Tú ganas

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Mabel aún estaba encerrada en su habitación de "tortura" aunque no lo pareciera, pues desde el día de su cumpleaños Bill no apareció ante ella y solo le hacia aparecer comida que Mabel no comía y eso empeoraba su salud. Pero el orgullo era más, no llamaría al triángulo de un ojo para que le traiga algo que ella coma y que sea "comestible para humanos" no, ella no haría eso, la terquedad es su fuerza, pero ella no era la única que no dejaría su orgullo, el triángulo amarillo daba vueltas sobre su sillón cada día esperando que ella lo llamara para cualquier cosa, algo que le acerque más a ella para que el trabajo sea más fácil, claro un demonio solo piensa en si mismo y no en los demás es por eso que los demonios lo consideraban su jefe al menos los de su pandilla, pero el bastón de Bill se escurría a veces e iba a visitar a la castaña no entraba solo se quedaba mirando la puerta de la habitación escuchando los quejido de hambre de la castaña hasta que decidió entrar a ver cómo estaba.

- Mmmm- dijo la castaña que despertaba de un sueño profundo para encontrarse con un bastón volador.

- ¡Ahhhh! ¿Un bastón? Espera no eres el bastón del triángulo estúpido- dijo Mabel acercándose más y olvidando el miedo que tenía. El bastón se movió de arriba para abajo en señal de un si.

- ¿Qué quieres?- dijo de mala gana. El bastón hizo unos movimiento que raramente Mabel reconoció.

- no gracias, prefiero morir de hambre que hablar con ese nacho, además después de lo que hizo en el Raromagedon, no confío en él- dijo algo triste, el bastón hizo otro movimiento.

- ¿Qué? Aunque tengas razón no serviría de nada, lo único que quiero es que mi hermano y tíos estén bien que nos les haya pasado nada, que estén.... Vivos....- dijo aguantando lágrimas.

- bastón, ¿Donde estas?- dijo Bill mientras buscaba esa vara que lo acompañaba a todos lados.

- cuando te encuentre, desearas no haber sido fabricado- dijo enojado hasta que escucho unas voces provenientes de la habitación de la prisionera.

- si, eso es lo que quiero, saber que ellos están bien- dijo una voz proveniente del interior de la puerta.

- ¿Qué?- dijo Bill asomando su punta con su ojo por ella.

- jajaja- río la castaña estaba más delgada de lo usual y sus mejillas perdían color, pero su risa volvía todo lleno de color.

- oye ¿Sigues ahí?- dijo cuando el bastón de la nada dejo de flotar, la castaña iba a tocarlo cuando.

- ¡No lo toques!- dijo Bill arrebatando el bastón del suelo, asiendo presencia en la habitación.

- ¿Qué? Y-yo lo siento- dijo asustada.

- oh no, no ,no Estella fugaz, esto nunca lo debes tocar ¿entendiste? ¡Nunca!- dijo alzando la voz.

- e-esta bien- dijo cabizbaja.

- ahora, ¿Cómo llegaste aquí?- dijo Bill intentando sonar normal.

- vino flotando, yo- dijo entonces fue cuando Bill miro su cuerpo estaba sucia, llena de tierra, sus cabellos chocolates estaban grises, estaba hecha una porquería y Bill disfrutaba verla así, encadenados sin escapatoria alguna pero también sabía que pronto seria su oportunidad para vengarse de su enemigo y ella ya debía haber aceptado el trato, en eso el bastón se sacudió ligeramente y Bill entendió.

- estrella fugaz, estás muy fea y delgada, necesitas comer algo, vamos- dijo pesadamente, la tomo del brazo para sacarla, sintió una electricidad.

- mira quién habla- dijo para rehusar se a ir con él, jalando su brazo.

- morirás de hambre si no vas conmigo, así que te conviene ir conmigo- dijo autoritario. No iba a permitir que la castaña se saliera con la suya.

Prisionera |Mabill| •FINALIZADA•Where stories live. Discover now