- Estábamos dándole el recorrido a la casa como ya sabes, es muy grande, tiene de todo, un salón de fiesta, una biblioteca, un gimnasio, una... - se calló cuando noto que le levante una ceja y me puse seria – Lo siento, me desvié del tema. Bueno entonces llegamos a su habitación – abrí los ojos de par en par pero no se dio cuenta ya que estaba mirando hacia otro lado –, era muy mono, estuvimos un rato hablando y me levante para ir a ver algo que me llamo la atención en su escritorio, cuando me acerque lo sentí detrás, me respiraba en la oreja y no pude evitar voltearme, me tomo de los muslos y me sentó, estuvo a punto de besarme pero no lo deje, así que en vez de eso, paso a besar mi cuello, mis hombros, mi cara, menos mis labios – se le escapo una sonrisa –. Dijo que haría todo lo necesario para ganarse un beso.

- Estas enamorada – dije levantándome de mi asiento para ir a lavar los platos.

- Yo... creo que sí. Con él me siento bien, me gusta cómo me trata, como me mira, como me habla, es lindo sentirse así – se bajó de la silla y busco nuestras cosas en mi habitación; para cuando estuvimos listas dijo –. Y sé que Sebastián siente lo mismo por ti, he notado como te mira y lo hace de la misma forma que tú a él.

- Eso espero. Pero ya, vayámonos antes de que se nos haga tarde.

Todo el trayecto estuvimos hablado de Daniel, ya me tenía harta de tanto escuchar su nombre, esto era un suceso que no se veía todos los días, nunca había visto a Isabella tan feliz, y me ponía contenta que estuviera de esa forma porque sabía que él la quería de verdad. Cuando estábamos a unos cuantos kilómetros de llegar alguien llamo a Isabella.

- Bella – esa voz, se me hacía conocida, al darnos la vuelta Isabella me apretó el brazo.

- Erick – dijo en un susurro – ¿Qué-que haces por aquí?

- Solo daba una vuelta y cuando te vi decidí acercarme para saludar – estaba distinto, no era el mismo de hace dos años, tenía la voz más grave, su mirada era fuerte, se podría decir que hasta malvada y cuando estaba haciendo mi análisis me miro –. Hola Valentina.

- Hola Erick – me escrutaba con la mirada, como si quisiera atravesar mi cuerpo.

- ¿Aun sigues con tu problema? – dijo y se le asomo una sonrisa.

- No es tu problema así que mejor lárgate de aquí idiota – dije y su sonrisa se borró, cuando se iba a acercar a nosotras alguien se puso en el medio.

- Ya escuchaste, es mejor que te largues – era Sebastián, Daniel llego y se puso al lado de Isabella.

- ¿Estas bien? – mi amiga solo asintió, no pensé que le afectara tanto volverlo a ver.

- Así que ese es tu nuevo noviecito, ¿ya te acostaste con él o lo dejarás esperando al igual que a mí? – dijo en una carcajada –. Hermano si quieres a una que te complazca no la busque a ella, créeme, no lo hará, es solo una calienta pollas – Daniel estaba a punto de lanzársele encima cuando Sebastián lo detuvo.

- Vuelve a decir una palabra y te partiré la cara – Erick solo rió y volvió a mirarme.

- Yo ya me voy, nos veremos luego... Adiós Vale – y se fue.

Abrace a Isabella y pude sentir unos cuantos sollozos, mientras yo trataba de calmar a mi amiga Sebastián lo hacía con Daniel. No entendía porque Erick después de tanto tiempo la buscaba, primero en el callejón y ahora aquí; pero lo que más me intrigaba era su mirada, sobre todo la que transmitía hacia mí, él y yo nunca tuvimos una relación de amigos, por eso me parecía extraño que la hubiera dirigido tantas veces hacia mí.

- ¿Quién era ese? – pregunto Daniel y se acercó a abrazar Isabella.

- Era el exnovio de Isabella – dije y mire a Sebastián, estaba serio pero cuando me miro se relajó un poco.

Lo que encontré en tiWhere stories live. Discover now