[Yoonmin] Enamorado de un prostituto

17

Me di la vuelta hacia la pared cubriendo mis partes íntimas y apretando mis ojos con fuerza para no verlo.

Mi corazón se aceleró a una velocudad desproporcionada, mi cuerpo entero se tensó y mi cara ardía como nunca.

Su mano tocó mi espalda desnuda y me estremecí de inmediato —¿Por que te cubres? No tienes nada que yo no tenga

Solo pude encogerme de hombro mientras me sentía intimidado por su presencia. —¿Co...como puedes verlo tan normal?

—¿Que, nunca te has duchado con alguien o has ido a un sauna?

—No.

—Ah cierto, lo olvide, eres un niño rico, seguro tienes hasta un sauna en tu propio baño solo para ti.

¿Y que si eso era verdad? No iba ir por ahí exhibiendo mi cuerpo a extraños

—Puedo esperar a bañarme. —Pronuncié aun con los ojos cerrados tratando de buscar la salida de la regadera.

—Vamos no seas ridículo, ya estas mojado.  —Su mano me jalo y sentí como mi espalda chocó con su abdomen,

Me sobresalte y de inmediato me volví a alejar a una esquina aún cubriendo mis partes íntimas. —¿Vas a ducharte con los ojos cerrados?

—S... Sí —No podía hablar sin tartamudear, estaba muy nervioso de solo saber que él estaba desnudo a pocos centímetros de mi.

Mi corazón se sentía como si fuera a estallar.

De la nada sus manos estaban en mi cabellera frotando shampoo —¿Que... Que haces?

—Te ayudo a limpiarte.

—Yo puedo So...solo.

El alejo las manos de mi y nos quedamos en silencio escuchando el sonido del agua cayendo al suelo. —¿Y bien?

Me había quedado inmóvil, no iba mover mis manos de mi zona privada aun cuando le estaba dando la espalda.

—Lo hare por ti. —Él volvió a frotar mi cabello y solo me tense.

—Puedo bañarme solo en cuanto tú termines.

—Vamos, no seas ridículo, ya estás aquí.

Mis mejillas ardían con tanta intensidad.

Mi rostro se sentía tan caliente como si tuviera fiebre. "Debo de tranquilizarme" me repetí un y otra vez, pero mis nervios se dispararon cuando sentí la esponja en mi espalda

—¡Oye...!

—Solo voy a tallarte.

—Yo puedo hacerlo.

—Bien hazlo.

Mordí mi labio inferior mientras trataba de quitar una mano de mi zona privada, pero no podía, me sentía demasiado avergonzado de qué me viera.

—Bien, lo haré yo. —Volví a sentir la esponja en mi espada y de inmediato arquee mi espalda.

—¡Oye...! —volví a reclamar ante su acto, sin mi permiso, pero eso pareció no importarle pues siguió frotando la esponja en mi espalda

—Tienes un linda espalda. —Mi piel se erizaba por el tacto — Y un lindo trasero.

Como si no fuera suficiente la pena que sentía, sus palabras hicieron que me sintiera aún más avergonzado si eso era posible.

Cada músculo de mi cuerpo estaba tenso.

La esponja recorriendo por mi espalda llegaba a sentirse como caricias en mi piel, un cosquilleo corría por todo mi cuerpo involuntariamente.