Día 0

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—¿Estás diciendo que mi sueño... de hecho se hará realidad?

Luke asintió la cabeza.

—¿Y mañana a medianoche la Muerte va a intentar llevarse mi alma?

Luke asintió de nuevo, esta vez dándole a Ashton unas palmaditas en el hombro.

—No te preocupes por eso, encontraremos una manera de salir de esto. —Pero no lucía muy seguro.

Ashton sólo permaneció ahí sentado, asimilando todo. Dudaba de las palabras reconfortantes de Luke. ¿Cómo podrían salir de esto? Si no hubiera sabido que los ángeles existían, quizá pensaría que Luke hablaba mierda. Pero era sólo una pesadilla, ¿cierto?

—Si esto es alguna clase de broma, entonces tienes un terrible sentido del humor. —Ashton interrumpió el silencio, sus brazos cruzados. No podía creer nada de eso, era imposible. Luke frunció las cejas, mirando a Ashton con confusión, con un toque de simpatía por su evidente negación.

—No estoy bromeando, Ash.

—P-Pero... ¡eso no tiene sentido! —Sintió su corazón latir rápidamente. Luke no bromeaba. Tiró de su cabello, soltando un gruñido—. Eso no debería ser posible, pero lo es. Oh, Dios. —Ashton divagaba, sacudiendo su cabeza. Luke lo envolvió en sus brazos, apretando ligeramente su hombro.

—No te estreses. Yo... Calum y yo te sacaremos de esto, ¿está bien? No te rindas todavía. —Ashton suspiró, permitiéndose creer en las palabras de Luke. Ahora respiraba más despacio. Se acercó al ángel, apreciando el consuelo, incluso si era en vano. Luke acercó más a Ashton a su lado en respuesta, soltando un suspiro.

Luke estaba sorprendentemente calmado. Estaba tan acostumbrado a pensar en la visita inevitable de la Muerte a Ashton que estaba seguro de que podría pensar en algo.

Quizá.

***

Era hoy.

Luke no pudo dormir, aunque en verdad no lo necesitaba, y deseó que Ashton hubiera pasado la noche con él. El chico insistió en irse, preocupado por su gato endemoniado y por no querer ser una carga. Ashton nunca era una carga, pero siempre se sentía así. ¿Cómo podría serlo? Ashton era la única persona que Luke amaba tanto como para romper las reglas.

Por supuesto, eso parecía haber salido mal.

—Oye... —Calum dijo con cautela esa mañana, harto de los constantes cambios de humor que Luke había tenido en casa. Todo tenía sus motivos; estaba estresado, tan cerca de por fin poder amar a la persona de la que se enamoró.

Luke apartó la mirada del televisor para ver a su amigo.

—No puedo dejar de pensar en eso —Luke murmuró, sus ojos comenzando a brillar. Calum sabía exactamente de lo que hablaba—. ¿Qué tal si no puedo salvarlo? No puedo... No puedo perderlo, ¡lo acabo de obtener! —Calum juraba que veía el labio inferior de Luke temblar, y le asustaba. Luke nunca se molestaba tanto.

Calum suspiró, sabiendo que esto lo estaba torturando. Caminó hacia él y se dejó caer junto a su amigo, quien tenía su cabeza enterrada en sus manos.

—Mira, Luke... —No sabía qué decir exactamente—. ¿Quieres que te diga lo que pienso? ¿La verdad? —Luke levantó su cabeza y miró a Calum, sus ojos llorosos. Asintió lentamente, preparándose para la cruda verdad que había estado evitando todo este tiempo.

—Está bien. —Calum susurró en voz baja, apartando sus ojos de los de Luke. Temía darle falsas esperanzas por accidente sólo para que no se entristeciera más—. Bueno, a menos de que se nos ocurra algún plan maestro, no hay nada que podamos hacer. No podemos detener a la Muerte, no podemos detener lo inevitable. Ashton es una gran persona que sufrió más en la vida de lo que la disfrutó. No... esperaba que todo terminara bien, ¿entiendes?

Carafernalia -LashtonTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon