Capítulo 62 || Sentimientos.

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Escucho atento las palabras del doctor.

—¿Qué abarca el reposo absoluto? —Quiero salir de dudas. Necesito saber si podrá llevar una vida dentro de lo que cabe normal. Conozco a Phoebe, sentirse atada a terceros y representar una carga la llena de frustración.

El doctor la mira fijamente con una sonrisa, antes de volver sus ojos a los míos.

No me agrada su presencia, mucho menos la forma en que mira a mi mujer. Como si tuviera la más mínima ilusión de tenerla y eso es imposible, ella es mía. Su apariencia joven y seductor no es algo que ayude en mis malditos celos, para nada. Y se poner peor cuando mi mujer le corresponde con una calidez que me está exasperando.

—Evitar caminar largos minutos, solamente lo necesario. Eso quiere decir dentro de un espacio reducido, con ello me refiero a tu casa y solo para movilizarte a otro lugar de reposo donde debes mantener los pies suspendidos. Nada de estrés o alteraciones. Evitar ciertas comidas, tu ginecóloga te proporcionará la dieta que deberás llevar. —Mi princesa hace un tierno puchero.

Con lo que ama comer eso representará problemas. Ya la veré como mamá con el embarazo de Angelique: de un humor de perros por comer lo que debe y no lo que quiere.

—¿El golpe podría dejar secuelas que salgan con el pasar de las semanas? —le pregunto para que centre su maldita ilusionada mirada en mí.

Ladea levemente la cabeza.

—Es difícil predecirlo. Hasta ahora no ha habido ninguna anomalía. Sus exámenes muestran estabilidad, solamente la recomendación ginecológica por el golpe que recibió en el vientre. Fuera de ello, todo está en orden. Con suerte podrá volver a casa en los próximos días, teniendo en cuenta que debe seguir tomando sus medicamentos y vitaminas. —Asiento con firmeza a ello. —Vendré dentro a unas horas a revisarla nuevamente, señorita Grey. —Lo miro con los ojos entrecerrados, al ver cómo sus ojos brillan cuando mira a mi mujer.

—Pareces una bestia —susurra mi pequeña divertida cuando el idiota doctor ha salido.

—Le gustas. —Sus hermosos ojos grises me observan dejando claro cuánto le divierte mi estado.

—A mí me gustas tú. —Sonríe de esa manera que me desarma. Esta mujer tiene un poder impresionante sobre mí. La forma en que borra mis pensamientos volcando mi atención en mi anhelo por sus muestras de cariño me preocupa. —A mí me encantas tú. Me fascinas solamente tú. —Me jala del brazo hasta arrastrarme a su lado y unir nuestros labios.

¡Joder, cuánto extrañé sus muestras de amor!

Sus suaves y dulces labios se mueven al compás de los míos con extrema lentitud. Es un beso que me deja claro su sentir en cuanto a sus palabras. Es el tipo de beso que aplicas para explorar, degustar el sabor, la textura, el calor de esa persona que te besa.

Un beso que altera todos mis sentidos, y cuando me refiero a todos va incluido el deseo por poseerla como suelo hacerlo.

Las horas pasan sumamente rápido junto a ella. Para cuando llega la tarde, con ello lo hace la familia por completo. No es que sea casualidad. Phoebe decidió reunirlos a todos sin aceptar una negativa como sabe posiblemente le pondría alguno.

Mamá me observa ansiosa, sin moverse de entre los brazos de Ted.

—Hola, mamá. —Mi tono es suave como siempre solía hablarle.

Es sorprendente como verla me tranquiliza y a la misma vez me vuelve nervioso. Haber sido un idiota con ella me avergüenza a mí mismo. Mamá es la mujer más comprensiva del mundo y yo simplemente la trate tan mal, que estar frente a ella se me hace imposible.

Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora