Un ruido la sobresaltó, haciendo que perdiese el equilibrio y estuviese a punto de caer desde el mástil.
Lo habría hecho de no haber estado bien enganchada a uno de los cabos.

Miró hacia abajo, mosqueada, y distinguió una figura paseándose cerca del palo del mástil. Tardó un rato en reconocer esas ropas holgadas y pelo despeinado. En cuanto lo hizo, se descolgó rápidamente hasta el palo más bajo y desde allí saltó a cubierta.

Jim pegó un brinco del susto al escucharla caer a su lado. Tatia estaba casi segura de que hasta soltó un grito ahogado.

- ¿Qué pasa? ¿Tú nunca aprendes?

Jim la miró de mala gana mientras se recolocaba la chaqueta. Tatia no pudo hacer otra cosa que reírse.

- Vale, perdón. A la siguiente avisaré-  dijo Tatia terminando de sofocar su risa. Jim alzó una ceja mientras le sonreía de lado, y Tatia tuvo que desviar la vista y mirar a otro lado.

- Por lo que veo, te va bien el nuevo puesto - le dijo Jim con sorna.

- Oh por Dios, cállate- le espetó Tatia sin volverse aún.

- ¿Has terminado ya?

- Sí, creo... Tengo que revisar los de arriba antes de irme a los camarotes.

- Subo contigo- anunció Jim mientras comenzaba a trepar por una de las redes laterales. Tatia le imitó, solo que por la red contraria, y en algún momento el ascenso se convirtió en una competición, que terminó con ambos llegando al poste superior sin aliento.

- He ganado.

- Si hombre, que te lo crees tú- repuso Tatia empujándole la cabeza sin fuerza. Jim soltó una carcajada.

Ambos se colocaron sentados sobre el tronco, cada uno mirando en una dirección y con los pies colgando.

-Bueno, con estas vistas no te podrás quejar de trabajo - murmuró Jim mirando hacia arriba.
Tatia a su vez dirigió su vista hacia el cielo y se quedó embobada. ¿ Cómo podía llevar toda la mañana allí y no haberse dado cuenta de lo que la rodeaba?
Las estrellas se aglutinaban en diversos puntos del espacio. Una nube, probablemente de trozos helados de rocas, brillaba con un tono rosáceo sobre sus cabezas, y a lo lejos un cometa se alejaba cada vez más y más de donde ellos se encontraban.

Se agarró con más fuerza al mástil.
- Parece como si nos fuéramos a caer.

Notó como Jim sonreía a su lado, y una duda pasó por su mente.

-¿Oye y tú qué haces aquí?- notó lo brusco que había sonado y se corrigió rápidamente- No es que no aprecie la compañía, me refiero... ya sabes a lo que me refiero, ¿no?

Jim la miró otra vez con la media sonrisa y una ceja alzada. Esa puta ceja alzada.

- Si, bueno- repuso Jim mientras rebuscaba dentro de su chaqueta y sacó de ella varios trozos de pan y algo parecido a una fruta- cuando entró tu grupo, Zits andaba por allí y tú nuevo jefe comenzó a quejarse, y al poco rato ambos estaban despotricando de tí- estaba intentando ocultar una sonrisa, pero no lo conseguía. Tatia le golpeó en un hombro y Jim se rió más- Espera que no he terminado. Al rato de que se fueran, Zits me llamó y me gruñó que te subiera esto.

-¿Te pidió que me subieras la cena?

- No creo que se pueda llamar a esto cena. Y más que pedir, lo gruñó. Literalmente, creo que sus palabras exactas fueron "comida a la inútil".

- Ooh, sabía que me apreciaba...- Tatia tenía una sonrisa de oreja a oreja.

- Debe de haber sido por el confinamiento, porque si no, no lo entiendo.

Tatia volvió a golpear a Jim, esta vez tan fuerte que le tuvo que sujetar para que no se cayera del mástil.

- Cuidado que me vas a tirar- dijo Jim despreocupadamente con medio cuerpo suspendido sobre el vacío. Tatia se había quedado blanca como el papel.

- ¡Pero quieres agarrarte a algo, joder!- Tatia le tenía cogido del cuello de la camiseta, mientras Jim únicamente mantenía las piernas sobre el mástil. Si Tatia le soltaba, se iría derechito al suelo.

- Tú me has tirado, súbeme tú- repuso Jim mientras hacía con que se ponía los brazos detrás de la cabeza.

Tatia lo miró con desdén unos segundos, y soltó el agarre sobre su camiseta.
Jim se agarró tan rápido al brazo de Tatia que casi la hace caer a ella también.

- ¡¿Pero tu estás loca?!- gritó Jim con una cara de susto que no podía con ella. Tatia estaba prácticamente llorando de la risa.

-¿Quieres que te suba?

Jim soltó un bufido y se agarró como pudo al mástil. Una vez subido, se dió varias vueltas con un cabo alrededor de la cintura. Tatia se tapaba la cara con ambas manos, sin conseguir cesar las carcajadas.

- Que no te rías.

- No tiene gracia...

Tatia paró poco a poco de reirse, pero seguía sonriendo.

- Me podría haber matado - dijo Jim enfurruñado.

- ¿De verdad piensas que te habría dejado caer?

Y esta vez fue Tatia quien le miró con una ceja alzada, y Jim quien desvío la vista.

Las Navidades han hecho que se me olvide subirlo antes😅, prometo que el próximo estará pronto.
Espero que os guste, me estoy enrollando como las persianas en esta historia.

El Planeta del TesoroWhere stories live. Discover now