I. Anillos de compromiso.

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I. ANILLOS DE COMPROMISO.





EN UNA TRANQUILA CALLE DE LONDRES,
INGLATERRA se alzaba un edificio victoriano que parecía ser el epítome de lo normal a la comunidad muggle, nunca nadie hubiera sospechado nada extraño de ahí, ni menos que entre ellos hubieran brujas y magos. Entre esos habitantes, habían tres adolescentes de dieciocho años, recién graduados de la Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts, que recientemente se habían mudado al apartamento 4A.

―Maldición.―murmuró Aquila Black mientras se miraba al espejo que colgaba de la pared con una mueca. El vestido de encaje color verde que había comprado en el verano, le quedaba justo por encima de las rodillas, y sus rizos oscuros ahora estaban entrelazados en una trenza que cubría su hombro derecho. Alrededor de su cuello colgaba el collar de plata, con cuatro figuras que mostraba a las personas que más amaba, y sus orejas estaban adornadas con dos pequeñas bolas de plata. Si bien su atuendo se veía bastante modesto para el resto del mundo, para una chica que solo usaba pantalones y camisas holgadas con un nido en el cabello casi todo el tiempo, el conjunto le parecía demasiado y todo eso le hacía recordar a las horribles fiestas que su madre la forzaba a ir.

Sirius Black, que estaba recostado sobre el sofá de la sala, miró hacia un lado y rodó los ojos al ver la cara de ansiedad de su hermana.―Todo saldrá bien, Lia.―dijo mientras soltaba un bostezo de pereza.―Quiero decir, lo peor que pueda pasar es que te odien y que nunca más veas a Lunático.

James Potter, que estaba parado de puntillas detrás de Aquila, mirando su reflejo mientras arreglaba su cabello para su cita con Lily, fulminó a Sirius con la mirada y después acarició el hombro derecho de Aquila.―No te preocupes, Quila. Solo sé tú misma. Estoy seguro de que les encantarás. Quiero decir, a mis padres les agradaste, ¿no?

Aquila se dio la vuelta y le sonrió a James.―Gracias.―dijo mientras estiraba las manos y arreglaba su camisa.―¿Tienes el anillo?

―Si.―James asintió mientras daba palmaditas a uno de sus bolsillos de la camisa.

―¿Estás nervioso?

James mordió el interior de su mejilla.―Lo peor que puede pasar es que ella diga "no"... lo cual, supongo no es el fin del mundo... ¿cierto?―dijo riendo nerviosamente.

philophobia ━ remus lupin. (1)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora