VI

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Discord llevaba un par de bandejas, una con un juego de té en su garra, y otra balanceándose en su cola, con unos emparedados de margaritas que él mismo preparó. Su pata de león iba cuidando que la bandeja que la pegaso pelirrosa llevaba sobre su lomo no cayera.

Caminaban por la sala en dirección a la puerta trasera, para salir por esta y dirigirse al lugar en el que habían planeado tener su día de campo, El patio trasero, donde se encontraba una vista bastante bonita a los ojos de los ponis.

Esto podía ser relativo para Discord.

La mente del Maestro del Caos vagaba en el motivo por el cual se había rebajado a hacer los emparedados con sus garras si podía hacerlos con un simple ademán, y el porqué las cargaba si podía simplemente teletransportarse o levitarlas con su magia. Ni siquiera se preguntaba la razón, la sabía. Lo que se preguntaba era la causa de que siguiera tan inútil consejo.

El par estaba a punto de salir. Discord pensaba seguir preguntándoselo, y Fluttershy imaginaba lo agradable que sería pasar esta tarde con su amigo. Esto antes de que tocaran a la puerta de la pequeña cabaña.

Discord se sorprendió por un leve momento, aunque no se notara, y miró casi inmediatamente a Fluttershy con una ceja levantada, pero manteniendo su tan característica sonrisa. Fluttershy le contaría que tendrían visitas para su tarde de té, si es que alguien viniera. ¿Por qué no sabía nada?.

Esa duda se disipó, y más surgieron al ver que su querida pegaso se mostraba notablemente confundida. Ella dirigió una mirada apenada a su amigo. Discord supo entonces que le pediría un favor.

-Discord, ¿podrías tú ir poniendo las bandejas en la manta que está atrás, por favor?- preguntó con una pequeña sonrisa, una mirada apenada, y un ligero sonrojo que su pelaje casi logra ocultar.

Aunque no lo planeara, el híbrido no podría decir no si aún así quisiera. Esa imagen lo lleno de completa ternura, tanto que sintió de nuevo un pequeño huracán en su estómago.

"Bueno, mariposas", se corrigió mentalmente.

-Claro, querida- trató que la sonrisa que adornaba su asimétrico rostro se mostrara más cálida, sin saber si lo logró realmente. E inmediatamente, dio media vuelta dirigiéndose hacia la salida.

Fluttershy miró a su amigo alejarse, y sonrió. Notó un sutil cambio en el rostro de Discord, aunque no sabía que fue realmente. Otra vez golpearon a su puerta, despertándola. Trotó hasta la puerta, dándose cuenta de que la bandeja que llevaba aún seguía a en su lomo.

Se apresuró, quería pasar el mayor tiempo posible con Discord. Siempre lograba pasar un tiempo agradable con él, y le gustaba pensar que él lo sentía igual.

Al abrir la puerta su mente se detuvo instantáneamente. Al ver al pegaso frente a ella, sonriente, demostrando una gran felicidad. Se mostró asombrada.

-¡Adivina quién llegó!- la voz del poni la hizo moverse a un lado para dejarle entrar, aún manteniendo su asombro. Este aprovechó para estrujarla en un abrazo- ¿Cómo estás, Flutterbutter?.

-Hola, Zephyr- saludó a su hermano menor, con su característica amabilidad. No veía a su hermano desde hace casi un mes. Pero eso no quitaba que recordaría que él vendría justamente hoy- He estado bien. ¿Cómo estás tú?.

-Ya sabes, hermanita- dijo, haciendo un ademán con su casco- tu increíble hermano sigue trabajando con melenas, sabes que me encanta- contestó sonriente, como era su costumbre.

-Oh, me alegra escucharlo, Zephyr.- ella le sonrió- Pero no recuerdo que hoy fueras a venir.

-¡Es una visita sorpresa!- dijo sonriente. Se acercó rápidamente a su hermana- no me digas que no quieres ver a tu hermano- dijo fingiendo su tristeza.

Mariposa CaóticaWhere stories live. Discover now