- La estupidez también – La miré con enojo.

Si... Había amanecido de pésimo humor, dormí muy poco y no tenía idea de cómo iba a desenredar todo este asunto sin afectar mi relación con Jade.

- Tori... De verdad, no sé que habrá pasado con Jade anoche y tampoco me interesa, pero nunca te había visto tan de mal humor por la mañana – Trina revolvía el azúcar dentro del líquido - ¿Sabes qué? Hacen falta unas galletas – Me dio la espalda para buscar en la alacena.

Aproveché para verter un poco más de azúcar en su taza, si ella y Beck arruinaban mi día, yo iba a arruinar sus bebidas al menos.

- ¡Si, mis favoritas! ¡Te amo abuela! – Exclamó cuando encontró la caja con las galletas – A propósito... ¿Qué haces despierta tan temprano? – Terminó de revolver el café.

Alcé los hombros en espera de que diera el primer trago.

- ¡Puag! – Puso cara de desagrado – Le falta azúcar – Dijo añadiéndole más.

- ¿Qué? – Exclamé con fastidio – Ay ya... Olvídalo – Quise irme de ahí a tomar un poco de aire fresco al balcón y de paso ver si me aviento desde él.

- ¿No me vas a decir qué mosco te picó? – Habló Trina antes de que saliera.

- No, ahógate con tu café – Respondí con amargura.

- ¿Por qué estás tan molesta conmigo? – Insistió.

- A ver Trina... - Me cansé de contener mi molestia – Se que no puedes entender ni un poco respecto a emociones ajenas, pero aquí va... Beck, entró en mi habitación y se puso a decir que está enamorado de mí y luego... Me beso –

- Y eso es mi culpa porque... – Dijo de lo más tranquila mientras bebía de su taza.

- ¡Porque tú lo has estado alentando a que continúe buscando una oportunidad conmigo! –

- ¿Qué? – Preguntó extrañada - ¿Te sientes bien? –

- ¡Es obvio que no! – Contesté.

- Bueno, pues te preparas un té y te relajas porque lo que sienta cualquiera por ti no es mi responsabilidad – Ahora ella estaba a punto de abandonar la cocina – o ¿A caso yo te dije que lo besaras todas las veces anteriores? –

Me quedé sin palabras.

- Si, eso pensé... Buen día hermanita – Sonrió con cortesía y me dio la espalda.

- Buenos días – Dijo Robbie entrando al mismo tiempo que Trina abandonaba la cocina.

- ¿Tú qué? – Respondió ella con desagrado.

- Buen día – Dijo el chico para mí.

- Hola... - Respondí rodando los ojos.

- Vaya... Amanecimos de malas – Dio un mirada rápida alrededor - ¡Café! – Exclamó emocionado - ¿Puedo? –

- Adelante, disfruten todos del buen café... - Me crucé de brazos.

- ¿Todo bien? – Preguntó preocupado en lo que tomaba una taza.

- Si... - Mentí - ¿Qué te dijo mi papá anoche? – Quise saber.

- Oh él... Me señaló con tacto lo mucho que le importas – Respondió Robbie con calma.

- Te amenazó ¿cierto? - Alcé una ceja.

- Sip – Asintió él – Con una especie de... -

La cita - JoriWhere stories live. Discover now