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~Brave POV~Tengo que decir que este es el último lugar donde esperaba pasar mi último día de vacaciones

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~Brave POV~
Tengo que decir que este es el último lugar donde esperaba pasar mi último día de vacaciones.

Con más de dies personas por delante estoy en la cola más larga del mundo, en el DMV para sacarme mi carnet de conducir. No soy la mejor conductora del mundo pero me defiendo bastante bien. El test en la computadora fue un poco difícil ya que no recordaba muchas cosas, pero sobreviví.—¿Suele ser siempre así?—Le pregunto a Joel mientras avanzamos un milímetro en la cola.

Joel es el único que estaba libre en la casa para traerme, bueno Killian también estaba libre pero después de lo de anoche no pensaba preguntarle. Aparte, Joel me cae bien, es uno de los más sociables de la casa. Lleva trabajando para los Hazer desde hace más de veinte años. Ya es como parte de la familia. Su hija se graduó el año pasado y ahora vive en Italia—La paciencia no es una de tus virtudes ¿Verdad?—Pregunta mientras se burla de inquietud.

—Obviamente no—Confieso.

Llevamos en la cola más de una hora y lo único que tienen que hacer es imprimirme el carnet y sacarme la foto. ¿Qué tan difícil puede ser eso?

—¿Te gusta vivir con los Hazer?—Me pregunta Joel  mientras yo le escribo a mi mamá. No ha parado de mandarme mensajes desde que llegué. Al parecer que tenga una lisencia americana le hace más ilusión a ella que a mi.

—No tengo ninguna queja—Mentiras, mentiras. Solo tengo una. Es alto, berrinchudo y muy grosero. Por cierto se llama Killian Hazer.

No he hablado con Killian desde nuestra pelea de anoche y aunque sé que no me dará la oportunidad de si quiera disculparme, tampoco lo pienso hacer. No es mi culpa que no se pueda mantener una conversación normal con él. Sé que crucé algunos límites pero él también se pasó. Desde que llegué no ha parado de actuar como si fuera mejor que yo, por no hablar de sus desplantes.

—Killian no siempre ha sido así—Miro a Joel y veo qué tal vez lo de que no tenía ninguna queja no ha sonado muy convincente—La muerte de su mamá le afectó mucho. Dale paciencia—Su cálida sonrisa me da un poco de esperanza. Tal vez Killian cambie algún día.

Después de doscientas mil personas más al fin tengo mi carnet. La foto es algo de lo que prefiero no hablar. Los de tráfico me odian. De vuelta a casa Joel me deja conducir y creo que se arrepintió desde que puse el pie en el acelerador.

El paraíso, así describo manejar por Los Angeles. Intenté ir despacio ya que la gente va a lo loco por la autopista, pero aún así pude sentir la libertad en mis venas. En Australia era rara la vez que yo conducía. Solo hay un coche en la casa y mi mamá era la que más lo usaba. Y ahora mírame, manejando por la costa de California en un Audi. Definitivamente la vida si que da muchas vueltas.

Una vez en casa me despido de Joel y subo a ver a los gemelos. Lucy está en su burbuja jugando a las casitas y Lucas como siempre en su PlayStation. Para mi sorpresa esta vez si reconozco el juego que está jugando. Mi ex novio lo solía jugar todo el tiempo. Y hasta yo me envicié en su momento—¿Puedo jugar?—Le pregunto a Lucas mientras pone caras raras tratando de concentrarse.

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