8 meses

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Si alguien voluntariamente quisiera tomar su lugar por un día, agradecido aceptaría la petición. Su embarazo estaba culminando, y lo peor que sentía en ese momento eran sus malditos cambios de humor que lo ponían triste y luego furioso, ganando un par de encuentros desagradables con Jungkook.

También sin olvidar sus bochornos, su respiración entre cortada, la incontinencia urinaria que le obligaban a levantarse con rapidez de la cama y golpear fuertemente la puerta del baño para que Namjoon saliera rápidamente. Suspiró en su cama notando el bonito día de primavera. El invierno se había ido, llevándose los días lluviosos y fríos. Siendo reemplazados por días frescos y soleados.

Se sintió extremadamente solitario al no tener a Jungkook a su lado, la discusión del día anterior aún lo tenían triste escuchando música, mientras acariciaba la panza para calmar al bebé. Jungkook era el encargado de acariciar su enorme barriga, pero al parecer hoy no vendría.

Acomodó sus cojines apilados contra la cabecera para apoyarse en ellos, ya que al dormir estirado sufría pequeños ahogos. Estiró su mano para alcanzar su celular y nuevamente enviarle un mensaje a Namjoon, preguntando cuando llegaría al departamento. Vió la burbuja de chat de Jungkook y aún no tenía su mensaje de buenos días. Eran las 15:00 de la tarde y supo que tampoco le llegaría ese pequeño recordatorio.

Realmente Jungkook se había ido molesto de su departamento, sin golpear puertas, ni nada. Solamente abandonó su habitación, tomando su mochila y cerrando la puerta principal. Dejándolo sentado en la cama llorando por su mal comportamiento. Todo había empezado porque Namjoon iría a una clínica veterinaria de animales exóticos, lo que puso a Jimin muy triste por las prácticas que no estaba asistiendo por haber congelado sus estudios. Jungkook solo lo había consentido y mimado para que no se sintiera triste, pero Jimin solo explotó desquitandose con el. El no tenía la culpa de nada. Estaba tan arrepentido que nuevamente llamó a Jungkook para disculparse, pero no contestó la llamada.

Y un nuevo mensaje llegó a su bandeja de entrada, quien lo puso muy feliz. "Llegaré en diez minutos más" al menos Namjoon le había respondido el mensaje. Tratando de sonreír, se levantó de la cama apoyándose en los bordes de la cuna del bebé y caminó para ir a la sala principal y esperar a Namjoon.

Detuvo sus lentos pasos apoyándose en el marco de su puerta para respirar y descansar. Tomó aire afirmándose y poniendo su otra mano en la cadera y volver a respirar. Su estado físico no era el mejor, ya que había ganado más peso y su barriga estaba más pesada. 

Se apoyó de las paredes para caminar nuevamente y tomar asiento en el sofá. A los minutos sintió las llaves y sonrió aliviado de ver nuevamente a Namjoon en casa.

— Tengo hambre.— Soltó Jimin levantándose del sofá para abrazar a Namjoon.

—¿Que quieres de almuerzo? — Namjoon preguntó sintiendo la barriga de Jimin en su abdomen y luego sus brazos rodear su cuello.

Solo debía consentirlo, sabía perfectamente que su mejor amigo no estaba bien. Lo había consolado muy poco el día de ayer, después de que Jungkook abandonara el departamento, ya que debía estudiar para el parcial que tuvo hace unas horas atrás. Jimin tenía cambios de humor un poco intolerables.

Suspiró, sabiendo que Jungkook no tenía la culpa. El era un buen chico. No paraba de mandarle mensajes hoy preguntando cómo estaba Jimin o si es que había comido algo. De todas maneras sabía que al final del día Jungkook nuevamente estaría en el departamento.

Jimin lo soltó y caminó a la cocina, abriendo muebles y muebles, buscando que podía comer por mientras que Namjoon sacaba ollas y la sartén. Sonrió al encontrar un paquete de galletas de chocolate.

Nueve meses [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora