Capítulo 15

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Damos un largo paseo por la calmada y fría noche de la ciudad en silencio con dirección a mi residencia. Hace ya un rato que salimos de la cafetería y ninguno de los dos ha dicho una palabra desde entonces. Le doy todo el tiempo que necesite porque con solo mirarle se que por su cabeza están pasando muchas cosas. Lo cojo de la mano y me planto delante de él mirándolo a los ojos, creo que lo que necesita es un buen abrazo y es lo que hago. Es tan alto que solo me limito a rodearlo por la cintura con mis brazos y apoyar mi cabeza en su pecho, escuchando latir su corazón acelerado. Al principio se muestra rígido pero lentamente me abraza y nos quedamos así un rato largo. A veces en casos como estos las palabras sobran y lo que más importa es el tacto de otra persona. Recuerdo cuando llegaba a mi casa llorando después del instituto, mi madre lo único que hacía era abrazarme, no me hacía preguntas, no me decía nada. Con solo el silencio y unas manos que te acaricien, era suficiente.

- Gracias.- dice Zev mientras nos separamos. Da un largo suspiro

- No las des. Creo que es hora de irnos, es tarde y la noche ha sido un poco larga y extraña.- le regalo una media sonrisa y miro al suelo ocultando los sentimientos. Me levanta el mentón para obligarme a mirarlo y noto el impacto de sus labios sobre los míos. Es un beso dulce y suave. Tengo ganas de más, de él. Me siento acelerada y le cojo del cuello de su chaqueta de cuero para acercarle más hacia a mí. Él hace lo mismo acercando más mi cintura. Pero sus besos empiezan a ser más despacios.- ¿ocurre algo?

- Nunca me había sentido tan lleno y tan feliz con una chica. No sé cómo lo haces, pero creo que estoy empezando a cambiar para bien gracias a ti, soy mejor persona.- me responde con mucha seriedad.

- ¿Qué te hace pensar lo contrario? Eres raro, eso sin duda, pero no creo que hayas sido una mala persona antes de mí.- no puedo imaginarme a Zev siendo lo contrario, tengo ya una imagen de él instalada en mi cabeza. Siempre he imaginado como habría sido su vida. Un chico normal y corriente que en su adolescencia se hizo solo un par de tatuajes, bebía con sus amigos y salía con muchas chicas. Por fuera aparenta ser el típico chico malo, rebelde, una causa perdida. Pero nadie sabe cómo es él por dentro, creo que por lo que me ha demostrado tiene un corazón enorme, miedos como todo el mundo y con una sonrisa cautivadora, a pesar de que no la suele hacer ver tanto. Me mira durante unos segundos, puedo leer en sus ojos arrepentimiento, como si se estuviese ahogando en un mar oscuro. Va a ser cierto eso que dicen de que una mirada vale más que mil palabras. Me abraza fuerte y me besa en la nuca. Ahora mismo no entiendo nada de lo que está pasando, pero solo me limito a rodearle su cintura. 

No sé durante cuánto tiempo llevamos así hasta que él se separa de mí lentamente

- Vámonos, cada vez el frío se va calando más en mis huesos.- me dirige una pequeña sonrisa y yo necesito hacerle la pregunta que me lleva rondando por la cabeza durante semanas, necesito una respuesta ya

- Zev, necesito saber qué somos.- vacila un poco ante mi comentario pero cuando ve que lo estoy diciendo en un tono serio mezclado con súplica, le cambia la cara.

- ¿Hay que ponerle una etiqueta a todo? Malia, no lo sé ni me importa, solo se que no somos amigos pero tampoco somos pareja, ni se acerca a un rollo. Hemos tenido nuestros momentos de acercamientos y momentos de lejanía pero...

- Pero siempre volvemos a juntarnos, ¿no?.- suspiro soltando todo el aire que tenia dentro guardado.- Te seré sincera. Quiero estar contigo, llevar esto a algo más que un simple saludo o un simple beso o verte únicamente de pasada por los pasillos hablando con un grupo de chicas alrededor, quiero más y sé que tú piensas lo mismo. Danos una oportunidad, si es por miedo...

- ¿Miedo? Yo no tengo miedo a estar contigo, tengo miedo de... de muchas cosas, pero a esto no, nunca. 

- Entonces dime qué es lo que quieres de mí, porque cuando siento que te gusto de repente huyes y luego te acercas, me dices que eres feliz conmigo pero se vuelve a repetir el mismo bucle. Zev, has hecho más que mucho hoy por mi, están pasando cosas y tu te has abierto a mi sobre lo que pasó y te agradezco que estés conmigo en esto, de saber que no estoy sola. Pero dejando eso de lado... creo que... ya no se lo que digo. Te estoy abriendo mi corazón de par en par y lo único que recibo de ti es tu silencio.

- No abras tu corazón para mi, me atraes pero no puedo estar contigo de la manera en la que tu quieres.- me mira confuso y cada vez se separa más de mi, está incómodo, lo sé por su gesto de apretar los labios, con hombros hundidos.- Tengo asuntos que tratar mas grandes e importantes que tú.

Ya está, al fin dijo lo que más temía que dijese. Oigo cómo mi corazón se ralentiza poco a poco. Es la primera vez que me declaro ante un chico y creo que es la peor decisión que he tomado hasta el día de hoy. Las lágrimas me echan un pulso a ver quien aguanta más, pero al final ellas ganan y se escapan de mis ojos, dejando atrás el control de todo. 

- No hacía falta que dijeras eso.- la barbilla me tiembla y Zev mira al cielo en busca de respuestas después de su gran cagada. Ahora sé lo que piensa de mi realmente, solo era un juego para él, una simple distracción con la novata de turno que no sabe lo que hay escondido detrás de todo. Ha ganado la partida.

Zev se va dejándome ahí sola, sin decirme una sola palabra. "Huye maldito cabrón." me repito varias veces con lágrimas de rabia y dolor. Estoy harta de que me hagan en mil pedazos. 


Into The WildWhere stories live. Discover now