Capítulo 5

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Mientras observo el cielo estrellado, sola en el jardín  y escucho los gritos de ánimo a ese par de idiotas que se pelean por cosas de críos como un simple empujón, me urge la necesidad de salir de esa casa. Los veo a través del gran ventanal, desde fuera, y por fin algunos chicos los han separado, veo que Jason es el que ha acabado peor. 

Oigo unos pasos acercándose por detrás de mí, mientras veo el espectáculo que se acababa de montar.

- Hey preciosa, ¿estás sola tú por aquí? ¿de noche? o te habrás perdido...- Me rodea un chico por la cintura desde mi espalda y su aliento le apesta tanto a alcohol que me dan ganas de vomitar ahí en medio. Intento quitarme sus zarpas de mis caderas, quien se cree para tocarme de ese modo. No me conoce. Me giro para ver su cara.

- Vaaaaaaaya, eres más guapa de lo que dicen por ahí eh... estás tremenda.

- ¡¡Sueltame!! Déjame por favor.- Me estoy poniendo muy nerviosa y me está entrando el pánico. Necesito que alguien me quite a este tío de encima, es demasiado grande y alto para mi, no puedo con él. Le empujo el pecho todo lo que puedo pero lo único que consigo es que me atraiga hacia si aun más.

- Ni lo sueñes princesa, te he pedido para mí esta noche y vas a saciarme el hambre que tengo...- Baja sus asquerosas manos por mi culo y me aprieta contra su cuerpo. Quiero gritar pero no me sale nada de la garganta, se me ha formado un nudo.- será mejor que te quedes calladita, solo nos vamos a divertir un rato...

Hago el intento de darle una bofetada pero me agarra de las muñecas muy fuerte y me paraliza.

- Si no te quedas quieta te tendré que matar y no queremos eso ¿verdad? así que haz todo lo que te diga y todos saldremos felices. Solo quiero probarte, verás, dicen que eres virgen y fácil de cazar. Esto me pone muchísimo.

Quiero vomitar de odio y asco. Sé lo que va a hacerme este demonio. Necesito pedir ayuda urgentemente o acabaré siendo... No, me niego, no puedo. Debo luchar, estoy harta de que por ser mujer tengan que hacernos estas salvajadas. Tengo miedo y todos están dentro de la casa. Me revuelvo todo lo que puedo por conseguir liberarme de sus brazos pero es imposible. Me tiene entre su cuerpo una pared. Esta empezando a besarme el cuello y a tocarme mis partes hasta que empiezo a gritar y a llorar, espero que me oigan desde aquí. Por favor quiero que esto pare. 

Me tapa la boca con su sucia mano y le doy un mordisco y grito de nuevo. Me tira al suelo y me pone boca abajo, aplastando mi cuerpo con el suyo mientras me quita los pantalones. 

- ¡¡TE QUIERES CALLAR DE UNA PUT- Noto que su cuerpo deja de aplastarme y lo tengo al lado mío boca arriba recibiendo numerosos puñetazos.

- TE TENGO DICHO QUE DEJES DE HACER ESTAS SALVAJADAS- cada palabra es un puñetazo que le da a esa bestia. Me giro y desde el suelo veo los ojos de Zev destrozándole a ese capullo la cara. Segunda pelea de la noche que vivo y en ambas está el. Su pelo esta revuelto, tiene sangre por todas partes y no para de abrirse los puños. Está a horcajadas, impidiéndole que el otro se levante.

- Zev, ¡para!. Déjalo estar.- Le agarro del brazo para que deje de golpearle, si lo dejo acabará matándole.

- Malia he visto con mis propios ojos lo que estaba apunto de hacerte. Déjame darle su merecido.

- Lo vas a matar, por favor vámonos. Llévame a la residencia. Quiero irme por aquí, te lo suplico.

Zev me mira y se aparta el pelo de la cara, dejando ver que tiene el labio roto y la ceja, además de un moratón en el puente de su nariz. Noto su cuerpo tenso y su respiración agitada. Es el estado más salvaje que haya podido ver en un chico. Me aguanta la mirada un buen rato, como si estuviera ideando algún plan dentro de su cabeza. 

- De acuerdo, te llevaré. ¿Tienes todas tus cosas?- Se levanta de encima de ese pervertido que ahora se encuentra inconsciente en el césped. Me ayuda a levantarme del suelo ofreciéndome la mano.

Para cuando llegamos al aparcamiento y nos metemos en su coche, pone la calefacción y hasta ahora no me había dado cuenta de que estaba tiritando de frío. O de nervios. Aún no lo sé. Solo necesito ducharme, me siento sucia después de que me hubiera tocado ese tío. 

Nos estamos alejando por fin de esa horrible casa. No paro de llorar y de limpiarme la cara como puedo.

- Maldito gilipollas...- Golpea el volante con fuerza, haciéndose más daño

- Deberías ir a urgencias a que te curen eso, tienes muy mala pinta...

- Paso, ya se me curará.

- No te comportes como un crío, al menos déjame limpiarte las heridas. Te lo debo después de que me hayas salvado. Gracias.- Me noto la voz ronca de haber gritado con todas mis fuerzas y del llanto. Me quito unos hilos de los pantalones aguardando su respuesta. Pero se queda callado.

*****

Después de comprar en una farmacia que esta abierta las 24h, lo indispensable para curarle las heridas, nos metimos en su coche para que se las limpie. 

- ¿Te duele? házmelo saber por favor, no quiero hacerte daño.- digo presionando en la herida de su ceja despacio

- Ay! Para, para!!- Zev finge poner cara de dolor entre risas. Le miro los hoyuelos que se le marcan mientras ladea la cabeza.

- Pero serás falso...- Frunzo el ceño de broma y le presiono en la herida para devolvérsela 

- Vale vale... eso ya duele de verdad.- Noto que me mira con una sonrisa y de nuevo siento eso de que me esta atravesando

- Deja de moverte, no es fácil curarte eh.

- Ya estás a salvo.- levanta una de sus manos para rozarme la mejilla.- No se acercará a ti, me ocuparé de eso.

- Ya... ¿A qué vino la pelea con Jason?.- Le cojo de la mano para limpiarle los puños mientras él aparta la cara

- Es un imbecil, no te acerques a él.- dice resoplando

- Es un viejo amigo de la infancia además, no eres quién para decidir con quien me junto o no.- Está claro que entre ambos hay diferencias y pienso llegar al fondo sobre esto. Quiero saberlo. Pero en vez de seguir con el tema y espantarlo, me dedico a zanjar el tema terminándole de curar. Pero un momento... debo preguntarle sobre otra cosa

- A propósito, ¿qué es esa marca que tienes ahí? Nunca había visto nada igual.- le señalo la rosa de su abdomen.Prefiero guardarme para mi lo que vi en la biblioteca. Es hermoso pero a la vez aterrador, el dolor que debió sufrir con eso. No estoy segura pero quiero saber la verdad.

- Eres un poco cotilla, no? Solo haces preguntas...- carraspea, pone algo de música y arranca el coche.- Es tarde, te tengo que llevar y luego volver a por Valerie.

- Por favor no cuentes nada a nadie sobre lo ocurrido de esta noche. Aún no soy capaz de asimilarlo y me encuentro desprotegida. Lo único que no quiero ahora es que la gente hable y sepa de mi, por favor.

- Tu secreto me lo llevaré a la tumba.- me dedica una sonrisa dejando ver sus dientes perfectos y sus hoyuelos.

*****

Cuando Zev me dejó en la residencia, me fui directa a las duchas y luego a la cama. Tengo que recuperar fuerzas para los próximos días que se avecinan. Poco a poco me estoy acercando más a Zev y descubriré de donde viene tanto secretismo. Es un chico que se guarda muchas cosas para sí mismo, y me he fijado durante estos días que todo el mundo gira la cabeza para mirarle cuando pasa por su lado. Se nota de lejos que es él quien manda, el líder. Y si a eso le sumamos que es uno de los chicos más sexys del campus, o quizás el que más, gana puntos a su favor. La gente le tiene respeto. ¿Cómo lo hace? Es un chico bastante extraño y bipolar.

Cuando me acuesto reviso el móvil y veo varias llamadas perdidas de Jason. ¡JASON! Me había olvidado de él. Mañana lo llamaré para ver cómo se encuentra. 

Me sumo con mis sueños de la noche, aparecen rosas con espinas y muchos círculos, todas las rosas son rojas menos una, que es negra...



Into The WildWhere stories live. Discover now