32. Mundial y spa casero.

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Me faltan palabras para describir lo increíble que ha sido esta semana en Mâcon. Sin lugar a dudas me he enamorado locamente de la ciudad, me ha cautivado en su totalidad con los callejuelas, el río y las casas tan pintorescas que la forman. Por otro lado su gente, he creado un vínculo muy especial con la familia de Anto, realmente también los considero mi familia. Isabelle es una de las mujeres más dulces que he conocido hasta ahora, con Maúd he creado un vínculo muy fuerte, y hasta yo misma me asusto de todas las cosas que tenemos en común. Théo es un encanto de chico y junto a su hermano hemos compartido algunos de las mayores ataques de risa que he vivido jamás. Y Alain a pesar de ser un hombre serio, tiene un gusto exquisito por la literatura, y mi maleta esta llena de antiguas novelas por su culpa. Lo que también me ha hecho muy feliz ha sido ver como Anto disfrutaba de su familia en los últimos días, la verdad es que la despedida fue cuanto menos dramática y me entristeció ver como Anto se sumió en un abrazo casi eterno con su familia, ya que no sabe cuando volverá a verlos de nuevo, puede que dentro de una semana o quizás de un año, eso era lo malo que tenía el fútbol.

Ahora estamos en el aeropuerto esperando nuestro avión que por desgracia lleva dos horas de retraso. He de deciros que desde el jueves he encontrado ha Anto más raro de lo normal, está más despitado y sobre todo pensativo. Ya le he preguntado varias veces, pero me ha dicho que simplemente esta triste porque nuestras vacaciones se acaban. En parte le creo, porque sin duda estas vacaciones han sido las mejores después de mucho tiempo sin hacer nada especial durante los meses de verano. Pero una parte me dice que no es solo eso lo que le pasa, ya lo conozco demasiado bien y creo que hay algo que le preocupa.

Lo miro de reojo y veo como está completamente concentrado en la pantalla de su ordenador, con un juego que le trae loco. Yo estoy viendo las noticias en el móvil. no es la primera vez que me topo con noticias del corazón que hablan de nuestra relación o simplemente me comparan con las novias de otros deportistas de élite respecto al vestuario o cualquier tontería. No os lo voy a negar, creo que esto es lo que peor llevo cono diferencia y creo que nunca me voy a acostumbrar a ver mi rostro en una revista o a que me hagan fotos cuando estoy cenando en un restaurante tranquilamente con mi novio. Hablando un día con Bea, la novia de Koke, llegamos a la conclusión de que en este mundo al que nos hemos unido, existen dos tipos de novias: las que ses mantienen al márgen de las cámaras y las que aprovechan esta fama para abrirse un sitio en el mundillo de la televisión y los cotilleos. Yo sé perfectamente que Antoine es un personaje público que ahora mismo tiene mucho peso en España y en eso yo no me voy a meter, pero lo que más valoro de él es como respeta y me ayuda quedándome en el márgen de todo esto, porque yo no he nacido para llamar la atención y mucho menos para vivir del apellido de mi novio.

- Tierra llamando a Elena.- dijo Anto revolviendo mi cabello.

- ¿Qué pasa?.- dije saliendo de mi burbuja mental.

- El avión ya está aquí, tenemos que irnos ya.- dijo cogiendo las maletas.

- Me he quedado empanada.- dije entre risas. Anto me dió un pico en los labios y fuimos hasta la sala de embarque.

- Si quieres puedes dormir un poco. Sé que esta noche no has dormido muy bien.- dijo dejándome un hueco sobre su hombro.

- Y yo que pensaba que tu estabas durmiendo profundamente.

- Yo tampoco he pasado muy buena noche pero no te preocupes, ya dormiré cuando lleguemos.-dijo restándole importancia.

- Anto, a mi no me engañas, sé perfectamente que hay algo te preocupa y me ofende que no lo hayas hablado conmigo, sabes que me tienes para todo.

- No es nada, es lo que echo de menos Madrid y nuestra casa. Dormir en nuestra habitación, hacerte el desayuno por las mañanas.

- Cariño, no te preocupes tenemos todo el fin de semana por delante. Y aunque el lunes empieces con los entrenamientos y yo a trabajar en lo de la academia, sacaremos tiempo para estar juntos. Cuando lleguemos a casa deshacemos las maletas, ordenamos un poco el desastre que dejamos antes de irnos y después descansamos un poco.

Amor Por Despiste Where stories live. Discover now