Capítulo 42

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         Al final yo tenía razón no le dio tiempo de terminar de hacer la maleta y por tanto no hemos hecho nada y, lo peor, esta noche va a tener que terminarla. Aunque desde un punto de vista positivo el solo la va a tener que terminar, yo la voy a tener que hacer entera.

         A las nueve menos veinte entramos por la puerta de casa a la vez que nos disculpábamos por llegar tarde. Mi padre estaba en el salón y el aroma a pipa inundaba toda la estancia. Cuando entramos Alan y él se estrecharon las manos y se saludaron, luego yo le di un abrazo y él me dio un beso en la frente. Mi padre siempre hacía eso cuando yo era pequeña y a día de hoy todavía lo sigue haciendo de vez en cuando y me encanta.

-       ¿Qué tal todo cariño?

-       Muy bien papá. Mañana nos vamos de viaje, ¿tú también lo sabias?- digo mientras nos sentamos los tres.

-       Sí, me enteré hace un par de días, me lo comentó tu padre- le dice a Alan.

-       No entiendo porque mi padre os lo ha comentado a todos menos a los realmente afectados, que somos nosotros- hace una pausa-. Hoy nos hemos recorrido todo el centro comercial para hacer todas las compras.

-       Helen me había dicho que teníais todo comprado ya, que solo ibais a realizar compras de última hora- dice confuso.

-       Sí papá, nosotros le dijimos eso para que no se preocupara, ya sabes como es.

-       ¿Para qué no se preocupara quién?- pregunta mi madre entrando al salón.

-       Tú, querida- dice mi padre con cariño levantándose del sillón-. Bueno chicos vamos a cenar que mañana os espera un largo día.

         Cuando salen delante nuestra del salón paro a Alan. Lo beso y lo abrazo, necesitaba tenerlo cerca. Me da la mano y leo en sus labios “te quiero”. Salimos de la mano del salón en dirección a la cocina, esta noche no toca comedor ya que estamos casi en familia.

         La mesa ya está puesta y el olor a carne guisada inunda la cocina. Mi madre comienza a poner sobre la mesa una bandeja de verduras salteadas, otra de patatas, una con carne y la última con ensalada. Cuando mi madre se sienta todos nos ponemos a comer. Mi madre guisa muy bien, bueno en realidad no hay ninguna comida que haga mal pero sus guisos se superan cada vez.

         La cena pasa más rápido de lo que me puedo imaginar, mi madre había hecho un bizcocho de naranja de postre, lo que me sorprendió ya que la repostería no algo que le guste precisamente. Mi padre saco una botella de wiski de la despensa e hizo un café para cada uno, se echó unas gotas de la bebida en el café y le ofreció a Alan también. Él no quiso, mi padre no se dio cuenta hasta que él le dijo que tenía que conducir. Luego, después de tomar el café fuimos para la sala, donde seguimos. Mi padre comenzó a preguntarnos sobre qué teníamos pensado hacer los días del viaje en donde no teníamos nada programado.

-       La verdad es que no lo hemos hablado, no nos ha dado tiempo- dice Alan-. Pero he estado pensando y podríamos ir a donde nos apetezca sin más- me dice.

-       Me parece bien, programar cada minuto de las vacaciones no es algo que vayamos a disfrutar. Así al menos tenemos tiempo para nosotros-digo.

-       Cariño es hora de que os demos nuestro regalo- dice mi madre mientras le toma la mano a mi padre.

         Mi padre mete la mano dentro de su suéter, hacia el bolsillo de su camisa, y saca un sobre. Últimamente todo son sobres blancos. Extiende su mano en mi dirección. Yo dudo durante un momento pero lo cojo enseguida. Comienzo a ver el sobre donde está escrito <<Con cariño: Mamá y Papá>>. Le doy la vuelta y comienzo a abrirlo por el pliegue. Noto la mirada de todos puesta sobre mis manos, y estas me empiezan a temblar. Alan se da cuenta y se desliza a mi lado mientras me rodea la cintura con su brazo. Parece que ha hecho un gento de interés para ver el sobre pero yo sé que no es así cuando me da un ligero apretón con la mano que me agarra. Termino de abrir el sobre y saco el contenido de su interior. Dos entradas para ver un festival de rock en las afueras de la ciudad a la vuelta de nuestras vacaciones.

-       ¡Papá! Esto es genial, gracias-digo mientras se las enseño a Alan, aunque él no parece muy contento.

-       De nada cariño, sé que tenías ganas de ir. Me imaginé que no querrías que fuera sola- le dice a Alan riendo.

-       No, desde luego que no- dice mientras me acerca a él un poco más y me besa la cabeza.

-       María, dentro hay algo más- dice mi madre.

         Cojo en sobre de nuevo e introduzco mi mano dentro. Encuentro una tarjeta de crédito y miro a mis padres confusa.

-       Para tus gastos- dice mi madre-. No solo los gastos del viaje, sino en general, a partir de ahora te ingresaremos una cantidad mensualmente.

-       Sabemos que has crecido y ahora ya no estás tanto por casa- dice papá mientras baja un poco la mirada-, sabes que a mí no es algo que me agrade, que crezcas tan rápido, pero no te puedo recriminar que seas feliz y que encuentres a alguien que te quiera casi tanto como nosotros.

-       Papá- me levanto y me pongo de rodillas delante de él- sabes que no os va a sustituir, solo va a ser alguien más al que quiero  tanto como a vosotros- pienso que en realidad algo más pero decido no decírselo.

-       Venga, levántate- dice mi padre limpiándose una lagrima que cae por sus mejillas.

         No puedo evitar pasarle mi mano por su hombro antes de volver junto a Alan. Él me mira y sonríe mientras se pasa la mano por la cabeza. La situación he de reconocer que es algo incomoda, pero es imposible que no lo sea, mis padres al fin se están dando cuenta de que ya no solo soy su niña, ahora comienzo a tener mi vida.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2015 ⏰

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