Hafefobia [Human!Error x Reader] 2

29: Inició el juego

Narrador

- ¡¡CALLA AL NIÑO MALDITA SEA!! - Gritó el destructor tapando sus orejas.

- ¡Deja de gritar entonces! - Tú mecias a Mistake en brazos. - Ya Mistake, tampoco me gusta escuchar los gritos quejosos de tu padre - Hablabas con tu niño mientras mantenías un rostro serio.

- Grrr... - Gruñó tu marido. - ¿Sigues enojada? - Lo ignoraste, como lo llevabas haciendo horas. - Veo que si... - Suspiró.

Ya habían pasado la primer noche en su hogar del void, Mistake no hizo escándalo en la noche (cosa que agradecías) y Error quería mantener una conversación más de 10 segundos contigo, pero no lo lograba.

- ¿Quieres ir a algún lado? - Negaste.

- Cuida a tu hijo, yo iré a dormir - Se lo entregaste y el pequeño alzó sus manitas hacia ti. - Mamá está cansada, llevate bien con tu padre - Hablaste con seriedad. - Puedes babearlo si deseas - Le guiñaste.

- ¿Qué?

- Buena suerte idiota - Saludaste con la mano y fuiste al cuarto.

Error miró a Mistake, él estaba con una expresión neutral.

- ¿Dónde puedo llevarte?... - Se preguntó a si mismo.

Mientras Error experimentaba la paternidad por primera vez (esperando que sea la única) y tú aprovechabas a descansar y despejar tu mente, los "reclutas" seguían entrenando, pero ésta vez con Sans'es.

- Muuuuuy lenta - Dijo Swap!Papyrus al esquivar un ataque.

- ¡¡SABES QUE SOY UNA MALDITA HUMANA!! - Gritó su "alumna" Vannia.

- Yo también y no me quejo, es más, lo agradezco, puedo dormir bastante - Agrandó su sonrisa relajada.

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La referencia uwu

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DAAAHHH!! - Quejó aún más fuerte la humana.

- Desde el inicio - Habló su guardián y volvieron a estar enfrentados.

Ya no era extraño que todo se volviera blanco y negro y que comenzara a sonar una melodía, Vannia ya se había acostumbrado a ello y la animaba aún más.

- Espero logres llegar a mi ataque especial - Guiñó el más alto.

- ¡Es una mierda! - Gritó antes de empezar a atacar.

En un universo más, dulce...

- ¡N-no comas eso! - Dijo Sugar!Sans mientras su "misión" comía dulces y lo ignoraba.

- ¡Mhmh! ¡E ico e ez! - Habló con la boca llena y su guardián no le entendió.

- Candy por favor, Ink me dijo que debo entrenarte! - Se acercó a la chica. - Ya eres una adulta, comportate - Miró suplicante.

Ella tragó lo que comía. - Bien bien... Pero sabes que amo los dulces - Habló con una sonrisa.

Ellos por fin comenzarían el entrenamiento, mientras que los demás seguían...

- Ah... Ah... - Respiraba agitado mientras su contrincante mantenía una gran sonrisa.

- ¿Eso es todo? ¡Bah! - Gritó y miró a un lado. - Si Papyrus, ya lo-¡No debo matarlo! ... Pero-... Bien - Suspiró.