- p-pero no sé si me acepte- Pyronica rio.
- lo harás lo sé- en eso, Mabel apareció pero sin nada en sus manos.
- lo siento Pyronica, no encontré nada- respondió.
- no te preocupes, linda. Creo que lo perdí o lo vendí. Nunca se sabe ¡No vemos!- y con ello se fue dejándolos solos.
Un silencio se hizo presente en la habitación, ambos estaban nerviosos y no sabían que hacer.
- pues, creo que iré a mi habitación- aviso la castaña. Antes que se fuera, Bill hablo.
- e-espera Estrella fugaz. Estaba pensando en como no se cocinar y no te puedes sobrecargar tanto... ¿Por qué no vamos a cenar?- Mabel se sonrojo y su pulso aceleró.
¿Acaso Bill Cipher le había invitado a una cita?
- m-me parece genial, Bill- el rubio pudo volver a respirar y asintió.
Después de aquella nerviosa invitación, ambos se fueron a sus habitaciones preparándose mentalmente para lo que dirían y revelarían.
- vamos Mabel, no puedes ser tan cobarde- se animó- dile lo que sientes por él ¿Qué puede ser peor?- se quedó en silencio un minuto.
-¡Muchas cosas pueden ser peor!- de tumbo en su cama boca abajo y suspiro.
- bien, dejémonos de tonterías. Se lo diré fuerte y claro- sonrió decidida.
Por parte del rubio, el no estaba muy preocupado por el tema de confesarse más bien, por el como lo tomaría ella.
- se podría burlar o algo peor- las dudas opacaban todo encantó que antes había soñado.
- yo puedo hacerlo, lo sé- con esa pequeña motivación decidió seguir su plan para esta noche.
Al llegar la noche, ambos individuos estaban alistándose para salir. Siendo el rubio el primero listo.
- Estrella fugaz, ¿estás lista?- pregunto afuera de su habitación.
- dame unos segundos- al otro lado, Mabel llevaba puesto un vestido verde jade pegado pero holgado a partir de la cintura, sin mangas, resaltando su esbelta figura y su cabello chocolate suelto con una diadema que combinaba con el vestido en la cabeza.
Se dio uno últimos ánimos y salió de la habitación, al darse cuenta que Bill estaba ahí cerró otra vez la puerta causando que el rubio se extrañara.
- no seas cobarde, Mabel- sonrió, volvió a abrir la puerta y se disculpó por lo anterior.
Bill no escucho las disculpas pues quedó embelesado al verla, se veía realmente hermosa.
- ¿Bill?- lo llamo. El rubio sacudió su cabeza y sonrió.
- vámonos- le ofreció su brazo y salieron de su casa.
Llegaron al restaurante, pero lamentablemente le dijeron que no tenían reservación. Al parecer a cierto rubio se le olvidó separar mesa.
Bill se enojo y su cabello empezó a tornarse rojo, Mabel se dio cuenta y agradeciendo a la señorita del restaurante se lo llevó afuera.
- Bill, cálmate por favor- pidió tomando ambas manos. Bill empezó a calmarse y bajo la mirada.
- lo siento, Estrella fugaz, quería que esta noche fuera especial y lo arruine- Mabel sonrió de lado.
- no arruinaste nada Bill, esos lugares son muy finos para mí- rio, Bill compartió su risa.
- pero ahora nos quedamos sin cena- Mabel sonrió de lado.
- mmmm tal vez no tengamos un plato buffet pero...- saco de su bolso un paquete- ¡Tenemos dulces!- agito el paquete con diversión.
- vienes preparada, Estrella fugaz- Mabel asintió y apretó el bolso contra su pecho.
- no puedo negarlo, los dulces deberían ser el platillo principal. Ven, escuché que la mejor vista de la luna es en el puente- tomo su mano y caminaron juntos hacia el lugar mencionado.
Al llegar vieron el lugar decorado con flores y luces, una escena romántica y a la vez misteriosa.
- apuesto que a las personas les gustaba suicidarse colgados por esta hermosa vista- bromeó el rubio, aunque Mabel le dio un golpe en el brazo.
- tienes fuerza, Estrellita- enredo sus dedos en su melena caída por la cintura, Mabel se tenso y un sonrojo apareció en su rostro.
- c-callate- tomaron asiento en un columpio para dos con detalles pintorescos con luces tenues iluminando el lugar.
Mabel vio de reojo a Bill, tenía una expresión confusa y extraña.
- ¿Bill? ¿Sigues molesto por la reservación?- pregunto con timidez. Bill negó y fijo su vista en ella.
- no, Estrella fugaz. Solo, quería decirte que- dudo por unos segundos- quería decirte que- al ver sus ojos marrones recordó todo lo que hizo por él Mabel le había ayudado a entender mejor a los humanos y también había puesto en duda su verdadero plan, y aunque al principio hubiera sido solo para engañarla.
- Mabel, debo confesarte algo- la castaña abrió sus párpados asombrada.
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Prisionera |Mabill| •FINALIZADA•
Hayran KurguMabel Pines una chica de 15 años regresa a Oregon después de derrotar a Bill o al menos eso creía, junto a su hermano Dipper Pines, van a la cabaña de sus tíos abuelos, al regresar Bill aparece otra vez y ataca a los Pines, gravemente heridos y Bill...
Confesiones |1|
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