Todo esto se trataba de aquél hombre desagradable que aún no conocía, pero solo saber que ponía de mal humor a Will y que arruinaba nuestros buenos momentos me enfurecía y llegaba a odiarlo.

No podía creer que un hombre fuera capaz de generar tanta presión y temor en otros como para que dejaran de hacer lo que estuvieran haciendo para prestar atención a lo que él decía y concentrarse en nada más que ello.

Me preocupaba la manera en la que Will actuaba cada vez que hablaba de Charles, me intrigaba qué era lo que aquél hombre le decía y con qué cosas lo amenazaba para que se pusiera de esa manera. ¿Sería capaz de meterse con su familia? Estaba casi segura de que sí lo haría... yo no pondría a mi madre en peligro y seguramente Will mucho menos a sus padres.

Caminamos en silencio hasta el aparcamiento en donde Will había aparcado su Range Rover a unos metros de la salida. Entramos en el auto, pero no comenzó a conducir.

—Anna, ponte el cinturón —ordenó.

Le hice caso y me coloqué el cinturón de seguridad. Me intrigaba el por qué siempre se aseguraba que lo tuviera puesto, pero él nunca se lo ponía.

—Will —dije cuando salió del aparcamiento.

—¿Qué sucede? —dijo con suavidad, aunque parecía estar demasiado tenso.

—¿Tu familia está en peligro? —pregunté observando su rostro concentrado en la carretera.

—No —respondió.

—¿Qué quiere Charles entonces? ¿Por qué te preocupas tanto?

—Anna, dije que no hablaré sobre el tema.

—Pero quiero saber.

—Y yo quiero que estés a salvo, pero no lo estarás si te lo digo. No insistas —ahora hablaba con brusquedad.

Me estremecí por el tono de su voz. Me gustaba que se preocupara por mí, pero no creía que el tal Charles se enterara de mi existencia. Sólo había pasado por su amado pub una sola vez y no creía volver a hacerlo, al menos no hasta que Will estuviera seguro de que no me pasaría nada malo. No obstante, no era eso lo que él pensaba y seguiría firme con su decisión de mantenerme alejada e ignorante de todo lo que sucedía con Charles.

Miré por la ventanilla del auto para distraerme, pero el nombre de Charles y la imagen de un tipo asqueroso con una sonrisa sínica no se borraban de mi mente... a pesar de que no lo conocía, esa era la imagen que tenía de él.

Cuando por fin llegamos a la entrada de casa no me bajé y me quedé contemplando el perfil de Will. Quería pasar más tiempo con él y que no se fuera.

—¿Estás seguro que no puedes decirle a alguien más que haga las cosas por ti? Sólo por hoy —insistí.

—Anna —suspiró y volteó a mirarme—, no vuelvas a decir eso porque me bajaré contigo y entraré como un ladrón a tu habitación para que tu madre no me vea.

—Quédate —insistí una vez más.

—Tu madre...

—Ella no está.

—Tampoco estaba cuando vinimos a hacer el proyecto —dijo molesto.

—Por favor —insistí.

—Loco, me vuelves loco —dijo al igual que hacía un par de horas mientras negaba con la cabeza.

Reí mientras él llamaba a Daxton para decirle que se encargara de todo.

—En serio Daxton, tengo cosas importantes que hacer, es sólo por hoy. ¡Que no estoy con putas! —dijo molesto—. Ocúpate de Charles. A la noche hablamos.

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