T W E N T Y O N E

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 Fue increíble, realmente, como en cuestión de segundos los hermanos se acoplaron. Louis no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.

 Harry estaba feliz, genuinamente feliz. Aquel brillo en sus ojos, su sonrisa flamante adornada por esos marcados hoyuelos, el leve sonrojo que acompañaba sus mejilla. Simplemente precioso.

 Sí, quizás solo era un tonto enamorado.

 Gemma, por motivos que se escapaban de cualquier tipo de política laboral, obtuvo el permiso de quedarse a cenar con ellos. El tonto enamorado fue completamente olvidado en el transcurso de la noche, pero no le importaba en tanto su novio fuera feliz.

 El problema fue cuando, tras el reencuentro, Harry no quería separarse de la mayor por nada del mundo. Y explicarle cosas a Harry era... complicado. El chiquillo ciertamente era obstinado, aunque Louis mentiría si dijera que no apreciaba aquella cualidad. Sabía que llegaría lejos, solo debía aprender a enfocar esa energía en la situación indicada. Esta, como sea, no era precisamente la situación indicada.

 Las negaciones, cargadas de impotencia y aires caprichosos no tardaron en aparecer. La pobre chica parecía ser asfixiada por la fuerza con la que el más pequeño de los tres se aferraba a ella. Finalmente, no tuvo más remedio que acceder; comprendía sus motivos y no podía negarle pasar tiempo con un ser querido, por poco cortés que fuera irrumpir en la vida de alguien de esta forma.

 Fue así como dejaron el establecimiento, tomando un bus distinto al usual para encaminarse al departamento de Gemma.

 Y desearía que eso hubiese sido todo, pero claramente, las cosas nunca salen de la manera en que Louis las planea.

 Harry estaba hecho un torbellino, totalmente eufórico por toda la situación. El de ojos azules simplemente no sabía cómo detenerlo, pues temía que se lastimase al moverse tanto dentro del vehículo, y tan solo se encargaba de sostener sus cintura como podía. Entonces...

"¿Necesitas ayuda con eso?" Preguntó Gemma luego de unos pocos minutos, algo insegura al parecer. Louis rió levemente, levantando uno de sus pulgares y dándole así el visto bueno a cualquier cosa que la hermana del menor deseara hacer. 

 La muchacha se acercó cuanto pudo, más nerviosa de lo que debería estar. Ella sabía calmar a Harry, sí... Harry, su hermanito pequeño de cuatro años de edad, no a Harry, el supuesto hijo de 20 años fallecido de la familia Styles. Eran cosas diferentes, pero no perdía nada en intentar. Cuidadosamente, acomodó los cabellos del menor detrás de su oreja, comenzando a jugar con esta. Como por arte de magia, el revoltoso chico comenzó a calmarse poco a poco, haciendo sonreír a la chica. Aún era su niño.

 Louis estaba atónito.  

"¿Cómo hiciste eso?" Habló, ladeando su cabeza abruptamente para encontrarse con la mirada de la contraria.

"Soy su hermana mayor. Siempre funcionaba cuando era pequeñito, no creí que aún lo hiciera pero decidí probar y... me di cuenta que me equivoqué." Sonrió orgullosa, continuando con los mimos hasta que el chico se quedó totalmente estático. Parecía incluso somnoliento. "Hace maravillas."

 El resto del transcurso fue más que tranquilo luego de eso.


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Speak//Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora