Cap. 40 - Nicotina.

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*Narra Louis*

Había estado parte de la tarde con Rebeca, ya que después de consolarla en la cocina, decidimos irnos arriba para estudiar un poco. Me encontraba sentado en mi escritorio, leyendo repetidamente la misma frase, sin poder concentrarme en la lectura. Suspiré frustrado y tiré el bolígrafo encima del escritorio. Caminé a paso rápido hasta el balcón, y una vez allí, saqué el paquete de cigarrillos que tenía en uno de mis bolsillos. Hacía bastante tiempo que no fumaba, pero me ofrecieron un cigarro en la fiesta de James, así que desde ese día, había sido incapaz de no fumarme ninguno.

Dí la primera calada y cerré los ojos, saboreando la sensación de la nicotina bajando por mi garganta, y relajando mi cuerpo. Mi mente estaba maquinando razones para el comportamiento desanimado que tenía Rebeca. Tal vez habría discutido con Josh o quizá con sus padres. Mierda. Había olvidado por completo que ella y su hermana se irían este fin de semana de vuelta a su casa. Di otra calada al cigarro y negué con la cabeza para alejar ese pensamiento de mi cabeza. Había estado demasiado tiempo sin ella y ahora parecía que nada hubiera pasado en estos años. Ella se encontraba ahora en mi casa, como solía ser antes de que se fuese a España. Volví a negar con la cabeza porque no quería recordar lo mal que lo había pasado en estos últimos años.

Malgasté mi tiempo con chicas distintas cada fin de semana, tratando de encontrar a alguien que me llenara realmente como lo hacía ella. Sé que nunca la besé ni la invité a salir, pero ella me hacía feliz a su manera, y mi felicidad se esfumó con ella cuando se fue. Las primeras semanas de su partida, fueron fáciles, ya que intentaba no pensar en ella, pero a medida que pasaban las horas, los días y los meses, mi cuerpo pedía a gritos estar cerca de ella.

No sé por qué mierda me encontraba recordando todo eso, así que sacudí la cabeza y di las últimas caladas a mi cigarro. Entré de nuevo en mi habitación y dejé la ventana abierta para alejar el olor del tabaco. Me senté de nuevo en la silla de mi escritorio e intenté concentrarme en lo que estaba leyendo, pero no podía hacerlo. Ella ocupaba la mayoría de mis pensamientos.

Salí de mi habitación y me dirigí a la suya, sin hacer mucho ruido. La puerta estaba entreabierta, así que miré por el pequeño espacio y la encontré de espaldas, sentada en su escritorio. No pude ocultar la sonrisa de idiota que se dibujó en mi cara al verla. Entré intentando hacer el menor ruido posible y me acerqué a su escritorio.

- Rebeca: Dios, ¡me has asustado! - dijo dando un pequeño salto en el sitio.

- Louis: Perdona, no.. No era mi intención.. - dije aún con la sonrisa de idiota.

- Rebeca: ¿Has estado..fumando? - dijo con una pizca de disgusto en sus ojos.

- Louis: Yo..em..sí.. No podía concentrarme y lo necesitaba - dije mientras cerraba los ojos y me sentaba en la cama.

- Rebeca: Pensaba que tú..no fumabas - dijo con la voz apagada, mientras se removía en su asiento.

- Louis: No lo hacía, hasta hace unos días, cuando volví a probarlo..

- Rebeca: No me gusta el tabaco. Podría..pasarte algo - dijo con voz quiebra.

- Louis: Eh, tranquila - dije levantándome para tenerla a mi alcance - Un par de cigarros al día no van a matarme.

- Rebeca: Ya, pero.. - la corté antes de que siguiera hablando.

- Louis: No va a pasarme nada, ¿vale? - dije mirándola a los ojos.

Ella asintió levemente con la cabeza y se levantó para recoger su móvil de la mesilla. Con un rápido movimiento, me moví hasta sentarme en su asiento y la miré con una sonrisa tímida cuando volvió a dejar el móvil encima de la mesilla. Rió amargamente y la agarré de la mano para sentarla en mi regazo. Apoyé mi barbilla en su espalda mientras ella recorría la línea de los tatuajes de mis brazos con las yemas de sus dedos.

- Louis: ¿Qué estabas estudiando?

- Rebeca: ¿Griego, y tú?

- Louis: Literatura, pero no he podido concentrarme para estudiar - dije removiéndome debajo de ella para poder sostenerla mejor.

- Rebeca: ¿Estás incómodo? - dijo intentando levantarse de encima de mí, pero yo no la dejé.

- Louis: No, sólo estaba sujetándote mejor - dije apoyándome en su espalda de nuevo.

- Rebeca: ¿Y por qué no podías concentrarte? - dijo mientras se giraba encima de mí para establecer contacto visual conmigo.

Porque estaba pensando en ti. Llevo meses sin poder sacarte de mi puta cabeza.

- Louis: No lo sé. Supongo que estudiar no es lo mío - dije encogiéndome de hombros.

- Rebeca: Ya veo - dijo riendo - Puedo ayudarte a estudiar si quieres - ofreció con una media sonrisa.

- Louis: ¿En serio crees que podrías darme clase? - dije divertido.

- Rebeca: Por supuesto que sí - dijo riendo.

- Louis: Demuéstralo entonces - dije con una sonrisa burlona.

Ella rió y se levantó de encima de mí para coger otra silla y sentarse a mi lado. Observé cada uno de sus movimientos mientras colocaba todo lo necesario encima del escritorio. Me reí cuando fue a mi habitación a por uno de mis libros. Era gracioso porque teníamos la mayoría de las clases juntos y literatura era una de ellas, por lo que teníamos el mismo libro, pero aún así, ella había insistido en ir a por el mío.

Me fijé en sus labios mientras explicaba cada uno de los puntos que había que estudiar. La forma en la que se recogía un mechón de pelo detrás de su oreja cada cierto tiempo, y la manera en la que sus dedos se movían ágilmente sobre el libro para pasar las páginas. Estaba tan concentrado mirándola, que ni me enteré de que me estaba hablando.

- Rebeca: Louis, ¿estás ahí? - dijo pasando una mano por delante de mi cara.

- Louis: Em..sí.. - dije rompiendo el contacto visual con ella.

- Rebeca: ¿En qué estabas pensando? Llevas distraído desde hace rato.

- Louis: No lo sé, no puedo mantenerme atento a la explicación.

- Rebeca: Tienes que intentar no pensar en nada más cuando estés estudiando o leyendo.

Es imposible no pensar en ti cuando te tengo justo delante.

- Louis: Está bien. Voy a intentar concentrarme - dije no muy convencido de mis palabras.

Ella sonrió a medias y continuó con su pequeña explicación. Seguí mirándola embobado, sólo que esta vez asentía con la cabeza cuando me preguntaba algo y respondía alguna de las preguntas que ella me hacía para comprobar que estaba atento.

No sé cuánto tiempo pasó desde que habíamos empezado a estudiar. Había logrado concentrarme mejor de lo normal y pocas veces me distraía con cada uno de los movimientos que ella hacía, y he de decir que me había costado bastante. Cerré el libro de literatura y me levanté de la silla.

Mi cuerpo se había dormido de cintura para abajo y mis piernas dolían al ponerme de pie. Caminé torpemente hasta la cama y me tiré en ella, con la esperanza de que ella viniese y se tumbase encima mío. Tuve que parar mis pensamientos porque sabía que eso no iba a pasar. Por mucho que deseara tenerla acurrucada entre mis brazos, debía de convencerme a mí mismo de que no sería así nunca.

Noté la cama hundirse a mi lado y me giré para examinar cada parte de su rostro. Sus ojos me miraban nerviosos y sus dientes atrapaban su labio inferior. Con un rápido movimiento, acerqué mi mano a su cara y liberé el labio que estaba oprimido entre sus dientes. Sonreí y ella se sonrojó unos instantes, hasta que apartó la mirada para posarla en sus manos.

Volví a imaginar el hecho de poder estar con ella. Los dos juntos. Sin nadie que se interpusiese entre nosotros. El poder llevarla a cenar todas las noches y ver películas en la televisión. Acariciar su pelo y volver a perderme en esos pequeños labios que había echado de menos durante meses. El poder cogerla de la mano por las calles y sacarle una sonrisa en cada momento del día. Quisiera volver a empezar de cero con ella, porque puede que hubiera muchas chicas, pero ninguna era capaz de hacerme sentir tan feliz como lo hacía ella.

Beside you (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora