Capítulo 8

13.4K 1.2K 394
                                    

Me levanté de inmediato con el corazón acelerado a raíz de ese pensamiento que se había colado en mi cerebro de una forma inesperada.

Estaba loca y sin remedio. Lo acepto.

- Si yo creo que... Deberíamos levantarnos del suelo antes de que nos dé un resfriado o algo así - Dije, estirando mi mano para ayudar a Jade a ponerse de pie. Desde luego no aceptó mi ayuda.

- ¿Hacen unos 40 grados y tú crees que nos va a dar un resfriado por estar en la alfombra? - Se levantó para volver a sentarse en el sofá.

No planeaba irse aún y eso era un enorme problema porque si no dejaba de estar frente a mí en este momento podían pasar dos cosas;

La primera es que el impulso de besarla volviera a aparecer...

Y la segunda es que no resistiera más el sentimiento de culpa por haber besado a Beck y terminara confesándolo.

En cualquiera de los dos casos creo que podría ganarme una cachetada de su parte.

- ¿Vega? - Llamó mi atención.

- ¿Sí? - Me sobresalté.

- De verdad... ¿Qué pasa contigo? - Se cruzó de brazos - Estás muy dispersa - Negó.

La observé fijamente, sus ojos azules me miraban con curiosidad. ¡Ese color era hermoso!

Y por más que ella intentara parecer indiferente, ante todo, si te fijabas detalladamente en esa mirada, podías descubrir lo que había detrás de su máscara.

Mi mirada se desvió a sus labios por una fracción de segundo. ¿Por qué me está pasando esto a mí?

- Estas comenzando a preocuparme... - Volvió a hablar.

Deja de hablar... ¡Mientras más lo haces menos puedo concentrarme!

Tenía que decirle lo de Beck.

- ¿Se supone que ahora te agrado? - Pregunté para saber cuánto estaba arriesgando por una estupidez que ni siquiera podía decidir si había sido de mi total agrado.

Ella se sorprendió por la pregunta repentina, pero lo disimuló intentando parecer indiferente. De todas formas, su mirada ya no podía mentirme, lo estaba procesando en su mente y le costaba expresarlo.

- ¿Yo te agrado? - Ladeó la cabeza.

- Yo pregunté primero... - Me crucé de brazos. - No puedes responder a mi pregunta con una igual -

- Claro que puedo, Vega... Yo puedo hacer lo que quiera - Cruzó los brazos también.

Suspiré con resignación. Esta chica era difícil, pero yo también podía llegar a serlo si me lo proponía.

- Mi casa... Mis reglas - Jade me miró sorprendida, pero al segundo supo cómo superar mi argumento. Ella era mucho mejor en ello.

Se levantó del sofá y salió por la puerta principal dejándola abierta. Se paró en mi entrada y se cruzó de brazos con una ceja alzada.

- Sigues estando en mi entrada... - Me acerqué a la puerta.

- Oh, no hay problema - Dio la vuelta para caminar hacia la calle. Rodé los ojos y la alcancé por el brazo.

- ¡Ya entendí, Jade! Vuelve... - La hice girar, pero no caminó hacia dentro, se quedó parada frente a mí, sonriendo triunfal.

- No necesito una respuesta, tu insistencia por que me quede habla por sí misma -

- ¿Ah si? pues tú también pudiste responder que no te agrado, tan cruel y despreocupadamente como siempre lo haces, pero no lo has hecho... - Ella se quedó pensando.

La cita - JoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora