Capítulo 31: El Nido de Serpientes

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—Recuerda lo que te dije—susurré a Tim. Drake ya había abierto las puertas de entrada.

Tim asintió con la cabeza y salió corriendo del edificio.

—¿Estás seguro de que están todos aquí dentro?—le pregunté a Drake.

—Aún están arriba preparando las cosas para irse—susurró Drake—Además, los vendrán a buscar en un helicóptero de la Sede Central.

Luego abrió un armario y sacó otra arma para mí. Un helicóptero, hay un montón de helicópteros de la Sede Central dando vueltas, cualquiera podría ser el de Erikson.

Lo primero en el plan era recuperar el bolso. Erikson no querría irse sin él y eso serviría para retenerlo aquí. Drake me guio por el edificio hasta que llegamos a un salón completamente vacío. Allí sólo había una puerta cerrada con dos hombres custodiándola. Nos escondimos detrás de una pared antes de que nos vieran. Drake sacó un silenciador de su chaqueta y se lo colocó a su arma.

—¿Los vas a matar?—susurré.

—Sé que a ti te gusta dormir a la gente; pero esto es serio. Si tú no los matas, ellos te matan—murmuró.

Lovren salió de su escondite y les disparó a ambos hombres con la facilidad con la que se le dispara a una lata de práctica. Luego sonrió y se lamió los labios como si en serio saboreara la venganza. Salimos del escondite y corrimos hacia la puerta. Revisé los bolsillos de los hombres y en ninguno de ellos se encontraba la llave que abría la puerta. Por supuesto que Erikson no se la hubiera confiado a nadie que no sea él mismo. Drake le disparó a la cerradura y la puerta se abrió.

—Así era más fácil—sonrió.

Las luces del edificio se apagaron y se encendieron las de emergencia. Luego comenzó a sonar una alarma. Miré a Drake enojado.

—¡Tal vez por eso buscaba la llave!—gruñí.

Me metí dentro de la habitación y allí había una mesa iluminada por la tenue luz de una lámpara y sobre ella reposaba lo que a simple vista parecía un simple e inocente bolso. Drake se adelantó a agarrarlo, lo miraba como si se tratase de una fosa de diamantes. A la primera que salga corriendo no dudaré en dispararle, que ya bastantes ganas tenía.

Salimos corriendo de la habitación. Íbamos a oscuras por los pasillos mientras escuchábamos gente corriendo detrás de nosotros. Cuando estábamos doblando un pasillo, al menos diez balas se estamparon en la pared a nuestro lado. Drake seguía corriendo con el bolso pegado al pecho, como si estuviese cargando un bebé, así que asumí que ninguna bala lo había alcanzado. Cuando llegamos otra vez al hall, salía gente armada de todos los rincones de la habitación, todos ellos con pañuelo. Esto era un nido de serpientes. Miré hacia todas partes y vi la luz del elevador, entonces corrimos hacia él. Apretamos el botón que cerraba las puertas. Todas las serpientes que estaban afuera comenzaron a dispararnos. Lovren tiró el bolso detrás de él y recargó su arma. Nos escondimos detrás de las puertas del ascensor mientras disparábamos hacia afuera para que no se nos metieran. Drake disparaba a matar, mientras que yo sólo apuntaba a lugares que no les provocaran heridas mortales. Una bala me rozó el brazo y casi recibo otro balazo en la cabeza de no ser porque las puertas se cerraron a tiempo. Escuché el sonido de las balas estampándose sobre el metal y dejando sus huellas.

Me recosté sobre el suelo y me observé la herida, no era más que un rasguño. Drake lo único que hizo fue acomodarse el gorro y recargar su arma.

—¿Qué no eran sólo cuatro serpientes?—gruñí—¡Allí fuera estaba lleno de esos pañuelos!

—Lo que viste allá abajo era el Plan Nido, en caso de que nos atraparan los espías. Así creerían que hay muchas serpientes y las originales, osea yo, Janine y Brandon, podríamos escapar.

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