33. Te quiero, no lo olvides.

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Una estampida de besos se comen parte de mi cuello y clavícula. Creo que todos estamos de acuerdo en que es una muy buena forma de despertar por la mañana. Abro los ojos con dificultad ya que los párpados me pesan demasiado. Estoy apoyada en el caliente y desnudo pecho de Antoine, mientras que este sigue con su tarea de repartir besos. Intento mover mis piernas, pero estas están completamente enrolladas a las suyas y a las sábanas que son un completo desastre.

- Buenos días petite. ¿Cómo has dormido?- preguntó con la voz ronca.

- De maravilla, hacia tiempo que no dormía así de bien. Por cierto, ¿qué hora es?.- dije algo adormilada.

- Creo que me vas a matar, pero son las una y media.

- ¡¡¿Qué?!! Te voy a matar ¿Por qué no me has despertado antes?- dije alterada.

- Estabas durmiendo tan plácidamente que me daba pena despertarte, estabas tan mona.- dijo con voz de tonto.

- Hoy deberíamos de haber aprovechado nuestro último día al máximo, en vez de habernos dormido hasta el mediodía.

- Petite, estas equivocada. Una de las sensaciones más reconfortantes es verte dormir sobre mi pecho, te aseguro que no hay cosa que más me guste.- mi yo interior se desmayó y una sonrisa de tonta se instaló en mi rostro automáticamente.

- Te quiero.- susurré.

- ¿Que has dicho?- preguntó para que repitiera estas dos palabras una vez más.

- ¡Qué te quiero!.- dije una vez más.

- Perdona, pero creo que no te he oído bien. ¿Podrías decirlo un poco más alto?- yo rodeé los ojos pero sonreí a la vez.

- Te quiero.- dije por última vez y sellé esas dos palabras con un beso al que él me respondió gustoso.

- Te quiero.- dijo esta vez él.- Por cierto, creo que ayer no te agradecí lo suficiente todo lo que hiciste por mí. De verdad que me encantó, gracias por devolverme la vida petite.- no supe que decirle así que le besé de nuevo.

- Siento romper este momento tan romántico, pero creo que deberíamos darnos una ducha y salir a comer a algún sitio delicioso.- me levanté de la cama que estaba hecha un completo desastre.

- Espero que aceptes mi petición de ducharnos juntos para ahorrar agua y todas esas cosas.- dijo con una mirada pícara.

- Me temo que voy a aceptar, pero que no te sirva de precedente guapo.- le cogí de la mano y lo guié hasta el baño. Donde cómo habíamos prometido, nos dimos una ducha rápida, a pesar de que nos entretuvimos bastante bajo la alcachofa. Sequé un poco mi pelo con la toalla pero aún así lo dejé bastante húmedo ya que hoy era un día bastante caluroso. Luego fui al vestidor para pensar en qué me iba a poner.

- Hazme el favor y ponte el vestidito ese rojo tan mono.- dijo Anto dándome un susto por el cual me sabresalté. La verdad es que me pareció buena idea así que rebusqué entre las perchas hasta que lo encontré. Era de un tejido vaporoso, rojo con pequeños lunares blancos y bastante más corto de lo que yo solía usar, pero aún así me sentía cómoda llevándolo. Mientras él se peleaba con la cremallera de sus pantalones yo me vestí y me decidí por unas converses blancas para los pies.

Miré mi reflejo en el espejo que tenía en frente y arreglé un poco mi pelo con las manos, creo que ya va siendo hora de cortárselo un poco, pensé.

- Aparte de porque estas preciosa con este vestido, por lo que realmente me gusta es por el fácil acceso que tengo a tus...- dijo subiendo la mano por mis muslos hasta colarse en lugares indebidos.

Amor Por Despiste Where stories live. Discover now