4. ¿Vecinos?

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Después de soltar mi discurso giré sobre mi misma para volver a mi habitación, llevando cuidado de no estamparme con algo por el camino ya que llevaba las gafas llenas de mierda.

- Elena, espera.- dijo alguien a mis espaldas, y ese alguien tenía un acento muy familiar. Creo que la he cagado y mucho. Me giré y efectivamente era nada más y nada menos que Anto.- lo siento, si te hemos molestado.

- No pasa nada, es solo que tengo mucho trabajo de la universidad y me he agobiado, no te preocupes- dije intentando restarle importancia.

- Tranquila que ya no te vamos a molestar más, le voy a decir a estos que se larguen ya, que mañana tenemos entrenamiento temprano.- dijo con una mano en la cadera.

- Bueno pues gracias, aunque creo que me he pasado un poco.

- No te preocupes, creo que el entrenador les gritará más alto si llegan tarde mañana.- dijo riendose.

- Creo que de eso no cabe duda, bueno yo tengo que seguir con mi trabajo, ya nos veremos. - dije dando media vuelta, pero noté como me cogió del brazo.

- Creo que deberias de limpiar tus gafas antes vecina- dijo con una sonrisa juguetona. Después me las quitó y levantó su camiseta (que parecia de algún equipo de la NBA) para limpiarlas. Yo no se cuales eran las intenciones de este hombre pero si quería que me derritiera por dentro lo estaba logrando.- Ahora estan mucho mejor - dijo tras ponermelas de nuevo, yo noté como se sonrojaban mis mejillas. Y no pudé despegar la vista de sus finos labios.
- Gracias - dije con un hilo de voz.

Tras llegar a mi habitación me puse a full y acabe el trabajo en menos de una hora, ya que Anto habia cumplido su palabra y no se escuchaba nada más que mis dedos teclear el ordenador. Finalmente le mandé el proyecto del cual me sentía muy orgullosa a la profesora.
Luego me preparé un sandwich para cenar mientras veía una peli antigua en la tele. A las once menos cuarto me metí a la cama, intentaba quedarme dormida, pero escuchaba mi móvil vibrar y se me hizo imposible así que fui a ver quien era. Al desbloquear el teléfono me lleve una sorpresa.

[¿qué tal va tu trabajo?¿has terminado ya?] Hace 15 minutos.

[Estoy seguro de que te va a salir muy bien, estate tranquila.] Hace 13 minutos.

Yo le contesté con una sonrisa en la cara:

[Terminé hace un rato y creo que me ha salido bastante bien, gracias por ser tan comprensivo] Ahora mismo.

Enseguida el mensaje se marcó como leído. Y empezó a escribir:

[Estaba seguro de que te iba a salir bien. Por cierto ¿a qué hora tienes mañana universidad? ] Ahora mismo.

[Mañana empiezo a las 8:30] Le contesté yo.

[Perfecto, yo tengo entrenamiento a las 9:30. ¿qué te parece si te pasas por mi habitación y desayunamos juntos?] Ay mi madre y que le digo yo a este.

[Está bien, ¿a que hora me paso?]

[Si te pasas a las ocho yo creo que te da tiempo, te recuerdo ahora que somos vecinos :)] Antes de leer el mensaje ya me puse la alarma para no llegar tarde porque me conocía.

[Ok, pues mañana nos vemos] Contesté unos minutos después.

[Buenas noches Elena <3] De verdad que este chico era monísimo.

[Bonne nuit!] No sé como lo hacía, pero siempre me acababa despidiendo de él en francés.

Después de estar pensando un rato más en el rubio, caí rendida en los brazosde Morfeo. Y esa noche soñé con Antoine Griezmann.

Amor Por Despiste Where stories live. Discover now