XVII. Una ravenclaw en el desayuno.

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XVII. UNA RAVENCLAW EN EL DESAYUNO.






―HE ESTADO PENSANDO EN TU PEQUEÑO PROBLEMA CON EL PAJARITO, LUNÁTICO.
―James dijo en una mañana de diciembre mientas se deslizaba en un asiento frente a Remus en la mesa de Gryffindor. Sirius, Aquila y Peter aún no habían bajado a desayunar; todo porque Sirius había acaparado el baño para perfeccionar su cabello desordenado

Remus arqueó una ceja y fingió confusión.―¿Mi pequeño problema con el pajarito?

James rodó los ojos y comenzó a untarle mantequilla a una tostada.―Veo la forma en que la miras.―él sonrió, haciendo que Remus le pusiera un poco más de azúcar a su café mientras trataba de reprimir el rubor que amenazaba subir a sus mejillas.―Y...―continuó James mirándolo con complicidad.―Veo la forma en la que te mira.

Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Remus y negó con la cabeza mientras bebía su café que ahora estaba ligeramente más dulce.―No sé de qué estás hablando Cornamenta.

James volvió a rodar los ojos y le sacó una gran mordida a su tostada.―Oh vamos, Lunático, ¿Alguna vez le dirás que te gusta?

Remus gruñó.―¿Y ser golpeado por Canuto? Si, no, gracias.

Las palabras salieron de su boca sin si quiera pensarlo y Remus se arrepintió al instante al ver la amplia sonrisa en la cara de James.―¡Entonces lo admites, te gusta!

―¿Que? no, no lo hice...―Remus comenzó a balbucear y luego gruñó, derrotado. Después de todo, a él le gustaba, tanto, que parecía que esa palabra ya no era la adecuada para describir lo que sentía por ella.―Está bien, Cornamenta, tú ganas. Ella me gusta, ¿bien? ¿Podemos hablar de otra cosa?

James exclamó un ¡SI! y sonrió con satisfacción cuando Remus gimió.―Bien, ahora que eso está resuelto, deberías...―se interrumpió cunado vio que los otros Merodeadores caminaban hacia ellos. Peter y Sirius se sentaron a su lado mientras que Aquila se sentó al lado Remus, entrelazando sus manos bajo la mesa.

―Buenos días.―saludó arqueando las cejas cuando James no despegaba su mirada de ella.―¿Qué?―preguntó, alejando su mano de la de Remus.

James abrió la boca pero no tuvo la oportunidad de hablar porque Peter, de la nada gritó.―¡Ay! ¿por qué fue eso?―Remus, quién había tratado de darle una patada a James para evitar que hablara, falló y terminó dándole la patada al pobre de Peter. Después de darle una mirada de disculpa al rubio, murmuró.―Lo siento, Colagusano. Mi pie, uh-resbaló.―y después le lanzó una mirada fulminante a James, quién solo rodó los ojos y mantuvo la boca cerrada.

Después de un silencio incómodo, el desayuno continuó y Aquila acababa de darle un mordico a su manzana cuando Sirius habló.―Lunático, creo que es hora de que te consigamos una novia.

Aquila se atragantó con el trozo de manzana y comenzó a toser mientras Remus palidecía y comenzaba a tartamudear.―¿Q... qué?

―Bueno, como ahora Cornamenta tiene a Lily y a Colagusano tiene a Macdonald o algo así, creo que es hora de que tengas un poco de acción.―explicó Sirius para después mirar a Aquila.―Lia, ¿estás bien?

―Si, bien, solo... tragando la manzana.―logró de decir mientras tomaba el vaso de agua de Peter y bebía un gran trago. Exhaló un suspiro de alivio cuando la pieza de fruta atravesó su garganta.

Sirius observó las payasadas de su hermana con una expresión divertida para después volverse hacia Remus.―Como decía, realmente necesitas tener sexo, Lunático.―dijo haciendo que Aquila se atragantara por segunda vez, pero con el agua que estaba bebiendo. Realmente quería estrangular a su hermano en esos momentos, y mentalmente, lo estaba haciendo. Sirius, sin embargo, no le hizo caso.―El baile de Navidad se acerca, ¿por qué no le pides a alguien que vaya contigo?

El primero de septiembre, el profesor Dumbledore anunció que, por primera vez en mucho tiempo, Hogwarts daría un baile de Navidad para estudiantes de cuarto año en adelante y ahora, faltando solo una semana para el baile, las chicas se morían por tener pareja.

A excepción de una chica.

Remus estaba a punto de contestar cuando sintió que alguien tocaba su hombro. Los merodeadores giraron sus cabezas hacia la recién llegada y James, Peter y Remus gimieron mentalmente cuando vieron quién era, mientras que Sirius simplemente sonrió y Aquila se recuperó de su casi muerte.

―Hola, Remus.―la Ravenclaw de sexto año, Grace Keller, le sonreía coqueta al chico.

Remus se aclaró la garganta y le sonrió cortes.―Hola.

Mientras giraba uno de sus mechones rubios, con voz confiada preguntó.―Me preguntaba si, ¿te gustaría ir al baile de navidad conmigo?

Si Aquila hubiera tenido algo en la boca, seguramente se hubiera atragantado una vez más, pero por desgracia no lo tenía y tuvo que reprimir una risa al ver la cara de Remus.―Uh-yo, uh...―tartamudeó mientras buscaba desesperado las palabras para rechazar su oferta.

Desafortunadamente, él era demasiado lento y Sirius lo sorprendió cuando exclamó.―¡A él le encantaría!

Keller sonrió.―¡Oh, eso es genial!―dijo soltando un pequeño chillido de emoción.―¡No puedo esperar!―luego, besó la mejilla de Remus y le guiñó un ojo para después caminar de regreso hacia la mesa de Ravenclaw en donde sus amigas la esperaban.

―¡Sirius!―Remus exclamó con el ceño fruncido.

―Oh, vamos, Lunático, ¡le gustas!―Sirius dijo con una sonrisa.―No has estado con nadie desde esa chica muggle hace dos veranos atrás. Dale una oportunidad a Keller.

James, a quién no le agradaba Keller (lo que era irónico, porque la chica no dejaba de perseguir como un cachorrito a Remus y no dejaba de preguntarle si quería ir a una cita con ella, al igual que él había hecho con Lily durante cuatro años seguidos) gimió y golpeó su cabeza contra la mesa.

Remus le lanzó a Sirius una mirada furiosa antes de mirar nerviosamente a Aquila, que para su sorpresa estaba riendo.―Si, deberías de darle una oportunidad.―bromeó tomando su mano bajo la mesa, para demostrar que no estaba molesta por la rubia, ya que de todos modos, no hubieran podido ir juntos al baile.―Nunca se sabe, quizás te des cuenta de que la chica es encantadora.―dijo reprimiendo una carcajada, mientras tomaba una servilleta de la mesa y le limpiaba el lápiz labial que Keller había dejado marcado en sus mejillas.

Remus la miró desconcertado, mientras pensaba en que nada de eso terminaría bien.


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philophobia ━ remus lupin. (1)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora