Capítulo 3: I am One Of Them.

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Llegar a clase de Escritura el martes cuesta trabajo. Llevas el entrenamiento de ayer aún clavado en las costillas, los músculos doliendo por la falta de uso después de las vacaciones y el dolor de cabeza amenazando con hacerse una parte presente y real del resto del día.  

Puede que llegues arrastrando los pies y te sientes en tu sitio sin mucho entusiasmo, esperando a que llegue Rusko y empiece la clase.  

Sacas el cuaderno con la tarea hecha, rezando para que no te toque a ti ese día. Aún no estás preparado para salir ahí enfrente y quitarte la máscara delante de todo el mundo.  

Al fin y al cabo escribir algo, y dejar que los demás lo lean no es más que eso.  

Pero antes de que el profesor llegue, antes de que el timbre suene y de que te termines de despertar del todo, Louis llega a clase, la misma mochila de siempre al hombro, con más pinta de estar vacía que llena, la misma chaqueta de cuero desgastada con las solapas dobladas y la calavera de los Misfits a la espalda.  

El pelo como siempre, y ojos mirando sin mirar, vacíos. Y oh, mira, eso de la cara es nuevo. Tiene el pómulo morado, casi negro, lo que parece un buen puñetazo y es una suerte que no le hayan roto el hueso.  

Cuando Louis se sienta, el profesor está entrando por la puerta pero aún quedan un par de minutos antes de que empiece la clase. 

—¿Y a ti que te ha pasado? 

Casi lo ves rodar los ojos. 

—¿Y a ti que te importa? —soplas porque sabes que no te lo va a decir pero Louis te sorprende añadiendo— Por si te interesa, me caí y me golpee con el pomo de la puerta. 

Ríes bajo, una carcajada amarga  

—Ya, claro. Te has metido en una pelea, Tomlinson.  

Ahora se están mirando fijamente sin saber como. En los tres segundos que llevan hablando han pasado de hablar de espaldas a estar cara a cara, tú retorcido en la silla mirando para atrás, la mirada fija en como se le mueve la boca cuando te habla y la forma en la que sus dedos se agarran al borde del cuaderno.  

—Que chico tan listo. Con ese cerebro deberías ser abogado o médico. ¿Es eso lo que quieres, chico listo, dedicarte a salvar almas perdidas como yo? 

Te muerdes la lengua por dentro y casi rechinas los dientes para no ponerle morado el otro lado de la cara.  

—Eres un gilipollas, Tomlinson.  

Te saluda con la cabeza, como si se tomara el insulto como un halago, y eso fuese más de lo que esperaba de ti.  

Vas a decirle más cosas, a preguntarle por qué cojones se tiene que comportar así, y qué le habías echo tú para que te tratara tan mal, pero entonces sí, Rusko empieza su clase, y das más que por terminada la conversación.  

All You Are It's On Your Back || Larry StylinsonWhere stories live. Discover now