La Chica Del 269 | Caché (Terminada)

¡Capítulo especial! Día de la cena.

Le di un gran sorbo al contenido de mi copa.

-¿Cómo lo conoces tanto?- fruncí el ceño de curiosidad para otra vez volver a tomar más del vino, de verdad que estaba delicioso algo hacía que no pudiese parar de tomarlo.

-Germán me dio mi primer empleo cuando llegue a Los Ángeles- confesó- ¿Nunca te he contado sobre mi vida?- negué rápidamente con mi cabeza, soltó un suspiro- Mi madre era de Canadá y mi padre es de Georgia, ellos se divorciaron cuando yo era muy pequeña y como siempre, me quede con mi mamá- hizo una pausa larga, en ese lapso volví a tomar otro sorbo de vino que ya comenzaba a hacerme mal, estaba haciendo efecto en mi sistema- Desde su separación, mi madre se volvió una adicta, pasaba horas sin comer por culpa de ella, siempre era primero su adicción que las cuatro comidas diarias de su hija- se encogió de hombros- El día de mi cumpleaños número 18, ella falleció por una intoxicación...- solo me limitaba a mirarla y escucharla atentamente, todo dentro de mi se paralizó y en este momento no sabía que responder- Desde ese día, decidí tomar la decisión de comenzar de nuevo, volé con ayuda de mi padre hasta Los Ángeles y encontré trabajo en uno de los Edificios de Germán, como secretaria, me ayudó bastante para pagar mis cursos de fotografía y así poder sustentarme, el me ofreció alojamiento a un excelente costo y así estuve viviendo por más de tres años- volví a tomar otro trago- Un día se me dio la oportunidad de trabajar con una empresa bastante reconocida, necesitaban una fotógrafa y me contrataron, desde ese momento mi carrera solo a estado en ascenso y me ha dado para vivir muy bien- rió- Es así como conozco a Germán Calle.

-¿Cómo es que nunca te encontraste con Calle?- pregunté curiosa, mis ojos comenzaron a entrecerrarse por el efecto del alcohol.

-Calle nunca fue a esos edificios pero yo la reconocía bastante bien...- ahora fue Kathia quien tomó un sorbo de la botella de vino- Siempre consigue lo que quiere, y veo que tú no fuiste la excepción.

-¿A qué te refieres?- fruncí el ceño por su comentario.

-Que cuando te conocí, no pensé que caerías tan rápido en las garras de Calle- se sinceró- Ella es hermosa no lo niego, pero me gustaría que a veces no consiguiese lo que quiere y a ti te quiere.

-Y me tiene- me encogí de hombros.

-Y eso no me gusta- con el ceño fruncido, tomé la botella de vino para comenzar a tragar su líquido para luego dejarlo en el suelo- No debería tenerte tan fácil, vales mucho para que estés con una persona como ella- susurró acercándose a mí.

-No te permitiré que hables así de mi novia- fruncí el ceño cruzándome de brazos, estaba enojada.

-Okey pero piénsalo, ¿sí?- habló pero no le respondí, solo volví a tomar el contenido de la botella que parecía interminable-Mereces algo mejor.

-Yo me tengo que ir- hablé decidida a pararme para buscar mi teléfono y marcarle a mi novia, no estaba en mi cinco sentidos y no me iba a arriesgar a tomar un taxi, puedo jurar que ya es bastante tarde y prefiero que mi novia venga por mí.

-No te vayas...- afirmó mi brazo- No quiero que la conversación que acabamos de tener perjudique nuestra amistad.

-Tranquila, no la afectó en nada y no me contaré a nadie lo que me dijiste- hablé sin tomarle importancia.

-Eso no es lo que me preocupa- dijo haciéndome volver a sentar a su lado- ¿Tú sientes algo por mí?- habló haciéndome fruncir aun más el ceño. Mi mente se quedo congelada, nunca me había planteado esa pregunta, si de verdad algo dentro de mi podía llegar a sentir algo por la rubia.