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Seúl, Diciembre 30/2013.


Hoseok camina apresurado hasta dejar el pequeño pastel sobre el piso. Con todo el cuidado posible, para evitar que ésta se destrozara.

Lo seguían a pocos pasos un acelerado Seokjin, con las velas suficientes para adornar el pastel y un Jungkook con la cajita de cerillos; bastante alejados de todo lo que puede llamarse calma.

Se pusieron de cuclillas para ayudar al pelinegro a colocar las velas, teniendo especial cuidado al encenderlas. Tan entusiasmados y ansiosos, que Jimin constantemente debía siléncialos.

Era una sorpresa, Jungkook lo sabia. Aún así, tuvo que mantenerse alejado de su hyung durante todo el programa para evitar confesarle los planes que habían organizado para él.

No era de extrañar que con el paso del tiempo, no existiesen secretos entre ambos chicos. Ya qué, aunque Jeon quisiese ocultarle algunos sucesos al mayor, Taehyung siempre terminaba ingeniándoselas para saber la verdad de alguna forma. Esa era una de las habilidades que su abuelo le había enseñado, aprender a descubrir un mentiroso con tan sólo analizar sus expresiones corporales.

Él maknae se adelantó a todos y tomó el pastel entre sus manos mientras el resto de chicos lo seguían por detrás. Abrió la pequeña tela que lo separaba del lugar en donde se encontraba su hyung, y comenzaron a entonar la ya famosa canción de cumpleaños.

Taehyung no pudo evitar la sorpresa y la consternación que le causó el notar que una cámara filmaba la celebración. Se había convertido en un chico mucho más inquieto y constantemente solía avergonzarse con frecuencia, sobre todo cuando se convertía en el centro de atención, volviéndose una especie de huracán del desorden.

Por eso no pudo evitar saltar de forma frenética y bailar a destiempo, tras oír a todos cantarle y desearle los buenos deseos. No estaba acostumbrado a celebrar su cumpleaños, por la sencilla razón de que fue considerada siempre una muy mala fecha, destinada al olvido.

Apagó las velas con la originalidad que lo caracterizaba y fue atacado casi al instante, por un montón de golpecitos de Seokjin y del resto. Carcajeándose tan efusivamente que supo al instante, que se encontraba en el lugar indicado.

Las fotografías no tardaron en registrar aquel hermoso momento pero aún así no pudo evitar extrañar en demasía, al más reservado de sus hyungs. No obstante, lo entendía.

Yoongi aún no se acostumbraba a ser capturado por el lente de la cámara. A todos les sucedía de vez en cuando, pero para el segundo al mando del gran buque, se había convertido en algo por lejos más personal. Había tenido una vida dura y repleta de sacrificios. Se amaban. Tanto, que nunca había sido un problema para ellos, la incomodad y las faltas del otro.

Taehyung aceptó el cuchillo que le fue entregado por el staff. Intentando dar cortes al pastel, para que todos sus amigos pudiesen comer.

—Hyung, hemos comprado un gran pastel. —comentó él azabache, en una confesión que sonó casi como un logro.

—Si, compramos un pastel de 24 centímetros. —confirmó Namjoon, causando una pequeña risita en Jimin.

Taehyung cortó un asimétrico trozo que sostuvo a lo largo de la extensión del mismo cuchillo. Ofreciéndole el primer bocado a Jungkook, quien esperaba atento ser él quien se deleitara antes que sus hyungs. Continuando con Hoseok, Nam, Seokjin y Jimin para finalmente ser él canelo, quien probara el último bocado.

Por otro lado, Hoseok no pudo evitar la emoción que le provocó, el hecho de que uno de sus regalones se hiciera un año más grande. Abrazándolo por la espalda y depositando un par de besos a lo largo de la cabellera y el hombro del menor. Bastante efusivo y radiante, simplemente porque amaba demostrar cuán importantes eran para él, los más pequeños.

No obstante, dicha situación había sido capturada por los ojos asertivos del maknae, provocando que su corazón se oprimiera de manera molesta. Sin tener idea del por qué no le gustaba que los otros miembros tuviesen ese tipo de cercanía con su hyung.

Era ilógico, los siete eran una familia de hermanos. No era normal, poco adecuado y desconsiderado pero aún así, no podía evitarlo. Formaba parte de su excéntrica esencia.

Siempre fue un chico consentido, un claro ejemplo de egoísmo andante como debilidad. Esa era la principal razón por la cual terminaba siempre discutiendo con todos, logrando sólo conseguir las cosas por obstinación y cansancio.

Tenía claro que debía cambiar, pero de vez en cuando le era imposible actuar como un niño malcriado. Y más cuando sus hyungs, le daban todo en bandeja. Excepto él...

Y en eso estaba, comportándose como todo un crío. Observando con el ceño fruncido la demostración de afecto que Hoseok le entregaba a Taehyung.

Era tan inapropiado a su parecer, que se le cruzó por la mente plantarle el pastel en la cara a Hoseok. Y lo odiaba, odiaba mucho sentirse así porque no le pasaba con el resto.

Taehyung siempre dejaba a relucir, el lado más vergonzoso de su maldita personalidad. Consciente o no, a esas alturas, ya daba igual.

—Hyung, ¿Te parece si vamos por unas gaseosas?. —intentó llamar la atención del ex castaño, sin obtener respuesta a sus palabras.

Taehyung se encontraba riendo hasta por los codos, simplemente porque Namjoon y Seokjin, no dejaban de molestarlo haciéndole cosquillas.

Jimin mordió su labio inferior, había observado todo disimuladamente, no pudiendo evitar querer ayudar a su más afligido y abrumado amigo. Y lo iba a hacer, tuvo el real impulso de dirigirse hacia él maknae que ahora mantenía un leve abultamiento en sus labios y una mirada triste; pero las manos de Yoongi sobre sus hombros pesaron más que cualquier palabra.

Sintió un leve apretón antes de que las manos del contrario, abandonaran su lugar. Entonces, dirigió su mirada hasta conectarla con la del mayor, notando como éste negaba con un movimiento sutil. —Deja que él lo solucione, debe aprender a lidiar y resolver sus propios problemas. Esa ChimChim, es la mejor forma de ayudarlo a crecer. —indicó con propiedad. —Sé que ya te lo he repetido pero... veo que es necesario recordártelo.

Suspiró fuertemente tras comprender la profundidad de sus palabras. Era mejor no intervenir ahora por mucho que quisiera, sabía que era lo mejor. —Tienes razón... —musitó mientras Min se dirigía hacia Taehyung para darle un fuerte abrazo, casi asfíxiate.

—¡Feliz cumpleaños, engendro!, ¿De verdad creíste que me lo perdería?. —cuestionó, devolviéndole de paso la sonrisa a Jungkook, cuando Taehyung llevó su dedos a la torta y le marcó el rostro con la crema a Yoongi.

Sí, definitivamente Jungkook debía aprender por sus propios medios a sobrellevar su emociones y su propia vida, pensó Jimin. Sólo así lograría comprender el enigma de sus propios sentimientos. 



Me está tomando más tiempo llegar a la actualidad en la historia, al menos ya acabamos con el "2013"

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Me está tomando más tiempo llegar a la actualidad en la historia, al menos ya acabamos con el "2013". De todas maneras creo que eso la hace mucho más especial para mi ❤️

*Cualquier error, corregiré después*

One day, One year | VKWhere stories live. Discover now