Capítulo 1

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A través de su sonrisa descubrí la necesidad de protegerle de todo, descubrí el sol en plena tempestad, descubrí la felicidad en medio de mi soledad y sobre todo descubrí el sobrenombre del amor: Thomas.

5 años después.

Amaranta.

—Cariño, ¿Podrías apresurarte un poco más?— pregunté jalando a Tommy del brazo mientras caminaba rápidamente.

Estaba llegando tarde al trabajo, hoy no había escuela y Clarisa, la esposa de mi tío quién era mi ayudante y amaba como a una madre ¡No estaba! había decidido tomarse unas vacaciones con mi tío, no quería dejarme, pero incluso yo les había insistido que se fueran deseando que se quedarán y es que ellos se lo merecían, merecían tiempo a solas y ahora por cabezota estaba metida en este lío.

¡Mierda y más mierda! Carlos me había advertido que no volviera a llegar tarde y no solo llegaría tarde, sino que lo haría con un niño hiperactivo, que además preguntaba y hablaba demasiado.

—¿Mami polque no me dejaste con la tía Clalisa?—se quejó por milésima vez mientras lo jalaba despacio.

—Ya te dije que se fueron de vacaciones—le respondí apresurado el paso al ver cerca la entrada del supermercado donde trabajaba de cajera.

—¿Cuándo ilemos de vacaciones?—se detuvo.

—Cuando mamá junte dinero—retome la caminata.

—Siemple dices lo mismo mami—dijo haciendo un puchero.

—Thomas, lo haremos ¿Sí?, pero ahora no. Ahora mami debe entrar al supermercado y tú te portaras magníficamente...¿Verdad amor?—dije más para mí que para él, para la mala suerte de mucha gente cercana a nosotros, Tommy había heredado un poco de mi torpeza.

—¿Y que halé pala no abulilme?— Tommy aún no sabía pronunciar bien la "R".

—Te prestaré mi celular, estarás escondidos debajo del mostrador, no harás ruido, ni uno solo... ¿Entendido?—asintió rápido.

Era algo arriesgado lo que hacía, si me descubrían me tenía que dar por despedida, pero debía arriesgarme, así que con la ayuda de Stefany ingresé disimuladamente al niño y lo senté debajo del mostrador en mi puesto de trabajo, le hice señas a Tommy para que hiciera silencio y le presté mi celular sin volumen para que se quedara quieto.

Era cajera hacía un año en la importante cadena de supermercados "Marrash", el dueño era un árabe que de seguro estaría en un oasis en sus machistas tierras pudriéndose en dinero mientras yo deseaba tener la capa de invisibilidad de Harry Potter para mi hijo y de ese modo así nadie lo viera.

Observé como por los pasillos pasaba Carlos como si tuviera un palo en el trasero creyéndose dueño y señor del lugar, dirigió su mirada hacia mí. Le sonreí tan inocente y tan amable como solía ser.

—La hipocresía no va conmigo linda, ponte a trabajar, un minuto más y estarías despedida— me dio la espalda e hice señas de estrangulación por detrás. Hazlo por Tommy me repetí mentalmente..."Hazlo por Tommy".

—¿Mami quien ela él?—susurró despacio Tommy.

—Ese es el horrible monstruo del que te he hablado, ahora haz silencio—me había desahogado con Tommy más de una vez, era un niño bastante inteligente y entendía muchas cosas.

—¡Ah, lo olvidaba!—dijo devolviéndose con aire de suficiencia—péinese y trate de verse mejor—me miró por el hombro y sonrió—si es posible con ese cabello rizado suyo—le sonreí, pero ya tenía ese raro tic en el ojo cuando estaba muy molesta— Hoy vendrán a visitarnos la familia Marrash y necesito que de una buena impresión. De los otros trabajadores no tengo quejas, pero usted es otro caso... —se dirigió a mis compañeras— Apenas sea la hora de almuerzo maquíllese un poquito e intente lucir un poco más... presentable por favor—cuenta hasta diez, uno, dos, tres, cuatro, cinco... ¡Vete al diablo Carlos! seis, siete... ¿Podría darle un poco de jugó con cianuro? ocho, nueve y diez, respiré hondo y me calmé un poco.

A Través De Su Sonrisa Where stories live. Discover now