Capítulo 5: Primer día y Trabajo.

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- ¡Percy! ¡¿Dónde estás, Percy?! -se escuchaba gritar a un niño de cabello negro.

- ¿Nico, ya lo encontraste? -preguntó una niña con expresión algo malhumorada.

Nico negó lentamente con la cabeza en señal de impotencia.

-Siempre fue muy bueno para esconderse. Ya llevamos cerca de 15 minutos buscándolo, y no lo encontramos.

-Ese tonto chico-pez. Espera... ¡Sé en donde puede estar! ¡Sígueme!

Ambos corrieron alrededor de la casa en donde se encontraban. Salieron al patio trasero y se dirigieron a una piscina.

Al llegar a ella, observaron la enorme piscina de 50 metros que se extendía por el patio. En uno de los extremos se encontraba un trampolín. La niña se subió al trampolín y se aferró a él, mientras observaba el interior de la piscina que parecía medir alrededor de los 3 metros de profundidad. Entrecerró los ojos, buscando algo en la profundidad, hasta que vio un borrón oscuro en lo profundo. Se lo quedó observando por unos segundos hasta que un par de burbujas de aire explotaron el la superficie.

- ¡Allí está! -gritó la chica.

- ¡¿Qué?! -exclamó Nico-. ¡¿Dónde?!

-Adentro de la piscina. ¡Ve por él!

-Pero yo no sé nadar-dijo Nico algo apenado.

En ese momento, un niño de cabello negro emergió a la superficie de la piscina, respirando agitadamente.

- ¡Ahora, Nico! ¡Atrápalo!

Fue en ese momento donde Percy se dio cuenta que lo encontraron.

Salió rápidamente de la piscina y comenzó a correr con solo un traje de baño puesto.

- ¡No huyas! -gritó Nico, y se dispuso a perseguir a Percy.

Al parecer Percy no se había dado cuenta que al correr dejaba un rastro de agua durante su camino, debido a que aún estaba mojado por haber salido de la piscina. Fue fácil para Nico encontrarlo escondido detrás del sofá. Pero antes de que pudiera agarrarlo, Percy se escabulló como un ágil zorro entre las piernas de su primo. Nico dio vuelta para volver a perseguirlo, pero resbaló con el piso mojado y cayó de bruces contra el piso.

Percy reía a carcajadas mientras huía. Pero no se percató de que en la salida se encontraba Thalia, y antes de que Percy pudiera reaccionar, ella se lanzó sobre su primo y le hizo una llave de lucha libre impidiéndolo escapar.

- ¡Ahora, Nico! ¡Es tu oportunidad!

- ¡Esto no es justo! -gritaba Percy, tratando de zafarse el amarre de su prima-. ¡Es dos contra uno!

- ¡En la guerra y el amor todo se vale!

- ¡Pero esto no es una guerra! ¡Solo es un simple juego de escondidas!

Nico se levantó del piso y se acercó lentamente hacia Percy, con una sonrisa macabra en su rostro.

-Acepta tu destino, joven héroe-decía Nico, con una voz sombría-. No hay paz para los malvados.

- ¡No! -gritaba Percy ,como una princesa capturada-. ¡Piedad!

-En el Inframundo no hay piedad-decía Nico, con voz escalofriante-. Solo justicia.

Nico reía como un supervillano, hasta que la puerta de la entrada se abrió y apareció un hombre en ella. El hombre era alto y bronceado, con el cabello negro, ojos verdes y una ligera barba de unos días.

El Silencioso JacksonWhere stories live. Discover now