05

8.5K 782 213
                                    

      Han pasado dos semanas desde que llegó Madoka, durante ese tiempo se han notado una gran distancia entre el rubio recién llegado y el más infantil de la familia. Lo demás hermanos lo notaron sin embargo a ellos no les interesaba meterse en situaciones sin "importancia". La relación entre Yui y Madoka también avanzó, no en un interés romántico, bueno no aún, pero no era un secreto que a la rubia le interesaba él mayor del clan, sin embargo, para la decepción de Yui, Madoka no daba ningún indicio de interés o lo contrario, lo que la confundía profundamente.

Madoka estaba sentado en el laboratorio de Reiji, no había tenido oportunidad de hablar con él desde que llegó a la mansión por lo que se presentó ahí para ponerse al día. El rubio escuchó el sonido de la puerta abrirse, no necesitó ver para saber que se trataba del azabache, simplemente se dedicó a ver los frascos que estaban sobre las estanterías.

–¿Madoka-nii sama?– se escuchó la voz de Reiji.

El nombrado se dio la vuelta para mirar a su hermano menor con una suave sonrisa.

–Hola Reiji.

–¿Qué hace aquí Madoka-nii sama? – el azabache avanzó para sentarse frente a su hermano mayor.

–Solo quería pasar el tiempo contigo – contestó mirándolo con sus ojos celestes, cruzando sus piernas – ya sabes ponernos al día.

Reiji asintió con la cabeza con su imperturbable expresión seria, peeo por dentri estaba feliz de que su hermano quisiera pasar tiempo con él, le hacía recordar cuando era niño y Madoka se quedaba con él para hacerle compañía cuando su madre y Shu pasaban tiempo juntos.

Comenzaron con una conversación amena, Madoka se sintió orgulloso de que su hermanito llevara la casa, los estudios, sus hermanos y aun así fuera el mejor. Reiji estaba sonriendo como nunca lo había hecho, se sentía tan bien pasar el tiempo sólo él y su nii-sama, cuándo menos de dieron cuenta anbis se cambiaron de sitio hacia el sofá, que era más cómodo, el azabache se empezó a sentir somnoliento y se quedó dormido sobre el regazo de Madoka, quien con extrema ternura le acariciaba el cabello.

A pesar de los siglos, él sigue siendo un niño consentido.












–Madoka-nii sama– lo llamaron.

El rubio se dio la vuelta en medio del pasillo, estaba por dirigirse a su habitación a descansar pero uno de sus hermnos lo llamó.

El vampiro de cabellos rojizos se encontraba mirándolo fijamente, no con su habitual sonrisa lujuriosa y sus ojos brillantes, si no con los labios apretados fuertemente y su mirada parecía herida. Madoka ya sabía de que hiba ésto.

–Raito.

–Nii-sama, ¿por qué? – a Madoka no le gustaba esa expresión, cada vez que la veía sentía como si su corazón se estrujara.

–No se de que se trata Raito.

–Claro que lo sabes– expresó con enojo– siempre lo has sabido.

Madoka suspiró, tenía que calmar a su hermano o armaría un alboroto.

–Calmate, Raito....

–¿¡Por qué te empeñas a ignorarme!? – grito las lágrimas corrían por su mejillas, el oji verde quería, el sólo quería que su hermano lo "amase" como a "ella" . Se lanzó sobre el rubio aferrándose a su camisa mientras lloraba– Todo lo que he querido es que me ames como a ella.

El mayor puso sus manos sobre los hombros temblorosos del de sombrero, apartandolo de él para mirarlo con los ojos fríos que heredó de su progenitor.

–Sabes que no puedo hacerlo Raito– susurró con voz helada.

El contrario apretó aún más la camisa dd de su hermano mayor para luego transportarlos a los dos a su habitación. Raito recostó bruscamente a Madoka en su cama, se sento sobre su abdomen poniendo cada mano a un lado de su cabeza, antes de que el rubio pudiera cuestionar fue detenido por los labios de su hermano menor, besandolo con fuerza. Raito le sacó la camisa al mayor con brusquedad besando y mordiendo su piel, sacando varios suspiros del Sakamaki mayor.

Madoka se resigno completamente a detener a Raito, si él quería que lo amase como a esa mujer, lo haría, sus ojos se oscurecieron con lujuria e invirtio las posiciones para él quedar sobre el castaño rojizo. Lentamente se acercó al rostro de su hermano menor para besarlo, empezando así una lucha por el control, lucha que obviamente ganó el rubio.

–Madoka-nii sa...!!!– gimio ruidosamente al sentir la mano del rubio acariciando su miembro sobre la tela de su rioa interior.

–¿Te gusta Raito?.

–¡¡Si!!, ¡¡más!! – Madoka rompió toda la ropa del castaño, tocando y acariciando su erecto miembro, Raito estaba en las nubes, tenía la respiración agitada y las mejillas sonrojadas, pero una dulce sonrisa adornaba su rostro. Madoka bajó sus labios al miembro del oji verde para meterselo en su boca.

–¡Ah, Madoka-nii sama! – gemia jalando los cabellos del rubio.– ¡se siente tan bien..... ah ah.... me.... me corro!.

Pero Madoka se detuvo antes de que Raiti se corriera, se sentó sobre sus rodilla sobre la cama, bajo la atenta vista de Raito se sacó la estorbosa ropa, el oji verde se mordió el labio inferior la ver la gran herramienta de su querido Madoka-nii sama. Gateo para ir a él pero antes de que sus labios lo rozaran fue tomado bruscamente por su hermano lanzadolo a la cama.

–¿No querías que te amara como a ella? – preguntó pero su voz sonó tan helada que Raito le recorrió un escalofrío– te daré el tipo de anor que le di a esa mujer.

Y dio una embestida en la entrada del menor, sacándole un desgarrador grito, tanto de placer como de dolor. El rubio se mantuvo quieto unos segundos para luego embestir con fuerza a su hermano.

–¡¡Ah nii-sama!! ¡¡estas tan adentro!!.

–¿Te gusta así Raito?, ¿te gusta que te tome como a ella?.

–¡¡Si!!, ¡más fuerte, nii-sama más fuerte– lloriqueba miviendo sus caderas.

–¡Tu interior es maravilloso Raito... me estás... apretando... tan malditamente fuerte... que yo...!.

–¡Correte nii-sama!, ¡hazlo adentro!.

–¡Raito!.

–¡Te amo Madoka-nii sama!.





Ambos reposaban en la cama, Raito con su cabeza en el pecho de Madoka y él rodeando el cuerpo del castaño con su brazo libre. Los dos estaban despiertos, el rubio con l mirada en el techo y castaño con la mirada perdida en el pecho del contrario.

–Lo que dije fue verdad Madoka-nii sama– fue el primero en hablar levantando la mirada para ver esos ojos azulados.

El rubio lo miró suspirando triste.

–Lo sé.

–¿Fue mi culpa? – preguntó – esa vez cuando te dije que me amaras como ella y te distanciaste de mi, ¿fue mi culpa?.

El mayor abrió sus ojos sorprendido, se reincorporó de un salto sentándose en la cama levantando a  su vez a Raito. Madoka le beso los nudillos con ternura.

–En ese entonces no sabías lo que decías.

–Solo quería lo que le dabas a ella.

Madoka lo miró a los ojos, con una mirada seria que sorprendió al de ojos verdes.

–A ella nunca la ame Raito, por eso no podía amarte como decías. Ese "amor" de mi parte, era completamente superficial y falso– lo abrazó contra él – a ti jamás te podría dar esa clase de "amor.

El oji verde sonrió feliz, finalmente había sido amado por su hermano, sabía que Madoka no lo amaba como el lo hacía, pero mientras, esto sería suficiente para él.

–~Nfu~ te amo Madoka-nii sama~.








Woooooo!!!! El primer lemmon, al fin me estaba demorando mucho, pero al fin llego lo zukelento.

𝐌𝐎𝐑𝐓𝐄𝐌 • 𝐃𝐈𝐀𝐁𝐎𝐋𝐈𝐊 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒 Where stories live. Discover now