Capítulo 11

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8:00 a.m.

La alarma fue fiel al anuncio de relojes con despertador incluido de dónde había comprado el suyo, el infeliz no dejó de sonar por la última media hora. Dean había apagado a la maldita algunas cinco veces y no se detenía, ya lo tenía harto, ¿Por qué simplemente no lo dejaba dormir?

Crack

— Asunto arreglado. — Mencionó Castiel a un lado de la cama, vestido, con un bate en sus manos y un despertador de mil dólares aplastado a su lado. — Buenos días, Dean. El desayuno está servido.

— ¿Qué hay en el menú de hoy? — Preguntó todavía adormilado e ignorando la desgracia bien merecida de si despertador.

— Yo... Yo no tengo un menú y-

— Cas, me refiero a que me digas que has preparado.

— Oh, en ese caso... Aprendí a usar el tostador y hice-

— Nono, se dice: "e hice", es algo de ortografía, no podría explicarlo, así que haz tus deducciones.

Castiel permaneció en silencio, haciendo sus deducciones.

— Pero no ahora Cas... ¿Qué hay de desayuno?

— Oh, lo siento. Hice pan tostado con mermelada, aunque la mermelada se la pones tú, no sé cómo te gusten así que creo que hoy no hice nada... Elaborado. A no ser que prefieras algo diferente, lo prepararé.

— Está excelente así, Cas. Me vestiré y bajo en un momento.

— De acuerdo.— Castiel dejó la habitación y regresó a la cocina, esperando no haber quemado nada esa vez

Dean bajó en menos de cinco minutos, "un milagro" diría su madre, pero Castiel no sabía nada de eso y siguió vigilando el tostador.

— Es automático, no tienes que estar ahí siempre. — Habló Dean a sus espaldas mientras se servía café, otra cosa que le agradaba de Castiel, siempre tenía el toque para el sabor perfecto.

— Lo sé. Pero la última vez que desvíe la mirada, salió un carbón y no un pan. Quiero estar seguro.

— Está bien. Pero no pienses siquiera que vas a dejarme desayunar solo.

— Oh, no. De ninguna manera.

— Ven y siéntate. Si sale otro carbón, me lo comeré yo.

— No podría dejarte hacer eso.

— No te pedí permiso. Además, sólo es un pan quemado, estará bien.

Castiel asintió en silencio, dejó atrás el tostador y se sentó junto a Dean y la pequeña torrecilla de pan tostado/quemado, hubo varias fallas, pero eran comibles y la mermelada compensaba un poco el sabor, un par de platos, vasos para servir leche o jugo en su defecto y un cuchillo para untar eran las pocas cosas quedé encontraban en la mesa.

— ¿Dormiste bien? — Preguntó Dean.

— Yo no dormí.

— Claro... ¿Y por qué no? Y ya sé que no estabas cansado, pero dormir es parte del buen funcionamiento. No puedes sólo decir que no vas a dormir.

— No lo sé, supongo que simplemente no lo hago. No siempre soy consciente o tengo el poder sobre mi cuerpo, simplemente no me puedo forzar a dormir.

— ¿Piensas mucho?

— ¿Cuándo no duermo? Un poco, pero lo que hago no es pensar, es... es difícil de explicar.

Dean dejó de preguntar, Castiel dejó de responder e invirtieron los lugares para dar paso a un día casi normal mal y común, sin embargo no podría llamarse común si ambos tenían tan poco tiempo de conocerse. Castiel hizo preguntas, Dean las respondió, vieron una película que trataba sobre Batman y comieron palomitas de microondas porque Dean no estaba dispuesto a tardar en la preparación y Castiel simplemente estaba de su lado.

More Than A Machine | Destiel | AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora