4.De vuelta (pt.2)

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Si Woozi se miraba en el espejo realmente no estaba tan mal, su piel pálida podría esconderse bajo la lámpara del baño, o sus ojeras eran escondidas cuando bajaba la mirada. La verdad es que mirarse frente a frente era desalentador, le recordaba que cada una de sus facciones se deformaba en terror cada vez que estaba en esa casa. Su reflejo solo le demostraba lo fatal que se veía con tan solo estar en esa casa. Suspiró y bajó la vista hasta encontrarse con el agua saliendo a chorros del grifo.

Se inclinó para mojarse el rostro y despejar su mente.

Él sabía que aquella mujer hospedada en una de las habitaciones quería separarlos, él realmente tenía en cuenta a donde iría una vez que Wonwoo cediera a su presión, Dios, él sabía cual sería el destino de Seungkwan, y el de Dino.... Ya no se volverían a ver, ya no estarían juntos, y el sabor amargo en su boca solo era una clara muestra de que él lo creía correcto.

Él era el hermano mayor, el que debía de ver por sus hermanos, Wonwoo no, Wonwoo era solo un intruso en sus vidas desde hace tiempo, eso había estado vagando en su mente desde que fue rechazado. Woozi era el hermano que debía mantenerlos a salvo, aún cuando no estuvieran juntos. ¿Por qué? Porque es lo mejor, un destino seguro para sus hermanos menores, un camino que seguir bajo personas pertinentes, eso era lo correcto, no era la tontería cursi de mantenerse unidos simplemente por ser familia.

Sus hermanos podrían ser felices. Sin él, sin Wonwoo, sin estar juntos.

Abrió los ojos enfocándose en aquel pequeño remolino que se formaba cuando el agua corría. Era lo correcto, se repitió a si mismo. Es lo correcto.

Una gota roja se mezcló con el agua.

Abrió los ojos confundidos y alzó la mirada hasta el espejo para observarse, a pesar de las ojeras y la piel pálida su rostro estaba limpio, pasó una mano por su nariz y boca para comprobar que esta estaba limpia de igual forma. Nada. Regresó su mirada abajo.

Otra gota, y luego más, y más.

Arriba.

Respiró profundo y en un rápido movimiento dejó su cabeza caer hacia atrás para mirar al techo.

Le sonrieron con largos hilos de sangre cayendo en su rostro. Su garganta se cerró y sus ojos intentaron abrirse más de lo que sus parpados le permitieron, dio un paso hacia tras, y eso lo siguió con la mirada. Eso, eso, eso de gran sonrisa y... con cuencas vacías, eso sin brazos ni piernas, esa oruga humanoide adherida al techo, eso, de cabello largo. Iba a gritar pero se atoró en su garganta una cosa que no supo distinguir. Regurgitó varias veces mirándose de nuevo al espejo olvidando por un segundo "eso", se estaba ahogando y necesitaba escupir lo que ahora subía por su garganta. Se miró al espejo abriendo la boca para escupirlo, intentando sacarlo, se tocó la garganta en un vano intento de ayudarse a si mismo mientras que sus ojos se enfocaban en mirar aquella oscuridad al fondo de su lengua. Dios, no estaba sirviendo, y estaba ahogándose. Desesperado metió dos de sus dedos para intentar atrapar lo que se encontraba ahí, eso casi lo hace vomitar, y lejos de ser una buena idea era pésima, él podría ahogarse. Escarbó en su propia laringe hasta que la punta de sus dedos tocó algo, curiosos hilos no dudó en jalar. Con esfuerzo logró tomar firmemente de aquellas delgadas cuerdas y soltó una arcada, sin pensarlo más lo jaló por fin intentando sacarlo.

Lento y pausado sentía como aquello atravesaba desde su pecho, subiendo y cediendo a su agarre, Jihoon ya estaba de otro color para ese punto, mas sus ojos seguían enfocados en su boca abierta y su mano saliendo de ella con lo que sea que estuviera dentro de él. Sus pupilas dieron una vuelta hasta el techo intentando encontrar a "eso" que estuvo, pero ya no había nada. Regresó sus ojos al espejo donde por fin su mano había sacado fuera parte de los hilos...

ÉL [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora