008| ¿Verdades o Mentiras? parte 2

150 28 3
                                    

Ya decía que tenía algo extraño éste chico, sabía que sus ojos tenía algo que te gritaba que lo descubriera pero no sabía que yo tenia que ver con esa mirada.

—¿Recuerdas la semana de tu llegada?

—¿Y como sabes cuando llegue?—Pregunto frunciendo el ceño.

—¿Puedes parar un segundo de hacer preguntas? Cada vez que  intento decirte algo me bombardeas de preguntas— escupe con frustración.

Quede en silencio un momento, ya se notaba la molestia en su voz y la verdad no quería hacerlo molestar, ya sabía lo que podía llegar a hacer.

—Okey, no preguntaré nada por los momentos, así que empieza— digo resignada.

—Bien— suspira—Era muy temprano yo estaba en el pequeño parque cerca de tu casa  cuando escuché el alboroto que tenía tu perro, lo vi pasar ya que gracias a  mi el gato corrió hacia su dirección, lo  perdiste de vista por lo que decidí bajar para ayudarte. Después comenzaste a caminar rápido hasta que empezaste a correr supe de inmediato que estabas asusta por lo que decidí tener una distancia prudente para no alarmarte  más— traga saliva y continua—, al empezar a correr caíste gracias  a un  tropezón lo que causó que te
lastimaras el tobillo, te arrastraste casi todo el momento yo intente ayudarte y  toque tu hombro— hizo una pequeña pausa—. La verdad no se que habrás pensado pero buscaste fuerzas de donde no la tenías  y te levantaste para poder huir de mí dando pequeños saltos, no pretendía asustarte solo quería ayudar— mira mis ojos con lástima.

—¿Que sucedió luego Askary?—pregunto con un nudo en mi garganta.

—Tu saliste del parque y paraste en medio de la calle— dice a medias.

—Dime que paso después — trago saliva—.¡Habla ya!— grito.

—No viste que justo estaba pasando un auto, trate de llegar antes pero fue inevitable, el auto se había ido a la fuga y tu estabas tendida en el pavimento. Tus latidos eran casi inexistente— Suelta.

— Y...¿Como estaba?— titubeo conmocionada.

— Muy pálida, estabas perdiendo sangre pero no salía de tu cuerpo, tenías una hemorragia interna— recalca—. Tu ropa totalmente sucia, estabas casi muerta Elizabeth.

Escuchar el testimonio de Askary había hecho que me sumergiera en un abismo,casi moría, ¡no lo puedo creer!

— Te convertí porque no era justo dejarte tendida en el pavimento— suspira—. Tu rostro, tu juventud, no podía dejar que murieras tan joven— concluye.

—Pero técnicamente lo estoy— digo desviado mi mirada al vacío.

—Si, y por el hecho de tu desconocimiento es tu demacrada apariencia, debiste haber consumido un poco de sangre enseguida—resopla—, pero seguías inconsciente por lo que te tuve que dejar tendida en la acera de la calle y esperar a que llegaran por ti.

—Es por eso esa sed que me ataca— recalco.

—Si. Ya llevas mucho tiempo sin sangre y me sorprende el hecho de que no hayas atacado a alguien, te has sabido controlar bien a pesar de no saber nada— dice con un toque de orgullo en su voz—. Si no consumes nada de sangre tu estado podría empeorar, podrías  caer en un sueño profundo y despertar como una depredadora feroz sin control, sería realmente malo.

—No quiero que eso pase— suelto con nerviosismo.

—Bien, entonces haremos una parada en el banco de sangre.

—¿Banco de sangre? — pregunto atónita.

Mucha información que debía retener, ya sabía que era lo que me pasaba pero me sentía rehacía sobre la idea de consumir sangre, me resultaba escalofriante, pero sí no lo hacia mi distintos episodios extraños se harían más habituales. Ya eran las tres de la mañana y estacionamos aun costado del banco de sangre, el bajó del auto en un chasquido de dedos dejándome completamente sola, me sentía ansiosa pero no en el sentido vampiro, ¡Que anormal suena decirlo! Sino en un sentido  de nervioso. Aún no digería todo lo que Askary me había contado era increíble, entonces si los vampiros existían también venía con ellos esa sed de superioridad y soberbia que siempre los caracterizaba, estaba totalmente aterrada, si tan sólo yo no hubiera salido esa mañana quizás sería normal, ahora estoy condenada a una vida que no quiero, a convivir como un ser despreciable, un monstruo, una asquerosa chupa sangre. Esto va más allá de mis principios.

Oscuridad Total ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora