El asistente de mi padre

Epílogo

Las estrellas brillan contrastando a la luna en su gran esplendor. La noche oscura le da un gran escenario a estos grandes astros para que puedan brillar de forma colosal.

Cualquier persona diría que es una noche cualquiera pero para mí, Keitlyn McGavern, no lo es.

Para mí, cada noche y día es especial. Todo gracias a ese sueño espectacular de hace quince años, que dudo alguna vez olvidar. Y si así fuera, tengo un diario en el que lo cuenta todo detalladamente.

Es increíble el pensar que tan solo un sueño de hace quince años marcaría completamente mi vida, tanto así que de no ser por él no estaría donde estoy.

Es grandioso el ver que ese pequeño sueño creó algo tan grande como lo que vivo actualmente, algo que cualquiera desearía.

Una vida normal y tranquila.

Así es, logré convencer a mis padres de que mi carrera no era el ser una famosa empresaria. Y tiempo después descubrí que tampoco lo era el ser psicóloga, así que por más que quisiera seguir los caminos de mi abuelo no podría hacerlo porque esa no era mi pasión.

De hecho, tarde algunos meses en descubrir cual era mi verdadera vocación, sin comentar que mis padres seguían proponiéndome la idea de ser la futura dueña de las empresas McGavern, hasta que al final logré encontrarla.

La pintura.

No soy una famosa pintora como lo fue picasso pero tampoco soy la penumbra de alguien. Soy simplemente yo y mis pinceles.

Y esto tampoco evitó que consiguiera crear una pequeña fundación, de la cual personas de escasos recursos y discapacitados con grandes dones participan en concursos, y en la cual Tiffany, a quién conocí tiempo después en una de las tantas charlas de psicología a las que asistí, me ayudó.

La fundación Dreams Creative Corporation les brinda un apoyo a esas personas para que logren salir adelante y puedan descubrirse. Muchas estrellas han salido de esa fundación como grandes pintores, grandes fotógrafos, incluso grandes comediantes.

Actualmente ella dirige todo sola, no negaré que existen ocasiones en las que ayudo económicamente para solventar algunas necesidades pero la dueña de la fundación es Tiffany. Y todo fue por elección propia, no me creí capaz de llevar a cabo un proyecto de tal magnitud bajo mi cargo, así que Tiffany aceptó el hacerse cargo de ella.

De vez en cuando me menciona para que las personas no olviden que fue mi idea pero la verdad, no me importa. Solo me alegra que tantas personas puedan salir beneficiadas de ese programa.

A Lesly no volví a verla nunca más en mi vida, no sé que habrá sido de ella pues lo último que supe de ella fue que abandonó el país por un delito que había cometido en uno de los bancos más prestigiosos del país.

Mis padres ya se han jubilado y aún así siguen atentos de la empresa pero no tanto pues tienen a su hija al mando de todo.

Y si, así es. Melody McGavern es la nueva gerente de la empresa, hace dos años se convirtió en el nuevo rostro de la compañía y vaya que le ha ido de maravilla, la empresa está generando ingresos como loco o al menos así lo describió Melody.

Sasha si terminó casándose con Ethan al final y es un matrimonio estable, son padres de dos adorables monstruos de nueve años. Sofia y Santiago Collins, son mellizos y heredaron el carisma y la inteligencia de su madre pero, lastimosamente, son idénticos a Ethan, el cual logró cumplir su sueño de ser un jugador de fútbol americano y Sasha se convirtió en diseñadora de modas. He de admitir que sus atuendos son fabulosos.

Beth logró casarse con un Darcy o algo así, el chico se llama Thimothy Davies y es un chico normal y corriente que trabaja de doctor aunque para Beth es su Darcy. Actualmente viven en Inglaterra justo donde se conocieron en un viaje que realizó Beth para un evento en el que firmaría su libro El amor no son solo palabras y aunque de vez en cuando nos visitan, la extrañamos mucho, sobre todo a sus bromas pesadas. Tienen una pequeña londinense llamada Lily Davies de ocho años que es toda una genio, obviamente tiene herencia genética.