All You Are It's On Your Back || Larry Stylinson

Prólogo.

Una vez tuve la suerte de conocer a un chico.  

  

Tuve la desafortunada coincidencia de estar cerca de él. Alfabéticamente.  

  

Su nombre era Louis Tomlinson.  

  

Me llamo Harry Styles, y gracias al sistema del instituto de un pueblecito de Yorkshire, Louis Tomlinson se sentó a mi lado durante todo un curso escolar.   

Claro, que eso fue hace algunos años. Cuando aun era alumno de un instituto y no un adulto.  

  

***  

  

Conduces sin rumbo durante algunos minutos. Te has subido al coche por algo y sabes que tienes que ir a algún sitio en particular, pero durante un momento, con la radio sonando fuerte y el sol brillando, eres incapaz de recordarlo.  

  

Tienen que pasar varias canciones, varios cambios de marcha y alguna que otra gasolinera para que caigas en la cuenta de que ibas al supermercado a por las cosas que te hacían falta para la comida (no se pueden cocinar macarrones sin macarrones, aunque todo es ponerse).  

  

Giras a la izquierda y te metes en el parking del supermercado más cercano, sin importar cual. Nunca has sabido a ciencia cierta porque las señoras mayores tienen uno preferido, si todos son iguales.  

  

Cuando estás haciendo la cola, macarrones en la mano, porque te niegas a coger una cesta solo con unos macarrones y claro al final has acabado cogiendo también un champú, una bolsa de patatas y un paquete de bacon, la chica que está en la caja te sonríe y por un segundo piensas ¿es a mí? Pero después te das cuenta de que es Jade Thirlwall.  

  

Una antigua compañera de instituto.  

  

Cuando es tu turno, sonríe ampliamente, y coge tus cosas para pasarlas por la máquina mientras te saluda  

  

—Hey.  

  

—Hey cuánto tiempo.  

  

—¿Qué tal todo? —preguntas por educación, más que por otra cosa. Hace años que no tienes mucha relación con nadie que no sea del trabajo.  

  

—Bien —sonríe mascando chicle y quieres hacer que se lo trague, pero lo dejas pasar—. Como siempre supongo— pasa la ultima cosa, pípiiií, y de repente antes de darte la cuenta te dice—. Oye, te has enterado ¿no? Ese chico, ¿Cómo se llamaba? ¿Louis Thomson?  

  

Se te descompone un poco la cara, pero lo sabes disimular. Años de práctica.  

—Tomlinson —murmuras, no demasiado interesado en saber que tiene que decir sobre él pero con el corazón a mil por hora porque joder Louis, cuanto tiempo sin saber de ti.