Capítulo 5

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A la mañana siguiente Dean despertó por un sonido en el piso de abajo, de primera instancia se preocupó de que alguien haya entrado y esté robando pero descartó esa idea, las puertas y ventanas del exterior tenían alarma, su segunda opción tristemente fue que Castiel lo había engañado y sólo iba a robar su casa y luego matarlo mientras aún dormía, tal vez fuera descabellada la idea pero no estaba seguro de nada en ese momento, acababa de despertar.

Bajó las escaleras apresurado por saber que sucedía, la sala estaba vacía, un ligero sonido vino de la cocina. Llegó a la cocina y se encontró con una escena un tanto... complicada.

— ¿C-Cas? ¿Qué estás...? ¿Qué estás haciendo?

— ¡Oh Dean! Estoy haciendo el desayuno.— explicó simple, dándole la espalda a Dean, cocinando algo.

— Si lo puedo notar, pero... ¿p-porqué estás desnudo?

— Es que durante la noche me dio mucho calor, la respuesta más obvia era eliminar ropa para encontrar mayor flujo de aire en mi cuerpo.— Si... simple cómo siempre desde que lo conoce. Por no decir ayer.— ¿Quieres huevos? Tengo salchicha también, ¿Debería agregar leche o zumo?

— Ay por Dios...— Dean quería pensar con mente sana todo lo anteriormente dicho por el pelinegro, no es que haya sonado cómo una propuesta indecente, para nada, sólo en su mente podría ser algo indecente. Y Castiel era tan inocente...— Cas, quiero que me escuches con mucha atención por que realmente necesito que lo hagas.

— De acuerdo Dean.— se giró para escuchar con mayor concentración, apagando a su vez la cazuela con el desayuno.

— Existen algunas normas que deberías seguir, cómo por ejemplo esto de bajar desnudo...— realmente quería alejar la vista.— tienes que vestirte, no puedes ir caminando así por todos lados. Aunque cuando te encuentres en tu habitación puedes hacerlo.

— Dean, pero es un factor muy natural.

— Lo entiendo Cas, pero hay cosas que no se pueden hacer.— explicó con paciencia.

— ¿Te incómoda?— preguntó con lo que Dean creía era inocencia. No tenía otra explicación.

— Uhm... No... Bueno si, un poco.— Habló ligeramente tartamudo.— Vamos Cas, ve por algo de ropa yo me encargo del desayuno.

— Está bien, pero recuerda que hay que mantener el fuego bajo. Ya agregué sal y- — Dean se apresuró a detenerlo, no eran sus primeros huevos.

— Entendido Cas, pero ahora ve a vestirte, para cuando bajes ya tendré todo listo. —Lo tomó de los hombros y lo llevó fuera de la cocina.— Ahora ve.

Castiel asintió y se dirigió escaleras arriba, Dean lo observó mientras desaparecía en el segundo piso. Se giró y observó lo que estaba cocinando Castiel, nada extraño, aunque esos huevos tenían una hierbitas que no conocía pero olían bien y eso le bastó a su estómago a gruñir. Se sentía en otra vida que en definitiva no era la suya, tanto tiempo sin compañía en su casa que el tener a Castiel ahí era... Cómo esa absurda vida que todo mundo se empeñaba en que tuviera, ¿por qué no simplemente les valía lo que hiciera con su vida? Por algo se llamaba SU vida. No pueden sólo decirle que hacer con sus asuntos, mucho menos presionarlo, si tan sólo el padre de Jo no hubiera muerto, todo seguiría siendo como siempre fue; Dean divirtiéndose con amigos, Sam teniendo su vida de abogado, su madre llendo algunos fines de semana a casa de los Harvelle y tener parrilladas familiares. Todo sería muy diferente.

El sonido de las pisadas en la escalera lo sacaron de sus pensamientos. Ya había sacado la comida del sartén y la mesa casi estaba lista. No estaba muy seguro de cuando había empezado a trabajar en automático, pero no importaba ahora que ya tenía la mesa lista para cuando Castiel bajara.

— ¡Hey Cas! El desayuno está servido.— lo saludó apenas lo vió aparecer en el comedor.

— Hola Dean.— Saludó con voz neutro, cómo casi siempre que hablaba.— ¿Y cuál ha sido tu opinión sobre el desayuno?— preguntó ansioso por una respuesta.

— No he probado la comida Cas, pero hasta ahora su olor me encanta.—Repondió mientras acercaba un par de vasos y un jugo de Naranja embasado.— Esperemos a sentarnos para averiguarlo.

Castiel asintió en silencio. Dean lo invitó a sentarse en la mesa, justo frente a él, una mesa para seis personas, pensada para una familia grande. Dean había acomodado de forma en que ambos quedaran de frente, nada en especial, solamente que de esa forma la conversación era más fácil, teniéndolo enfrente no tendría que girarse para hablarle, por las mínimo que sea el gesto.

Ambos se sentaron y comenzaron a comer en silencio. Castiel observaba a Dean de vez en cuando mientras creía que Dean no se daba cuenta, pero Dean si que se enteraba de las miradas furtivas de Castiel aunque decidió no decir nada al respecto, Castiel decía cosas muy extrañas y el desayuno estaba siendo agradable.

— ¿Y?— preguntó Castiel al ver que Dean había terminado con su desayuno.

— ¿De qué?

— Sobre el desayuno. ¿Te gustó?

— Si, si, fue muy bueno. ¿Cómo es que sabes cómo cocinar, pero no sabes cómo ponerte una camisa?

Castiel se encogió de hombros, había información que simplemente tenía en su cabeza, y otra tanto que adquiría. Era extraño de explicar, no había muchas cosas que no supiera, pero entre esas cosas que no sabía estaban las cosas básicas que Dean entendía y no necesitaba de memorizar por qué era algo que hacía inconcientemente, como no quemarse con el café y soplando antes de dar un sorbo. Eso era algo que él necesitaba recordar antes de beber café caliente par evitar quemarse, era todo tan confuso.

— Supongo que existen cosas que se mantienen en mi cabeza, y otras tantas que no entiendo del todo. Las actividades que realizas suelen ser complicadas para mí y no las comprendo, así que mis acciones se vuelven torpes.— explicó, ojalá se haya dado a entender.

— Eso no tiene sentido. ¿O si lo tiene?—ya no sabía nada.

— Tiene explicación, hay veces en las que el problema de pérdida de memoria sólo afecta a ciertos recuerdos y ciertas zonas. Ya sea por enfermedad o un golpe.— explicó.

— Pero tú no estás enfermo, y no estoy seguro de que haya sido un golpe... A no ser que fuera el golpe que te di con mi auto.

— No, los daños por tu auto no fueron pérdida de memoria. Esto viene desde que desperté y no tengo idea de cómo solucionar esto.— colocó su manos  los lados de su plato, en un signo de nerviosismo y frustración con sus puños cerrados.

— Tranquilo Cas, pronto descubriremos quién eres en realidad y ya no tendrás que preocuparte de eso.— en un acto reflejo tomó la mano de Cas con una suya, en signo de apoyo.— Todo estará bien.

Castiel dejó ver una pequeña sonrisa y asintió, tenía y gustaba de confiar de Dean y es que su persona en general le parecía de excepcional humanidad, así de acuerdo a su conocimiento sobre historia las acciones de Dean eran nobles e ideales para la humanidad.

— Eres una buena persona, Dean.— halagó con la verdad.

— Oh, gracias Cas... Y tú eres un buen cocinero.— bien, lo aceptaba. Era malo con las buenas palabras o palabras de aliento o de cualquier cosa que sea con propósito de hacer sentir bien a otro.

— Fue algo pequeño, no es nada.— dijo intentando restarle importancia

— ¿Pequeño? Es el mejor desayuno que he tenido en semanas, incluso meses.

Y tenía razón. Porque normalmente él no desayunaba, o desayunaba aire o desayunaba polvo, y muy ocasionalmente un café, la hora de la comida era que valía la pena.

— Bueno.— alejó su mano de Cas después de enterarse que no la había quitado y no quería incomodar a Cas con sus tonterías.— Creo que es hora de empezar un búsqueda menos deprimente que la primera. Hay que encontrar tu identidad.

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Perdón por las actualizaciones en falso, ese botón de publicar está en un lugar muy poco conveniente en mi caso.

Espero que les esté gustando el fic, después de mil años desde que actualicé por última vez. :')

;)

More Than A Machine | Destiel | AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora