Capítulo 3

97 35 5
                                    

- Pequeña mía, no sigas llorando, no me separaré de tu lado nunca. Prométeme que vas a ser muy feliz y cuidarás de tu madre, haz todo lo que te propongas porque se que vas a llegar lejos,  a ser una gran persona y harás cosas maravillosas. Vive. Vive por y para ti. Quiérete. No te conformes nunca con algo sencillo. Desea siempre a lo grande. Te quiero mi corazoncito, te quiero... - recuerdo sus manos ásperas recogiendo todas mis lágrimas, callando aquellos gritos de dolor que amenazaban con salir por mi boca. No entendía por qué, no entendía nada de la situación. Mi padre no, él no se puede ir. No me puede dejar sola con mamá. Eso no era una despedida. No quería que lo fuese.

*****

Ha sido una semana muy larga, llena de emociones. Para empezar, las clases a las que he empezado a asistir me están gustando por ahora. Además he conocido a Ellen, es una chica extrovertida y cuando la conoces es la monda, te ríes mucho con ella y tiene una gran personalidad, congeniamos desde el primer momento. Incluso hemos quedado para estudiar e ir a comer. En cuanto a Jason todo pinta genial, me he dado cuenta de que nunca se ha perdido esa chispa entre nosotros a pesar de que hace mil que no le veía. Ha cambiado mucho desde entonces en cuanto a su personalidad y creo que me gusta más su yo de ahora. 

Mi compañera de habitación es con la que menos relación tengo, a pesar de que vivimos juntas. Siempre la veo con su grupo de amigos, va de fiesta en fiesta y juraría que nunca la he visto coger un libro. Ojalá saber algo más de ella, pero por ahora es mejor mantener las distancias. Por lo que he oído el curso pasado desapareció durante un tiempo y nadie supo nada de ella hasta 2 meses después. Lo raro es que nadie recordaba haberla visto por aquí, ni su nombre ni gente con la que se juntara, durante ese periodo de desaparición. Es muy extraño.

Voy pensando en mi compañera mientras me dirijo hacia hacia la biblioteca del campus, la cual no suele haber nadie, así que perfecto para mí, así puedo leer y estudiar tranquila. Llevo los libros en las manos y la puerta de la biblioteca es muy pesada. Ejerzo bastante fuerza y los libros se me resbalan de las manos. Maldigo entre dientes mientras noto que alguien está justo detrás de mí, percibo una fragancia familiar y me doy la vuelta. No, otra vez no...

- Anda, mira a quien tenemos por aquí. Al único ratón de biblioteca de toda la universidad.- me dirige Zev esa maldita mirada socarrona. Va vestido entero de negro, camiseta negra, vaqueros negros, botas negras... parece que venga de un funeral o algo así.

- Ajá sí, ¿qué haces tú aquí entonces? Ya que soy el único ratón de biblioteca, no deberías estar, no deseo que me quites el puesto o me incordies en mis horas de silencio- Le suelto una mirada inquisitiva, mientras me agacho a recoger los libros y él espera aguantando la puerta abierta de la biblioteca. 

- No, relájate, no pienso quitarte el puesto, ni que fuese una competencia. Vengo a leer, ¿me dejas?.- Me pregunta con sarcasmo mientras se quita unos mechones de la frente que le han caído al mirarme, debería cortárselo.

- Ah, ¡pero tu lees! Qué gran novedad.- Me río de mi propio comentario sarcástico, imitándolo. Nos adentramos a la inmensa biblioteca y me quedo como una boba mirando hacia arriba. En serio, es enorme este lugar. Aunque a decir verdad, me provoca un escalofrío a pesar de que fuera hace mucho más calor. Debe de ser un edificio antiguo, por la construcción y la madera de las estanterías. 

- Este edificio ya estaba antes de ser propiedad de la universidad. Fue construído a finales del siglo XIX y como podrás imaginar, por aquí se han celebrado varios acontecimientos o se han paseado personas importantes- Me va comentando Zev mientras me voy fijando en las inmensas estanterías. Ya tendré tiempo de observar mejor este lugar, creo que va a ser mi sitio favorito durante el curso.

Nos sentamos en una de las largas mesas de estudio y voy abriendo mi libro de la primera clase que tuve esta semana, Historia de las lenguas modernas. Se me hace raro ver al Zev de la última vez hablándome sobre este sitio, mirándome y haciendo bromas conmigo. Me está empezando a caer mejor, y me arrepiento de haberlo juzgado tan mal por la primera impresión que tuve.

Este chico tiene algo que te atrapa, supongo que será por el misterio de dónde viene, qué estudia, qué suele hacer en este edificio, por qué actúa tan raro... Quiero culpar que es eso seguro, al ser humano siempre le ha atraído todo aquello que sea un misterio o no obtenga respuestas a sus preguntas. Me da miedo el hecho de preguntarle tantas cosas, tengo la necesidad de saber más sobre él pero no quiero espantarlo. Lo he visto más veces en esta semana pero siempre estaba con Valerie cogidos de la mano y con su grupo de amigos moteros. Todos son iguales, chaquetas de cuero, todo de negro, actúan muy raro y tienen miradas penetrantes, como si te atravesaran o viesen mucho más lejos de lo que ven de ti a simple vista. 

La melodia de su teléfono me despierta de mis pensamientos y vuelvo al presente, estoy sentada a su lado y él se sobresalta con la llamada. Al mirar su móvil frunce el ceño, atiende la llamada y lo oigo decir "qué quieres ahora", "sí, estoy aquí", "no, no lo ha visto"  mientras se aleja de mi, dejándome sola en la sala sin despedirse. Desde luego es extraño, un momento esta bien, sonriéndome y siendo simpático y al otro es un grosero que me mira mal o actúa como si no me conociera.

*****

Han pasado un par de horas desde que Zev se fue de la sala, he avanzado bastante e incluso me he preparado las próximas clases. Me levanto y recojo mis cosas, noto que la barriga me ruge del hambre que tengo. Decido volver a mi habitación y cenar comida china, mientras veo Love, Rosie, es una de esas películas de romance que no se tragaría nadie, pero así soy de pastelosa.

A medida que cruzo el pasillo para llegar hasta a la salida de la biblioteca, giro un momento la cabeza hacia una estantería oculta que hay en una pared al fondo del todo, lo que llama mi atención es algo que brilla. Hay un par de personas que siguen mirando más sus móviles que el libro que tienen por delante. Creo que no pasa nada por echar un vistazo para saber de qué se trata. Al tenerlo justo delante es un símbolo bastante peculiar y pequeño. Se trata de una rosa dentro de un círculo, pero es el propio círculo el que tiene las espinas a su alrededor. Supongo que es como una metáfora "la rosa refleja a que es lo único hermoso que hay dentro de todo ese mal y dolor". Saco el móvil de mi bolso y le hago una foto a esa pequeña placa, me parece muy bonito. Me alejo de ese lugar con dirección a los planes que organicé mentalmente cinco minutos antes.

***** 

Para cuando llego, me topo con Valerie cambiándose de ropa escuchando música rock, se esta arreglando seguro que para otra fiesta. Paso por su lado y dice por encima de la música:

- Hey chica, pero qué ocurre. ¿A qué viene esa cara de pocos amigos?.-

- ¿Tan mala cara tengo? Vengo de estudiar y la semana ha sido un poco larga.- Esbozo una sonrisa mientras me rasco los ojos e intento parecer más presentable delante de ella.

- Oye sé que eres una santita y una niña buena y todo eso, pero ¿por qué no te apuntas de fiesta conmigo? Cuidaré de ti no te preocupes, solo unas copas. ¡Vamos!.- Me coge del brazo animándome

- No sé, es tarde y...

- Sht. De eso nada, venga, apúntate. Solo una copa y te traeremos de vuelta, ya verás que será divertido. Así conocerás a más gente.- Valerie es de esas personas que no pueden recibir un no por respuesta pero, pensándolo bien, necesito distraerme por un ratito...

- De acuerdo, solo una copa y me voy.- Digo y al instante empieza a dar saltos de alegría.

Una noche, solo será una noche. Además si va mi compañera significa que puede que vaya él. Si lo veo pienso preguntarle por qué su huida de esta tarde.







Into The WildWhere stories live. Discover now