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Saliendo del edificio los bomberos ya estaban listos para su trabajo al igual que algunos paramédicos. Los chicos trataron de detenerme, pero fue imposible. Necesitaba saber algo de ella y salvarla, porque no me quedaría con los brazos cruzados. Traté de acercarme al lugar, pero ellos me lo impidieron. Me decían que el gimnasio estaba cayendo en pedazos y como no, es demasiado viejo como para poder resistir.

–   ¡Randall! ¡Basta! – Dallas me jalaba – Deja que ellos hagan su trabajo ¿Quieres?

–   ¡Chelsea está ahí adentro! – Los rescatistas sacaron primero a dos chicos, creo que eran Billy y Brandon, estaban conscientes, pero aun así tenían que ser revisados. Estuvo pasando el tiempo y no habían señales de ella, ni siquiera los rescatistas hacían algo por verificar dentro. – ¡¿Por qué carajos no hacen nada?! – Me estaba hirviendo la sangre. La mayoría de los alumnos se encontraban rodeando el lugar y unos tenían cara de preocupados. Más bien, la mayoría se encontraba de ese modo. Si esta era una broma por parte de algunos, correrá sangre y lo digo muy enserio.

–   Hey hermano, tranquilo ¿Si? La están buscando al igual que Rica...–
Dejé a mi hermana con la palabra en la boca y corrí tan rápido como pude hacia la entrada del gimnasio. No necesitaba escuchar estos típicos discursos de consuelo. Si ellos no iban hacer nada, yo si lo haría. Tape mi boca con mi playera y entre los escombros trataba de visualizarla o al otro chico.

–   ¡Chelsea! ¿Me escuchas? – si ella se encuentra inconsciente esto no servirá para nada.

–   ¡¿Randall?! – su voz – ¡Randall estoy aquí! – se escuchaba quebrada – ¡Tengo miedo!

–   ¡Tranquila! – el fuego había bajado un poco, pero era imposible caminar si no veía nada gracias al humo – ¡Sigue hablando y yo estaré contigo en segundos!.

–   ¡Por favor ven, Ricardo esta desmayado!

–   ¡Haz ruido Chels, con algo, lo que sea! – y así lo hizo, escuchaba como golpeaba repetidas veces algo metálico.

–   ¡Muchacho no debes de estar aquí! – escuché la voz del rescatista.

Decidí ignorarlo, no me iba a poner a pelear en estos momentos, solo estaba enfocado en Chels. El rescatista dejo de hablarme y me ayudo, protegiéndome de algunas cosas que caían o del mismísimo fuego. El sonido que Chels provocaba se escuchaba más cerca de lo normal, sonreí al verla, se encontraba en una de las esquinas y a un lado de ella estaba Ricardo, inconsciente. El rescatista tomo en brazos a Ricardo y yo sin pensarlo abrace a esa chica del demonio con todas mis fuerzas, hizo lo mismo conmigo.

¿Qué te está pasando Randall?

Ni puta idea, solo diré que sentí satisfacción al tenerla en mis brazos.

–   Gracias por venir. – tosió un poco, tape su boca con mi playera y la cargué.

–   No me debes agradecer. Tenemos que irnos de aquí ahora mismo, porque este gimnasio se caerá en cualquier momento. – mientras yo la cargaba, ella me ayudaba a taparme la boca para no inhalar tanto humo.

–   ¡Por aquí muchacho! – me llamo el rescatista, que amablemente me ayudo a salir del lugar. El camino ya era más claro que antes y eso lo agradecía.

Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora