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«No haré preguntas. No diré que eras tú.

Dejaré que la vida se tome su tiempo y en cualquier momento verás la verdad.»

Truth – Zayn.



Si no hubiera sido porque sabía que detrás de Hutts se escondía un negocio ilegal, seguramente ese sería uno de los restaurantes a los que iría a cenar cuando mi madre decidía que debía salir junto a sus amigas y las hijas de ellas.

Las mesas eran de un caro roble, al igual que las sillas. Todo estaba muy bien iluminado por costosas lámparas que, a simple vista, parecían estar bañadas en oro. Había cuadros de reconocidos artistas en las paredes. Todo se veía muy armonioso, nadie pensaría que en este lugar se practicaban apuestas.

—Buenas noches, Will —dijo una morocha muy bella en cuanto nos adentramos al lugar.

—Hola, Sarah —saludó él sin prestarle mucha atención.

—¿Cenarás aquí esta noche? —preguntó con una sonrisa muy pretensiosa para mi gusto.

—Ya he cenado —respondió frunciendo el ceño—. ¿Has visto a Daxton?

—Él ya ha encontrado con qué divertirse —dijo mirando en dirección hacia donde se encontraba él con una chica parecida a Sarah.

—Imbécil —murmuró Will y sacó el teléfono de su bolsillo, marcó un número y lo llevó a su oreja—. Daxton deja de hacerte el galán y entremos de una vez.

Miré a Daxton que decía algo por teléfono y, luego de dirigirle unas palabras a la chica con la que se encontraba, se levantó y comenzó a caminar hacia donde estábamos.

—Hoy salgo a las once —dijo Sarah a Will.

¿Acaso no se daba cuenta de que yo estaba a su lado y que Will estaba tomando mi mano?

—Me alegro por ti —dijo tajante y apretó mi mano.

—Así que —dijo Sarah mirándome con repulsión—, ¿ella es tu nueva chica?

—No es asunto tuyo —respondió Will con enfado.

Noté como Sarah y Will se mataban con la mirada, pero preferí no meterme en sus asuntos, y mucho menos hablar con alguien como esa chica, quien seguramente se acostaba con todos los tipos que entraban al lugar.

—Lo siento, no quería entrar solo —dijo Daxton al llegar a nuestro lado.

—Adiós, Daxton —dijo Sarah de mala gana, giró sobre sus talones y desapreció en una puerta que estaba a un lado de la barra.

No me molestaba que Will en algún momento hubiera estado relacionado con esa chica, era parte de algo que había pasado y, al parecer, también terminado.

Más que enojarme o hacer alguna tonta escena de celos, me sentía feliz. Will había demostrado frente a alguien que estaba en algo conmigo, aunque ese algo fuera más nada que algo, me sentía muy alegre.

Will volvió a apretar mi mano y me sonrió.

—Lo siento —dijo algo molesto—. Solía hacer cosas con Sarah... ya sabes a qué me refiero —murmuró para que Daxton, que se nos había adelantado unos pasos, no lo escuchara.

—No tengo problema con ello —dije con total sinceridad y él sonrió.

Seguimos a Daxton hasta un pasillo en donde había cuatro puertas, dos de las cuales eran los baños. Él abrió con una pequeña llave la puerta que estaba junto a la del baño de damas y entró delante de nosotros.

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