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Trate de liberarme, pero era inútil, la Voluntad Vampírica le había dado a la que fue en algún momento mi hermana una fuerza increíble, parecía que no tenía escape.

El Experimento G-115 número uno, me mostró sus manos, las cuales habían adquirido unas garras muy filosas procedentes de sus uñas, me había soltado por lo que entendí que quería atravesar mi corazón. Pero ese fue su error, la herida de su muñeca no se había terminado de curar y al parecer al estar en su Voluntad Vampírica perdió su habilidad de curación instantánea, por lo que deduje que había vuelto a sentir dolor, no estaba del todo seguro, pero el que no arriesga no gana, o al menos eso dicen, tenía dos opciones rendirme o intentar escapar, no tenía mucho que pensar. Con mis manos libres tomé su muñeca izquierda y la apreté con todas mis fuerzas, al instante se levantó del dolor y empezó a gritar de forma muy aguda, cayo de espaldas al piso desmayada por el dolor, y lentamente volvió a su apariencia de Dhampira.

-La Voluntad Vampírica desaparece a raíz de un gran dolor, eso es información útil. Mis palabras alteraron al sujeto que hablaba por toda la habitación.

- ¡No! Hadas de Terraoscura, acaben con el Experimento G-115 número dos ahora mismo. De repente se empezaron a materializar un conjunto de sombras en el lugar donde me encontraba, y de esas tinieblas aparecieron mínimo diez de sus experimentos.

Eran personas de baja estatura, que flotaban en el aire, poseían alas mal desarrolladas y completamente rotas, sus ojos estaban en blanco total de tal forma que las pupilas eran imposibles de mirar, sus rompas estaban muy maltratadas y apenas tenían cabello, y lo que más me perturbo fue su piel, era de color gris oscuro y estaban llenos de heridas que pondrían a un humano normal en el ataúd.

- ¿Queres ir pensando en rendirte y en como pedirnos perdón Experimento G-115 número dos?

-No vuelvas a llamarme así. Ordene muy enojado. -Mi nombre es Alan Krismors, pero algo me dice que ese no es un nombre apropiado para un Dhampiro... Algul Krismors, ese nombre suena bien. No sabía dónde había escuchado ese nombre, ni siquiera sabía si lo había escuchado antes, pero algo me decía que ya no era Alan y que necesitaba rebautizarme, a partir de ahora Alan está muerto y Algul heredara sus pensamientos, recuerdos y creencias, estaba decidido.

-Como gustes, en ese caso... ¡maten a Algul Krismors ahora mismo!

-No te molestes. Dije recordando que me encontraba varios metros bajo tierra, pegué un salto con todas mis fuerzas hacia el techo el cual comenzó a romperse debido al impacto contra mi cuerpo, seguí de largo hasta salir a la superficie.

Lo que me esperaba allí no me lo había visto venir, todo estaba destruido.

Las calles en llamas, las casas destruidas, la gente aterrada y una horda de monstruos asechando todos los lugares, ¿Cuánto tiempo estuve encerrado? Podría jurar que solo pasaron unas horas, pero parece que, en realidad, al ver lo que mis ojos contemplaban, pasaron años.

Escuche un grito a la distancia, trate de ubicar de donde provenía, pero era en vano, no podía encontrar el paradero de la persona que gritaba. Otro grito, esta vez sí logré ubicar el lugar, corrí con todas mis fuerzas a ese sitio, donde me encontré con un Hada de Terraoscura acorralando a una pequeña niña y aterrándola con su horrenda apariencia.

-No por favor. La chiquilla estaba llorando. -No me lastimes.

El Hada de Terraoscura sonrió de forma tal que infundía mucho miedo y respondió con una voz rasposa y con un tono bajo.

-Tranquila... no te voy a dañar... solo te mataré...

De repente me abalance sobre el monstruo dándole de lleno un golpe seco con mi rodilla. La criatura cayó al suelo dejando de levitar por unos cortos segundos, pero al instante volvió a alzarse en el aire.

-Mmmmm... ¿un Monstruo Humano? Qué raro. La duda del Hada era gigantesca, no entendía por qué lo había atacado. -Mmmmm... muy raro. Quedo dudando por alguna razón. -Eres una especie de Vampiro... no, eres muy parecida a ella, al Experimento G-115...

Fruncí el ceño y le dirigí la palabra:

-Soy el hermano del Experimento G-115 número uno, me llamaba Alan Krismors, pero ahora soy Algul Krismors, pero quizás me conozcas bajo el nombre de Experimento G-115 número dos.

- ¡Ya me acorde de vos!, sos el sujeto de prueba, la rata de laboratorio para crear Dhampiros.

Mire fijamente a mi rival. Si sabia sobre el Experimento G-115, significaba que el resto de los monstruos también lo sabían,lo que me aterraba más que nada era que esto realmente no es un sueño y que no sabía que me depararía el destino.    

Experimento G-115Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum