. Alan se ha puesto un delantal y Rebecca insiste en ayudarle con la comida. Oliver sin embargo tan solo insiste en que le cuente lo que ha pasado hoy entre Alan y yo, yo no hago otra cosa que repetirle una y otra vez, no ha pasado nada, pese a que sí que ha pasado. Sabía que si esperaba un día más Oliver le preguntaría a Alan exactamente lo mismo y él le diría todo, luego yo podría saber lo que Alan dice sin esfuerzo alguno.

Cuando la cena está preparada, bajo a por la ensalada y Alan me acompaña para coger el vino. Al llegar a bajo me dice.

- ¿Ya has pasado por el interrogatorio? A mí me lo ha hecho Rebecca.

- ¿Y qué le has contado?- digo curiosa.

- Pues muchas cosas y ninguna- dice cogiendo el vino y luego va hacia las escaleras- cojo la ensalada y voy detrás de él.

Al llegar arriba Oliver y rebeca están observando la cama. Dejo la ensalada sobre la mesa y el pequeño ruido hace que se giren, nos miran a ambos sonríen. Me siento en mi sitio, frente a Oliver, y me sirvo un poco de ensalada. Alan abre el vino, tinto, se escucha el tapón al descorcharse. Cuando todos tenemos el vino en la copa y el plato con comida, Rebeca propone un brindis con su acento tan bonito e italiano, al que sin duda me estoy comenzando a acostumbrar.

- Chicos esta cena va a ser un éxito sin duda alguna- nos dice a Alan y a mí-, pero lo mejor de todo es que hoy todos cenaremos juntos, pasaremos un buen rato entre amigos y disfrutaremos con esta comida tan rica que habéis preparado. Gracias.

Las copas comienzan a sonar una contra la otra para luego dar comienzo a la cena, una cena que no da mayor problema, contamos algún que otro cotilleo, chistes y hasta me ha dado tiempo de saber algunas cosas más de Alan y de Rebecca. Rebecca estudia derecho a distancia y ha aprobado su primer año de carrera, aparte de todo esto está trabajando con un niño para enseñarle a hablar italiano desde hace un par de días. Alan estudia en la universidad, creo que en la misma que yo por lo que ha dicho, ha terminado su tercer año de carrera este curso y ha sacado en casi todas las asignaturas matrícula de honor. No ha dicho que carrera está estudiando, pero por todos los libros que tiene yo diría que alguna filología. No trabaja, porque el tiempo que tiene libre durante el curso lo emplea para estudiar, salir y cuidarse un poco. Oliver y Alan salen juntos siempre que pueden y según Oliver, Alan no es una persona a la que le guste beber mucho.

Durante toda la cena se ha notado que Oliver tenía que conducir, porque no ha bebido más que una copa y media de vino, lo que es muy raro en él. Rebecca y él se fueron sobre la una, querían que fuéramos todos a una discoteca para terminar la noche, pero a mí no me apetecía salir todavía. Luego ayudé a Alan a recoger la mesa y a limpiar un poco.

Ahora estamos sentados en el sofá, tapados con una manta y viendo una película que echan en la tele. Me abrazo a él por debajo de su camiseta, está caliente y yo tengo las manos heladas lo que hace que se estremezca un segundo. Él tiene un brazo envolviéndome y otro sobre sus piernas, no duda en utilizarlos para subir mi cara hacia la suya y besarme. Luego me acerco a su pecho que late fuerte, mis manos todavía siguen metidas en su camiseta, sintiendo el roce de su piel. Él pasa su mano por mi espalda de arriba abajo y de vez en cuando acaricia mi cara con la otra mano.

- ¿Me llevas a casa?- digo después de ver la hora.

-¿Ya te quieres ir?

- No pero me tengo que ir si no quiero que mis padres se vuelvan locos al no llegar a casa.

Me besa fuerte y me echa hacia atrás poniéndose casi sobre mí, la adrenalina corre cada vez con mayor cantidad por mis venas, el deseo se hacer muy fuerte pero tengo que parar me tengo que ir. Le muerdo el labio siendo yo quien toma el control. Le beso detrás de la oreja.

- ¿Vamos?- le susurro en la oreja.

- Llámalos diles que te quedas a dormir en casa de alguna amiga, o que se te ha hecho tarde y te quedas- me besa-. Por favor.

- No puedo, no lo pongas más difícil- le digo mientras le aparto.

- Está bien, pero deja que me ponga una chaqueta.

- Yo también me tengo que cambiar.

Entramos en su habitación, mi ropa está sobre la cama, él coge su chaqueta y sale. Me cambio rápido y salgo también. Me mira y sonríe.

- Vamos antes de que me arrepienta- dice mientras me mira de arriba abajo.

Besos para dormirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora