Capítulo 4 ( ¿Te gusta? )

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Había pasado una noche espectacular, maravillada de las tantas realidades del mundo, esa a la que nadie le dedicaba tiempo a pensar. Me sentía apegada al estilo de Ashton, a su manera de ver las cosas, sentía la ausencia de cosas triviales para enfocarme en los pequeñas detalles, esas que son aún más importantes que ninguna otra. Sentía ansiedad, quería saber más, más de lo que él podía ofrecer. Para ser más específicos, sentía un remolino en mi interior, indiscutiblemente ese chico despierta esa curiosidad, esa necesidad, algo nuevo en mí y más que todo, me gustaba estar con su persona, me sentía cómoda, bastante la verdad.



Estaba decidida a pedir perdón a mis amigas. Ashton me había dado varios consejos que se quedaron clavados en mi mente como si tuviera algún examen importantísimo que debía pasarlo, sí o sí.



Una vez que nos estábamos dirigiendo a mi casa, empezamos a escuchar su música favorita, me quería enseñar de donde sacaba inspiración, además de las imágenes, yo lo escuchaba atentamente sin perderme nada, como obviar aquello cuando le brillaban los ojos al explicar cada cosa que le fascinaba?



-Esta es muy buena, seguro la has escuchado -dijo entusiasmado como si de un niño se tratara.



Una canción de Ed Sheeran sonó " Thinking out loud"



¿Qué si la había escuchado? Me encantaba aquella canción.



-Es hermosa, claro que la conozco, es uno de mis artistas preferidos -respondí mirando la radio.



-Es inexplicable, me calma y a la vez me dan ganas de tener novia -me reí a carcajadas por su comentario y el me siguió.



-¿Me dirás que no tienes novia? -pregunté enarcando una ceja.



-Digamos que, no es lo mío -quizás era cosa mía, pero en su mirada pude destacar un poco de nostalgia y eso me puso un poco alerta.



¿Le habrá pasado algo? No me permitía preguntarlo, no quería incomodarlo.



No dije nada, me limité a verlo detenidamente.



-¿Qué? -preguntó calmado.



-Nada -me percaté de que siempre me quedaba mirándolo. Debía de dejar de hacer eso.



Intenté coger otro rumbo de conversación y lo primero que se me ocurrió fue:



-La primera vez que hablamos, me habías dicho que me estabas llamando, ¿Para qué? -alzó las cejas como si se estuviera recordando, mientras asentía.



-Que bueno que me lo recuerdas, lo había olvidado. La verdad es que, como sabes, estoy en el área de periodismo y cada uno tiene que hacerle una entrevista digámosle así, a una persona cualquiera del colegio. Había pensado que sería buena idea pedirte una oportunidad para hacerla sobre ti, sería bastante interesante.



Me quedé callada por unos segundos pensándolo bien.



-¿Interesante por qué? -pregunté hasta que caí en cuenta -ah, ya, claro...una de las capitanas del equipo de porristas -no sé por qué, pero lo había dicho un poco desanimada, me salió de esa manera y me arrepentí al instante en responder. La verdad era que me había olvidado hasta de mi vida en el colegio, de cómo era, me había olvidado de que era "la reina del colegio" como suelen llamarme. No sé por qué razón me sentí de esa manera, como si estuviera abrumada al recordarme a mí misma. Era difícil de explicarlo.



-No exactamente -respondió simple.



Volteé a verlo lentamente.



En mi cabeza sentí una tormenta de preguntas.

El inesperado clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora