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Extraño el mundo en el que vivía, un mundo donde me relacionaba con otras personas, un mundo donde vivía con mi hermanita menor Annis, un mundo donde yo era un humano... ya nada es igual, la propia humanidad, esos cretinos fueron un modo de evolución involucionando sus propios seres.

Todo empezó un día de julio, no recuerdo cual, pero sé que era julio por ser el mes del cumpleaños de Annis... mi hermana. Unas personas de sospechosa apariencia fueron secuestrando a la gente de la ciudad, todos los casos fueron reportados a la policía como desaparición inminente, pero a la semana llegaba a cada canal de noticias del país una abrumadora historia sobre que los desparecidos, todos, habían sido asesinados, el gobierno decreto que todo se trataba de un ataque terrorista, y quisieron tomar las medidas necesarias para poder investigar y encontrar el paradero de esos asesinos. Pasaron los meses, más y más personas seguían desapareciendo sin dejar rastro alguno, todo era un misterio.

En el mes de febrero decidí salir a pasear un rato con mi hermana, teniendo la mente bien positiva en que no nos iba a pasar nada... que ingenuo fui, recuerdo esos últimos momentos de felicidad, habíamos ido a la plaza, compramos unos helados y luego... un dolor punzante en la nuca seguido de perdida de vista... todo estaba oscuro... alguien me había golpeado con algún aparato el cual me dejo inconsciente. Desperté en una especie de prisión de vidrio de alta densidad o algo parecido porque no había barras ni conductos de aire, solo unos pequeños huecos en la caja de cristal donde pasaba el oxígeno necesario para que pudiera respirar.

Luego de un rato, cuando apenas estaba recuperando la visión, me percate de algo que realmente me asusto, Annis no estaba conmigo, no sabía a donde se la había llevado aquella persona que me noqueo ni siquiera sabía si se la trajeron conmigo o solo me llevaron a mí. Traté de romper el vidrio a mano limpia, pero era realmente duro, lo único que conseguía era lastimarme los nudillos, nada más, era débil. Cuando recupere por completo la vista note que esa prisión de cristal no era la única, se encontraba en medio de muchas más prisiones de vidrio de alta densidad formando de esa manera unos pasillos que creaban un laberinto transparente.

No era el único en aquella cárcel, había al igual que yo otras personas aprisionadas, no todas las celdas de vidrio contenían en su interior a alguien, por lo que podía ver y hasta donde alcanzaba mi vista éramos cinco los encarcelados, pero no veía a mi hermana, ¿Dónde estaba Annis?, ¿Eso significaba que ella no había sido capturada?, o acaso, ¿se encontraba en otra prisión?

El miedo y la desesperación eran terribles, insoportables, me dolía el pensar que algo malo le pudo pasar a mi hermana menor, ¿Qué era lo que querían estas personas con nosotros?

Trate de relajarme y pensar claramente, no había una vía de escape a la vista, y tenía el estómago vacío, por lo que no tendría fuerzas para luchar, aparte, si lograba escapar de la celda que me aprisionaba, ¿Qué podía hacer?, si se trataba de los terroristas que asechaban mi ciudad abría miles de personas con quien pelear, estaría en clara desventaja y perdería, me llevarían a otra celda o me matarían, eso sí que no sería nada bueno.

Decidí calmar a mi persona, tratar de bajar el miedo y la depresión que me invadían por no saber dónde mierda se encontraba Annis, revise mis bolsillos, tenía mi celular y mi billetera, al principio pensé que los que me secuestraron se olvidaron de revisarme, pero ahí estaba mi celular con su cincuenta y un por ciento de batería, pero luego me di cuenta de que no me sacaron el teléfono móvil por la razón de que no había ni un poco de señal de celular, lo que me llevo a tener dos teorías, me encontraba en una prisión donde el techo de la misma era demasiado grueso para evitar la señal satelital de celulares o me encontraba varios metros bajo tierra, decidí descartar la segunda opción ya que era demasiado exagerada, pero viendo lo que veía nada podría llegar a ser demasiado exagerado.

Pasaron las horas, yo trataba de conseguir señal de la manera que fuese para comunicarme con el exterior, pero todos mis intentos eran en vano, ni reiniciando el celular, ni sacando mi chip, nada funcionaba, intenté hasta hartarme y aceptar la derrota, pero mucho no pude seguir haciendo ya que se había acabado la batería del teléfono móvil.

Busqué en mi bolsillo la billetera, al abrirla encontré que todavía tenía dinero, mi documento se encontraba también, donde claramente se encontraba mi número de DNI, y mi nombre también por lógicas razones estaba allí, Alan Krismors, lo cual hacia más dudoso que era lo que buscaban estas personas, y dentro de uno de los bolsillos de la cartera de cuero se encontraba una foto del tamaño de un llavero, una foto donde nos encontrábamos mi hermana y yo juntos, siendo felices... la extrañaba mucho, a tal punto que me puse en posición fetal a llorar sin consuelo. Me quede dormido.

Cuando desperté un hombre vestido de traje de camuflaje y con un arma (la cual supuse gracias a haber jugado mucho tiempo al Left 4 Dead, que se trataba de una AK-47) me trajo una bandeja con comida, la paso por una puertilla pequeña que se situaba en la base de la prisión y me dijo con una sonrisa psicópata en su rostro:

-Disfrútalo, porque si no llegas a ser compatible esta será tu última cena.

Lo mire seriamente sin entender a lo que se refería, ¿ser compatible?, ¿qué querrá decir?, alejando eso de mi mente le pregunte:

- ¿Donde esta mi hermana? La niña pequeña que estaba conmigo.

- ¿Conque es tu hermana?, bien veraz, ya descubrimos que ella es compatible con nuestros experimentos, para darte una idea ella ya no es tu hermana, de hecho, fue la que mejor compatibilidad tuvo siendo la más fuerte de todos los seres creados hasta ahora.

- ¿Qué le hicieron a Annis?, ¿experimentaron con ella? ¡Son unos maniáticos!

-Insulta todo lo que quieras, pero dentro de unas horas será tu turno, mejor que comas, el proceso es más doloroso con el estómago vacío, pero a mí me gusta mucho mas cuando los conejillos de indias sufren a toda fuerza. Eso fue lo último que me dijo, luego se dio la vuelta y se marchó dejándome solo.

Tarde me di cuenta de que ya no había más gente en las otras celdas, lo que significaba, basándome en las palabras de aquel sujeto,que ya experimentaron con ellos, y ahora yo soy el ultimo. Aunque eso era lo que menos me preocupaba, algo le hicieron a mi pequeña hermana y lo peor de todo, me dio mucho miedo el hecho de que dijera que Annis fue compatible y que era la más fuerte de todos los seres que crearon hasta ahora. Esas palabras no las podía entender, pero infundían mucho miedo en mi ser.    

Experimento G-115Where stories live. Discover now