- Esperaba que huyeras como siempre lo haces. - El tono seco primó en la voz de Park, lanzó su primera de tantas dagas que se había guardado, y ahora era él quien tenía el control de la situación, algo que no se esperó en absoluto. - ¿Por qué fuiste a encontrarme en la plaza noches atrás? Y no digas que fue mera casualidad.
- Vaya JiMin, mi mundo no gira en torno a ti. - Rió el mayor por lo bajo mientras tomaba asiento a un lado de Park, manteniendo la distancia que sabía ambos necesitaban. - Fui a dar mi caminata nocturna usual, cada vez que vengo a Seúl me dedico a observar los paisajes, a generar recuerdos, los profesores de literatura en Incheon dicen que es la mejor inspiración para poder ser un buen escritor, basarte en sentimientos propios y modificarlos a tu antojo. - Suspiró al decir todo aquello lo más calmo que pudo, mirando el piso para no perder el hilo de sus pensamientos.
- ¿Entraste a literatura finalmente? - JiMin estaba realmente sorprendido, HakYeon provenía de una familia demasiado estricta como para que le dejaran estudiar algo relacionado a las artes, y el solo hecho de pensar que el joven sería escritor le daba, en una pequeña parte de su interior, alegría.
- Si, no fue algo fácil pero decidí escoger lo mejor para mi, como alguna vez me dijiste. - Miró al chico y sonrió, era claro que algo no cuadraba con la situación, pero el menor no podía percatarse: HakYeon sería, después de todo, su piedra de tope. - Así que a eso vine a Seúl, espero responda tu pregunta.
- Si, la responde, eso no significa que haya terminado esto. - JiMin tomó una bocanada de aire, porque sabía que podría salir herido con lo siguiente, pero si ya pudo resolver una de sus dudas ¿Porqué no lanzarse con aquella que siempre le perseguía? - ¿Por qué hiciste lo de los camerinos? Y sé completamente honesto.
- ¿Seguro que quieres una respuesta a eso considerando tu estado? - HakYeon le señalo su rostro ojeroso y sus palmas vendadas, el chico sabía todos sus secretos, JiMin simplemente asintió, y luego cerró sus ojos para escuchar sin mostrar emoción. - Bueno... Creo que ¿Envidia? No sé Park, eras el más popular... y se suponía que yo debía serlo, que debía ser la estrella del instituto, era lo único que tenía...
- ¿Lo único que tenías? - JiMin se levantó en cuanto escuchó eso, y una mirada fría fue la que surgió cuando miró al mayor - ¿Osea que no significaba nada para ti tenerme a tu lado? - Las lágrimas amenazaban con salir a toda velocidad, pero las contenía con todo su ser.
- No interpretes mis palabras Park, no soy un libro. - El mayor se levantó y se puso frente al menor, tomándole suavemente de sus brazos, tratando de calmar el notorio temor de Park. - Claro que significó algo... Mierda, JiMin, significó mucho, cada segundo era valioso, alimentabas mi deseo de triunfar... de ser mejor.
- ¿Y después? ¿Qué pasó que decidiste que esos segundos ya no eran valiosos? - Las lágrimas brotaron finalmente, el chico estaba roto, necesitaba la verdad, pero no sabía que le dolería tanto.
- Pasó que tu brillo seguía creciendo, y el mío no, y tenía que destruirte JiMin... eras mi kriptonita, no podía permitir que siguieras surtiendo efecto... - HakYeon intentó secar las lágrimas del menor, pero un golpe en su mano se lo impedió... - Park, por favor... tú-
- ¡Sé lo que quería! - JiMin se soltó de los brazos del mayor, y se alejó, una distancia fría que representaba su relación a más no poder, su tono de voz iracundo, estaba dejando salir todo lo que contuvo por años. - ¡No tienes que sacármelo en cara! ¡Me destruiste la vida HakYeon! ¡Mis relaciones, mi familia, mis estudios, todo lo destruiste! ¡¿Siquiera te importó aquello?! - Estaba gritando, sabía que podía hacerlo tranquilamente, nadie sabía dónde estaban.
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•• Burbujas secretas •• YoonMin ••
Fanfiction«Fue en el momento que tomó de mi cintura en aquella piscina que supe me había enamorado del chico tatuado.» Jimin era un chico de dieciocho años que había sido seleccionado para integrar el equipo de natación de la Universidad de Seúl en el minuto...
